Hace algunas semanas, el secretario general de Naciones Unidas declaró que la humanidad ha pasado del cambio climático a la ebullición global, hecho que para el meteorólogo y académico de la Universidad de Magallanes (UMAG), Jorge Carrasco, es una manera de llamar la atención sobre el grave peligro en que se encuentra el planeta y los seres vivos debido al calentamiento global.
En los últimos días, por ejemplo, se conoció que las temperaturas alcanzadas en julio de 2023 son las más altas registradas en el planeta desde que se tienen registros.
Al respecto, el profesor Carrasco, quien es Doctor en Ciencias Atmosféricas y Magíster en Cambio Climático, advierte que “el aumento de la temperatura del planeta está teniendo consecuencias catastróficas con fenómenos hidrometeorológicos, eventos de calor e incendios nunca registrados desde que hay registros instrumentales”.
El académico de la UMAG subrayó que “este año (2023) el fenómeno de El Niño se ve exacerbado como consecuencia del cambio climático, cuyo resultado ha sido que junio y julio de 2023 se alcen como los meses más cálidos a nivel global en los últimos 200 años”.
En esa línea, recordó que Chile no está ajeno a esta realidad, pues es un país que cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad climática definidos por Naciones Unidas.
“Ya estamos sufriendo los impactos con eventos como las abundantes lluvias de la zona central en junio, altas temperaturas e incendios forestales”, plantea el académico.
“El territorio chileno consta de áreas costeras de baja altura, zonas áridas y semiáridas, zonas de bosques y ecosistemas montañosos, que son territorios susceptibles a desastres naturales, áreas propensas a sequía y desertificación. Además tiene zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica”, argumentó.
“Y nuevamente”, añadió, “un evento extremo con abundantes precipitaciones tiene lugar desde Valparaíso al Bío Bío con isoterma cero y más altitud que lo normal, lo que provoca lluvias en sectores altos de la cordillera en donde debiera nevar”, enfatizó Carrasco.
¿Qué medidas se pueden tomar ante esta situación? Según la visión del experto de la UMAG, a nivel global, “que se ratifique cuanto antes el Acuerdo de Paris. Y a nivel nacional, pensar, desarrollar e implementar políticas públicas para enfrentar y adaptarnos a las consecuencias del cambio climático, pero que sea ahora ya”.
Esto último resulta muy complejo cuando hay legisladores, como los del Partido Republicano y Chile Vamos (ambos de Derecha) que están en contra de informar a la población sobre el cambio climático, llegando incluso, algunos de ellos, a calificar estos temas como un “activismo de izquierda”.
]]>Ciudad de México, Guadalajara, Querétaro, Tlaxcala en México y Bogotá en Colombia son las ciudades que recibirán a la banda como parte de la “Gira internacional Sonora de Llegar 2022”, a realizarse entre el 20 de octubre y 20 de noviembre próximos, proyecto financiado por el Fondo para el Fomento de la Música Nacional en su Convocatoria 2022.
En total la banda realizará catorce presentaciones en recintos nocturnos y festivales al aire libre, donde destacan la jornada en el emblemático Foro Hilvana de Ciudad de México (junto a los compatriotas Chico Trujillo) y la Feria de Tlaxcala en México, además del festival Global Ska un Tour en Bogotá, donde compartirán escenario con destacadas bandas de la escena ska internacional como Skaparapid (España) y The Toasters (EEUU).
Con esta gira Sonora de Llegar retoma su presencia internacional, la cual se vió interrumpida por la pandemia el año 2020. Al respecto, Mauricio Miño, vocalista de la banda, indica que “desde el 2017 veníamos viajando todos los años, y cuando ya asumíamos que girar al extranjero en la misma fecha era algo continuo, la pandemia nos obligó a frenar teniendo las invitaciones comprometidas con mucha anticipación”.
El calendario completo de presentaciones de Sonora de Llegar es el siguiente:
20 oct – Foro Hilvana, CDMX
22 oct – Festival Skapalapa, Itzapalapa, CDMX
28 oct – Poronga Fest, Guadalajara
29 oct – Festival Skalloween, San Felipe de Jesús, CDMX
29 oct – Inframundo Fest, Querétaro
30 oct – Festival Indie Connekta, Foro Meraki, CDMX
31 oct – Feria de Tlaxcala, Tlaxcala
04 nov – Festival Indie Connekta, Foro El Mictlan, CDMX
05 nov – Skacore Day, HDX Circus Bar, CDMX
06 nov – Aniversario 666 Crew, Naucalpán, Estado de México
11 nov – Global Ska Tour, Estrella Roja, Bogotá
12 nov – Confederación Bar, Bogotá
17 nov – Casa de la Paz, Bogotá
20 nov – Ska Para Todos, Teatro al aire libre Media Torta, Bogotá
Vivo con un gato que es un cazador implacable. El mejor que he conocido. Astuto, paciente y absolutamente voraz. Se come todo lo que agarra. Desde un principio me llamó la atención. Al irlo observando en sus escenas salvajes en el patio de la casa que compartimos, me fui dando cuenta que la caza lo excita de sobremanera. Su predilección son las ratas. Lo primero que hace al cazar alguna es ponerse a jugar como el cachorro que ya no es -tiene casi cuatro años-. Con la presa viva en la boca, se ubica en un extremo del patio y la suelta. La rata corre desesperada, buscando su salvación entre unas tablas amontonadas que están al otro lado. Entonces él inicia su danza. La danza de la muerte. Con la vista fija en el animal que escapa, salta como un resorte y lo vuelve a cazar; lo toma con el hocico y luego, en el aire, da unas extrañas piruetas para caer rodando por el suelo y darse más vueltas pasándose la presa entre las garras, los colmillos y el pecho. Así, un buen rato. Después, cuando ya la tiene cansada y lenta, la rodea por alguno de los flancos para caerle por el costado, como si fuera un león del Serengeti colgándose de la garganta de un búfalo.
Pueden pasar horas de este ritual, manteniendo a la presa con vida solo para divertirse con ella. Una tortura brutal para nuestros parámetros humanos. Una delicia para los sentidos, pienso, para un felino cazador y depredador como él.
No hay indicio que permita adivinar el momento final. La última carga, siempre brutal. La deja “escapar” por última vez, le vuelve a caer encima, pero ahora se escucha un sonido seco de huesos triturándose y el chillido de la rata apagándose en un segundo. Ahí él parece enloquecer: la arroja del hocico con fuerza hacia el suelo, le pega con ambas patas, y luego empieza a partirla con los dientes y la devora a placer, dejando solo la cola. Su expresión en ese momento es el éxtasis total, el delirio incomprensible de la materia reagrupándose con un salvajismo que conmueve pero que habita en todos nosotros, latente, como un volcán dormido.
]]>Es sabido que Chile presenta una alta vulnerabilidad al cambio climático. De acuerdo a los antecedentes del IPCC, nuestro país se verá afectado con el aumento de temperaturas y la disminución de las precipitaciones en varias regiones del país, lo que, indudablemente, generará efectos en el derretimiento de nieves y glaciares, impactando en la disponibilidad del agua para consumo humano como también en nuestra biodiversidad.
En octubre del año 2017, el Gobierno Regional Metropolitano, liderado por el entonces Intendente Claudio Orrego, actual candidato a Gobernador, convocó a representantes del mundo público, sector minero, agrícola, vitivinícola, industrial y de la sociedad civil para promover la implementación de un Fondo de Agua para la Región Metropolitana (ver noticia aquí).
La convocatoria se enmarcó en la estrategia de resiliencia de la RM y el pilar Medio Ambiente, que considera «Santiago Verde y Sostenible», como parte del Programa de Protección de la Biodiversidad y el Ecosistema Hídrico (detalles en www.santiagoresiliente.cl), con el objetivo de velar por la Seguridad Hídrica de la Cuenca del río Maipo (RM), contribuyendo a mejorar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad adecuada, para lograr el bienestar humano y permitir: la conservación de los ecosistemas, el cuidado de los medios de vida, el desarrollo socioeconómico, así como también prevenir y mitigar la ocurrencia de desastres asociados al agua.
De acuerdo a la minuta explicativa entregada por el Gobierno Regional Metropolitano, junto con otros antecedentes solicitados por Transparencia, el Fondo de agua para la Región Metropolitana consiste en una iniciativa de trabajo intersectorial que busca coordinar y ejecutar acciones de conservación, cuidado de parques y ríos, concientización, articulación de información y gestión para proteger las fuentes de agua y espacios naturales valiosos para la ciudad. Hasta aquí todo bien y constituye una importante iniciativa, enmarcada además en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 6, sobre el agua y la Agenda 2030, en orden a «aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento del agua y reducir sustancialmente el número de personas que sufren de escasez de agua” (ver aquí).
El tema se torna preocupante cuando se comienza a analizar en qué consiste un «fondo del agua». En la minuta explicativa se definen los Fondos del Agua como organizaciones que diseñan e impulsan mecanismos financieros y de gobernanza, articulando actores públicos, privados y de la sociedad civil, con el fin de contribuir a la seguridad hídrica, a través de soluciones sustentables mediante el manejo integrado de las cuencas y la gobernabilidad de los recursos hídricos por medio financiamiento de acciones de conservación de largo plazo.
De acuerdo a la información que aparece en la página https://www.fondosdeagua.org/es/, los fondos del agua se han implementado en varios países de América Latina, como México, Colombia, Ecuador, Perú y Brasil, como una forma de cumplir activamente con las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
En estricto rigor, los Fondos de Agua son un Fondo de Inversión (ver nota aquí). Son modelos de conservación a largo plazo que operan a través de inversiones que se concentran en un solo fondo y los recursos generados se asignan a implementar acciones para la seguridad hídrica (ver nota aquí).
De lo anterior surgen una serie de interrogantes:
Fondo de Inversión Santiago Maipo. El agua del río Maipo abastece el 80 por ciento del agua que se consume en Santiago, además de abastecer a sectores agrícolas e industriales. En otras palabras, el consumo humano de aproximadamente 7 millones de habitantes de Santiago depende del agua de esta cuenca. A pesar de ello, no existe un régimen de protección oficial, ni mecanismos formales de gobernanza ni una estructura establecida para articular su gestión, lo que es grave, si se considera que científicos calculan que para el año 2070 la disponibilidad del recurso hídrico habrá disminuido en un 40% como consecuencia de la acción del hombre y del cambio climático, de ahí que aparezca el Fondo de Agua de Santiago como una innovadora y urgente solución, sin embargo, los actores convocados, el banco a cargo del Fondo y otros nos llevan a desconfiar de la iniciativa.
Actores convocados para la creación del Fondo del Agua Santiago Maipo. En el Acuerdo de Entendimiento del Fondo de Agua para la Región Metropolitana, firmado el 25 de enero de 2018, aparecen como participantes:
Del sector público: la Intendencia Metropolitana; el Departamento de Resiliencia del Gobierno Regional; The Nature Conservancy; Seremi de Medio Ambiente; Seremi de Vivienda y Urbanismo; Seremi de Obras Públicas; Seremi de Agricultura; Comisión Rural del Consejo Regional Metropolitano de Santiago, Superintendencia de Servicios Sanitarios; Dirección General de Aguas; División de Estudios, Desarrollo y Política de la Comisión Nacional de Riego.
Del sector privado y sociedad civil: Aguas Andinas; la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile AG; Alianza Valor Minero; Anglo American; Líderes Empresariales contra el Cambio Climático Chile; Fundación Avina Chile; Chile Sustentable; Red de Santuarios de la Región Metropolitana; Centro Cambio Global UC; Asociación Canales del Maipo; y Fundación Chile.
El referido Acuerdo no tiene otro objetivo que el comprometer a dichos actores con la iniciativa, por lo que su formalización vino de la mano de la constitución del Comité de Agua, el 1 de febrero de 2018, al que se sumaron otros representantes del sector público y privado como las embajadas de Estados Unidos y Países Bajos; el Banco Internacional HSBC a través de su gerente de compensaciones; AES GENER (Alto Maipo); Minera Andina 244 de CODELCO; entre otros.
No deja de ser preocupante que esta alianza público privada esté conformada por quienes hacen un uso intensivo del recurso hídrico en la cuenca; que algunos de sus integrantes, como Aguas Andinas, estén más preocupados de sus intereses económicos, que del cuidado del recurso hídrico; que otros estén en conflicto con las comunidades cuyos representantes no están presentes de esta instancia, como Angloamerican, por la operación de la mina Los Bronces, y AES GENER por el desarrollo del proyecto Alto Maipo.
Al respecto, cabe preguntarse ¿cuáles son los intereses que representan y por los que velarán? Si el sentido del Fondo es la protección de las fuentes de agua, entonces, cabe preguntarse ¿qué hace ahí el sector minero que constantemente se opone a la protección de glaciares?
Resulta «curioso» además que las comunidades no hayan sido invitadas y que no exista participación de todas las municipalidades. Lo que puede aparecer como una excelente iniciativa, deja de serlo cuando se advierte que se trata de un Fondo de Inversión, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, mismo banco que financió créditos para el proyecto Alto Maipo y que debió salir de la operación por transgredir el proyecto sus políticas operativas, mismo banco que otorgó un préstamo de 100 millones de dólares para financiar la cuestionada Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS), oficina que informó por transparencia no identificar criterios de sustentabilidad para los proyectos que patrocina, y que, precisamente tiene entre los proyectos a Alto Maipo.
La escasez hídrica no puede ser vista como un problema aislado, sino que transversal, ya que tiene consecuencias en la salud, la seguridad alimentaria, la paz, dentro de muchas otras dimensiones de la vida, y que afecta a las personas y con mayor gravedad a los ciudadanos más vulnerables, por lo que su gobernanza no puede estar en manos de unos pocos, y menos de quienes hacen un uso nada sustentable del recurso, como los rubros agroexportadores y minero, cuyos intereses en la materia son evidentes, y menos aún su gobernanza en manos de intereses extranjeros.
Por Marcela Mella, Coordinadora No Alto Maipo / Corporación de Defensa de la Cuenca del Mapocho
]]>El proyecto GEF Montaña, que reúne a 36 municipios de las regiones de Valparaíso y Metropolitana, servicios públicos y a tres Facultades de la U. de Chile, logró determinar que en estas zonas existen más de 400 mil hectáreas de importancia ecológica para la conservación de la biodiversidad local. Se trata de un territorio que comprende una red de 855 sitios, de los cuales un 87,2 por ciento no se encuentra incluida en un área protegida, según sostiene este estudio, que tiene como objetivo aportar evidencia científica para integrar la dimensión ecológica al ordenamiento territorial.
Desde la U. de Chile explican que las más de 400 mil hectáreas que conforman la Infraestructura Ecológica identificadas en las regiones de Valparaíso y Metropolitana, serán ahora parte de la información base para 36 municipios de estas regiones. Asimismo, indicaron que este trabajo permitirá integrar la dimensión ecológica al ordenamiento territorial que es uno de los objetivos del proyecto: Planificaciones Ecológicas 2030 a Escala Local.
En este proceso, que significó un arduo trabajo de dos años, participaron más de 120 funcionarios municipales y de servicios públicos, junto a los y las investigadores de la Universidad de Chile y del Ministerio de Medio Ambiente. La iniciativa logró mirar el territorio de manera colectiva e integral, incorporando así la dimensión ecológica en el ordenamiento y gestión territorial de las distintas comunas.
El estudio permitió identificar la red de áreas naturales de alto valor en biodiversidad y servicios ecosistémicos que conecta a las cordilleras de los Andes y de la Costa con el Océano Pacífico. Siguiendo los cordones montañosos y los cursos de ríos principales, detectaron los ecosistemas de importancia para el sustento y permanencia de comunidades y actividades humanas, lo que expertos y expertas han denominado Infraestructura Ecológica.
“Identificamos la red de espacios más importantes para la vida silvestre y los ecosistemas en esta región”, señala el geógrafo y académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo U. de Chile, Alexis Vásquez, quien lideró el proyecto GEF Montaña.
A través de un sitio web llamado Geoportal se pueden visualizar y explorar los mapas en los que se logra identificar una gran red de áreas naturales, con 855 sitios y corredores de relevancia en biodiversidad, los que se concentran especialmente en los cordones montañosos y cursos de agua.
Dentro de estas más de 400 mil hectáreas, se puede encontrar un gran número de especies, tales como 2.864 especies nativas de flora, 132 de ellas endémicas de las regiones Metropolitana de Santiago y Valparaíso, y 91 exclusivas de la Región Metropolitana. En cuanto a la fauna, se tiene registro de 336 especies entre estas dos regiones que equivalen al 48 por ciento de las especies del país. De ellas, se cuenta un 57 por ciento de aves, 37 por ciento de mamíferos, 36 por ciento de peces, 28 por ciento de reptiles y 20 por ciento de anfibios, lo que advierte una alta riqueza de especies, entre ellas, el puma (Puma concolor).
Sin embargo, el 87,2 por ciento de la superficie con mayor relevancia ecológica para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos actualmente no se encuentra incluida en un área protegida. Asimismo, Alexis Vásquez señala que existen en la zona corredores ecológicos en buen estado que permiten el flujo de energía y materiales, tales como agua o el desplazamiento de animales como pumas, zorros o roedores, que solo requieren algunas acciones de preservación, pero otros corredores necesitan ser restaurados y asegurar la conectividad, por ejemplo, construyendo “pasarelas verdes o puentes salvajes creados especial y exclusivamente para que puedan transitar los animales, como los que ya se han creado en Europa y Estados Unidos. Esto es importante ya que los mayores esfuerzos han sido para mantener grandes áreas protegidas, pero estas al final se vuelven islas. Por largo tiempo pensamos que eso era suficiente, pero la evidencia científica nos indica que la conservación debe hacerse en redes integradas de áreas protegidas y corredores”.
En este sentido, una barrera importante es la Carretera Panamericana, que interrumpe tanto la conectividad hacia y desde la costa en el sector de Las Chilcas por el norte, como en Angostura de Paine en el sur de la región, así como la Ruta 78 a San Antonio que produce un corte del corredor Norte-Sur en la cordillera de la Costa. Algunos animales se las arreglan para cruzar de noche, pero corren el riesgo de ser atropellados.
Marianne Katunaric, coordinadora del Proyecto GEF Montaña, cuenta que, al hacer zoom en el territorio, aparecieron elementos como lagunas, pequeños esteros o quebradas. “La idea es que cada municipio los pueda identificar y también que sepa lo que tienen sus vecinos para futuras planificaciones intercomunales. A partir de este estudio hicimos el ejercicio de elaborar junto a cuatro municipios un plan maestro de los borde ríos del Mapocho y Maipo. Ellos incorporaron esta infraestructura ecológica y así pudieron definir proyectos de protección y gestión”, explicó Katunaric.
La red determinó que los sitios de mayor relevancia ecológica, por ejemplo, en la cordillera de los Andes, son el Parque Nacional Río Clarillo, el Monumento Natural El Morado, el embalse El Yeso y el Piedemonte Andino.
Hacia el Norte de Santiago, están el sector de Chacabuco-Peldehue y el cordón El Roble. En los sectores de valle y cerros de la cordillera de la Costa, se encuentran los sectores de Mallarauco y sur de Cantillana. En las comunas de la región Valparaíso, destaca la alta relevancia del Parque Nacional La Campana, de Quilpué, el sector norte de Casablanca, algunas cabeceras de cuencas entre Cartagena y María Pinto, y en la zona costera, la Reserva Nacional y Sitio Ramsar El Yali.
Las zonas de amortiguación de los núcleos, claves para la mitigación de amenazas, se concentran en comunas que contienen importantes cordones montañosos como en San José de Maipo (32,6 por ciento) y Lo Barnechea (7,8 por ciento), y gran parte del cordón Cantillana en Alhué (6,9 por ciento), lo que demuestra lo relevante de preservar las zonas montañosas del área GEF Montaña.
Las comunas con mayor superficie de corredores principales son Melipilla (29,5 por ciento), Isla de Maipo (12 por ciento), Buin (8,5 por ciento) y San José de Maipo (7,1 por ciento). Mientras que, las comunas con mayor superficie de corredores secundarios son Curacaví (19,2 por ciento), San José de Maipo (17,8 por ciento) y Santo Domingo (9,1 por ciento). Todas ellas claves para mantener y restaurar la conectividad del paisaje.
Ahora, los promotores del proyecto esperan que estos resultados sean prontamente integrados en instrumentos públicos ya existentes, tales como el Plan Regulados Metropolitano de Santiago, el Plan Regional de Ordenamiento Territorial, la Evaluación Ambiental Estratégica, los planes reguladores comunales, y que contribuyan así a la ampliación y creación de áreas protegidas, y a la implementación de paisajes de conservación, reservas naturales municipales e iniciativas privadas de conservación.
]]>En el último año se ha establecido en Chile un amplio consenso respecto a dos temas muy importantes, que afectan al conjunto de la sociedad. Uno, que la actuación de las autoridades de gobierno durante la pandemia ha sido desastrosa; y dos, que el actual modelo de Estado falla rotundamente a la hora de cuidar y proteger a la población.
Inmersos en un proceso constituyente de alcances inciertos, pero cuyo resultado deberá ser ratificado en un “plebiscito de salida”, el fondo del tema parece perderse entre tanto discurso y candidato, y también, por qué no, entre tanto problema. Pensiones, vivienda, salud, educación, trabajo, medioambiente, pueblos originarios, derechos humanos, género y salud mental, por nombrar algunos, son todos frentes donde están en juego vidas de personas.
Ese es a nuestro juicio el tema de fondo. La cultura imperante en Chile fue impuesta a través del terrorismo de Estado, lo cual trae consigo, irremediablemente, una desvalorización de la dignidad humana, en todas sus concepciones sociales, culturales y religiosas. La falta de sentido común de las autoridades frente a la actual crisis es, en ese sentido, una muestra más de esta pérdida de valor, por cuanto la actividad económica se ubica por sobre la vida de la gente, una perversa escala de prioridades que incluye también, como no, la relativización de los Derechos Humanos.
Chile no puede continuar regido por algo así. Recordando la clásica paradoja de la tolerancia del filósofo austríaco Karl Popper, nos atrevemos a asegurar que una convivencia justa y democrática en nuestra sociedad solo será posible en la medida que erradiquemos definitivamente a los defensores y administradores del horror. La vida humana no puede estar por debajo de nada, ni del mercado, ni de la oferta-demanda, ni del militarismo, ni del extractivismo. Tampoco es posible que se sigan negando los crímenes de lesa humanidad, bajo una falsa “libertad de expresión”.
Pensamos que solo una presencia fuerte de delegados constituyentes que defiendan los Derechos Humanos con firmeza, permitirá que la nueva Constitución traiga consigo estructuras efectivas que protejan y amparen a las personas, y eso implica partir por cambiar el rol del Estado subsidiario por uno social, donde exista por ejemplo un seguro único de salud y un sistema de pensiones de reparto y solidario, ambas medidas que ponen en primer lugar la dignidad del ser humano y su protección.
Pero no basta con esto. Se deben crear mecanismos para defender legalmente estos derechos de quienes los relativizan. Y aquí queremos poner nuestro acento: la ortodoxia neoliberal es un discurso intolerante y discriminatorio pues rebaja al ser humano a la categoría de producto desechable, y además, se valió del Terrorismo de Estado para imponerse. Siguiendo este juicio, no puede volver a aplicarse como política pública. Algo parecido debiera suceder con la participación de empresarios y multimillonarios en política, entre otros temas. El pueblo chileno debe tener como defenderse de esa codicia irrefrenable que, sabemos, no desaparecerá automáticamente con la nueva Constitución.
Esperamos que los delegados constituyentes tengan la claridad necesaria para saber poner esto en el papel: No basta con solo con establecer y garantizar derechos, también hay que tener como defenderlos y detener a quienes tratarán, sin duda, de volver a arrebatarlos.
]]>Un complejo escenario a futuro para nuestro país producto del cambio climático proyectan investigadores de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. El equipo, liderado por el profesor Manuel Paneque, e integrado por las y los investigadores Juan Manuel Uribe, Daniela Araya-Osses, Ana Casanueva y Celián Román-Figueroa, analizó las tendencias de temperaturas y precipitaciones en 400 puntos del país para todo el siglo XXI, estudio que permitió identificar las señales de cambio climático en las distintas macrozonas de Chile, y bajo distintos modelos de simulación, para tres períodos: 2016-2035, 2046-2065 y 2081-2100.
La investigación, publicada por la prestigiosa revista “Climate Dynamics” de Springer Nature, advierte que tanto las temperaturas máximas como las mínimas aumentarán en todo el territorio chileno a lo largo de todas las estaciones. En líneas generales, el escenario más optimista plantea que las temperaturas mínimas y máximas subirían hasta 2°C, mientras que el modelo más adverso indica alzas sobre los 4°C en las temperaturas mínimas y sobre los 6°C en las temperaturas máximas. Las precipitaciones, en tanto, disminuirían 60% entre las regiones de Atacama y Los Ríos y aumentarían un 40% y 20%, en el altiplano y la zona austral, respectivamente.
Frente a estas proyecciones, Manuel Paneque, académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la U. de Chile, sostiene que “el país tiene condiciones particularmente favorables para atenuar la magnitud de los cambios en las temperaturas, no así en el caso de las precipitaciones, las que se espera sigan disminuyendo durante varias décadas más, amenazando seriamente a los recursos hídricos”.
El escenario más favorable para las temperaturas mínimas proyecta aumentos de hasta 2°C para todo Chile en los tres períodos de estudio. El modelo más pesimista, por otra parte, proyecta aumentos de hasta 2°C para todo Chile en el futuro cercano (2016-2035), hasta 4°C para el futuro medio (2046-2065) y aumentos sobre los 4°C para el período futuro lejano (2081-2100). Para este último, además, los aumentos de temperatura en los meses de invierno son mayores que los proyectados para los meses de verano.
Respecto a las tendencias sobre temperaturas máximas, el modelo más favorable indica que los aumentos también serían de hasta 2°C para todo Chile en los tres períodos. El escenario más negativo, en tanto, proyecta aumentos de hasta 2°C para todo Chile en el futuro cercano (2016-2035), aumentos sobre 4°C en los meses de invierno para el futuro medio (2046-2065) y aumentos entre 2°C y 4°C en las otras temporadas. Finalmente, las proyecciones para el futuro lejano bajo este modelo indican aumentos sobre los 6°C en los meses de invierno y sobre los 4°C en las otras temporadas.
Las estimaciones de precipitación presentan mayor variabilidad espacial en comparación a los resultados de temperatura. A nivel general, se prevén disminuciones de entre un 20% y un 80% en las precipitaciones entre las regiones de Valparaíso y Aysén, según el escenario y período futuro. Destacan, además, las proyecciones para el período 2081-2100 bajo el escenario más extremo, con bajas en las precipitaciones por sobre el 60% entre las regiones de Atacama y Los Ríos, tanto en verano como en invierno, mientras que en el altiplano y la zona austral las precipitaciones aumentarían sobre un 40% y 20%, respectivamente.
El primer escenario advierte disminuciones en la zona centro-sur para la temporada de verano, entre las regiones de Coquimbo y Aysén, para todos los períodos. En los meses de invierno, esta disminución abarcaría un área mayor, que va desde la región de Atacama hasta la de Magallanes. Por otro lado, se proyectan grandes áreas con aumentos de precipitación para las regiones de Antofagasta y Atacama en verano. En invierno este aumento se presentaría sólo en la región de Antofagasta.
Un segundo escenario presenta un aumento de las precipitaciones estivales desde la región de Arica y Parinacota hasta la de Coquimbo en el futuro cercano, medio y lejano. Para los meses de invierno se estiman aumentos sólo en la región de Antofagasta en el período 2016-2035, mientras que para los períodos 2046-2065 y 2081-2100 se proyectan principalmente disminuciones a lo largo de todo el país, exceptuando zonas de altura en el Altiplano, donde las precipitaciones crecerían.
Finalmente, el escenario más pesimista alerta disminuciones superiores al 60% en el futuro medio y lejano entre las regiones de Antofagasta y Aysén. Sólo en la región de Magallanes ocurrirían incrementos de precipitaciones en verano, las que aumentarían en más de un 80%. En el futuro cercano, se proyectan disminuciones de hasta un 40% entre Atacama y Aysén durante el invierno, con incrementos sobre un 40% en Antofagasta. Para el futuro medio, en tanto, se estiman disminuciones en las mismas regiones, pero con una caída del 60% en las precipitaciones. Por último, en el futuro lejano la disminución de las precipitaciones superaría el 80% entre las regiones de Arica y Parinacota y Valparaíso.
Impacto del cambio climático
En base a estas proyecciones, la zona central de Chile sería una de las más afectadas, dado que es donde se espera un mayor aumento de temperaturas mínimas y máximas, así como también disminuciones significativas en las concentraciones de precipitación. Una de las principales consecuencias de estos escenarios a futuro tiene relación con el desplazamiento de la isoterma 0 a zonas más altas, lo que a su vez reduciría las áreas con almacenamiento de nieve y, por lo tanto, afectaría la disponibilidad de agua dulce.
Esta profundización de la escasez hídrica impactaría a los ecosistemas en general, a los organismos que los componen, incluyendo a la población humana, y al equilibrio sistémico. “La vegetación podría verse afectada, reduciendo su distribución natural debido a la falta de agua y la mayor incidencia de eventos como los incendios forestales, lo que afectaría drásticamente las interacciones ecosistémicas. Algunas de las consecuencias serían la pérdida de biodiversidad, de diversidad genética y de hábitats; la disminución de capacidades para producir alimentos y fibras, así como de fijar y almacenar carbono; un incremento en la erosión, incidiendo sobre la desertificación y desertización”, explica el profesor Paneque.
En este contexto, una de las áreas más afectadas sería la producción agrícola, especialmente la de frutales, los que requieren una cierta cantidad de horas de frío para salir del estado de dormancia. El investigador señala al respecto que el aumento de las temperaturas y la disminución de horas de frío planteadas por estos escenarios tendrían como resultado una foliación tardía de estas especies vegetales, la deformación de sus frutos y, en definitiva, una baja en la calidad de estos.
“Atender el desafío del cambio climático implica atender el desafío del desarrollo sostenible”, sentencia el investigador de la U. de Chile. Por esta razón, afirma, este proceso debe ser acompañado con acciones para disminuir los impactos del cambio climático, como los “mecanismos de desarrollo limpio; mecanismos de reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques; acciones para el uso de energía renovable y biocombustibles; programas para mejorar la eficiencia energética en sectores residenciales, industriales, y comerciales; programas de reforestación; manejo de residuos sólidos y rellenos sanitarios; aplicación de un impuestos al carbono y al uso de combustibles fósiles y fertilizantes, entre otras medidas”.
Otras acciones, agrega, “implican promover programas de educación ambiental, y un cambio en el patrón de consumo de productos y servicios con efectos ambientales negativos, mediante la incorporación de índices, como la huella de carbono, hídrica y ecológica”.
]]>Con motivo de la edición de su libro “Los Sonidos del Éter”, la artista Sandriuska Theremin lanza una composición de breve duración, poco más de cuatro minutos, que homenajea y tributa sonoramente este invento que dio comienzo a la música electrónica y fundamentó la alianza entre música y sonido a lo largo del siglo XX.
Notable intérprete del Theremin, Sandriuska nos ofrece una pequeña sinfonía de carácter gótico donde una frase melódica en tono menor a cargo del sintetizador va deslizándose progresivamente encabalgada por unas oscilaciones sónicas del Theremin, que en conjunto, plasman una atmósfera entre espectral y dramática, con ascendencias y climas ondulatorios, que evoca imágenes de la Europa de comienzos del siglo XX, con toda su carga de guerras, confrontaciones y urgencias estéticas del arte de vanguardia. Este tema podría haber sido la banda de sonido de algún filme expresionista alemán, pienso concretamente en “El Golem” de Paul Muni, o bien como telón de fondo de las novelas del austríaco Gustav Meyrink, el último gran maestro europeo de la literatura gótica.
Pero Sandriuska propone un homenaje al Theremin que por otra parte ya plasmó en su libro “Los Sonidos del Éter” (Marciano Ediciones, 2020). Lo novedoso de esta composición es que no crea una narrativa historicista o demarcada documentalmente: este tema también alude a los movimientos de música pop que desde 1960 han empleado instrumentos electrónicos como soporte de estilos, creaciones y estéticas. Así, podríamos estar en presencia de un resabio musical de la primera época de los alemanes Tangerine Dream, o bien, del dark pop de bandas como la británica Bauhaus e incluso de grupos de techno inteligente como los también ingleses Cabaret Voltaire.
En suma, se trata de un homenaje que enuncia su tributo desde estos años veinte del siglo presente, a un siglo de la aparición del Theremin, instrumento que aún edifica mundos y dimensiones que liberan la percepción y nos llevan a un trance cósmico donde magia, mente y cuerpo se unen en una comunión físico espiritual que sólo la música, en este caso la electrónica, puede crear y provocar con su invocación al misterio.
Un hermoso trabajo de esta artista que como compositora puede dar mucho más aún.
Por Fabio Salas
]]>El problema de la sociedad capitalista, es que conlleva en su propia estructura la cosificación o reducción de las relaciones sociales entre personas (y cualquier fenómeno derivado de ella) a una relación social entre cosas. O sea, se percibe la vida social como algo estático, que existe naturalmente y no como una estructura social creada por un sinfín de intencionalidades con mayor o menos capacidad de poder y hegemonía para sostener sus intereses de grupo o clase.
En ese contexto, la realidad siempre se encuentra empañada, las manifestaciones de mayor o menor conflicto propias de cualquier comunidad humana se conciben siempre calculables y la sospecha que surge al interior de ciertos grupos para los que no ha resultado satisfactoria y humanamente dignificante su posición social actual, debe en muchas ocasiones transformarse en acción disruptiva frente a lo establecido.
Días atrás, en cincuenta minutos por lo menos, el noticiario de la tarde se centra en la detención ciudadana y linchamiento de un adolescente de 15 años, mientras acto seguido se titula otra noticia “Ahora son niños: Especialistas advierten que carreras delictuales comienzan a los 11 años”, en la cual de la mima forma, se hace hincapié en las diversas bandas de delincuentes juveniles que han sido sorprendidas en diversos delitos, detallando que hoy el inicio de la trayectoria delictual cada vez es a menor edad. Ahí acaba el “análisis” del hecho.
En mi opinión, no es posible amparar la violencia, criminalidad o camino delictivo e ilegal por el cual cierta parte de la sociedad intenta alcanzar los objetivos y expectativas materiales, dado el carácter “interclase” de dicha práctica que daña el lazo social que nos une como comunidad. Sin embargo, si no somos capaces de esforzarnos por llegar a una comprensión mucho mas profunda y “real” mediante el entendimiento del fenómeno en su propia esencia y medio en que se desarrolla y prolifera, seremos incapaces de afrontar eficientemente el problema que viene a deteriorar por estos días aún más, el lazo social ya fuertemente fragmentado en nuestro país.
Por ejemplo, solo para este caso, no es posible comprender el fenómeno sin acudir al concepto sociológico de anomia, dado que las sociedades capitalistas son grandes productoras de esta. Sin dejar de considerar las diversas teorías de la criminalidad, la desviación social que a la vez deriva en la conducta delictual encuentra relación con la contradicción que ocurre entre los objetivos materiales o simbólicos (estatus) socialmente establecidos y la capacidad de ciertos grupos sociales para conseguirlos. En ese sentido, la exclusión social provee de un medio muy favorable no solo para el surgimiento de la anomia, sino para la asociación e integración de los estratos mas bajos, que proceden a romper con las normas reguladoras de la conducta en un espacio visiblemente degradado y socialmente desintegrado.
Pensemos algo muy simple: las condiciones. No hay planificación urbana, un ambiente degradado, salarios bajos, abandono, injusticias evidentes en una deliberada concentración de la pobreza a través de procesos históricos de exclusión, junto a la expresión de sus múltiples problemáticas derivadas del contexto sobre todo de violencia en que se genera.
Eso es solo una mínima parte de lo que debería estar en discusión en medios tan masivos al momento de exponer tales situaciones. Pero, frente a esa trama, el problema es que los medios sobre todo televisivos en Chile, parecen cada vez esforzase menos por entregar a la población contenidos mínimamente adecuados, con mínimos elementos que le permitan a las personas comprender de la mejor forma la realidad y, en esto, parecen querer provocar hoy más que nunca, un alejamiento tal de la realidad, que incluso, me atrevo a decir, pretenden crear un ambiente propicio para la adopción de “verdades” distorsionadas que favorecen la adhesión a extremismos o populismos en cualquiera de sus expresiones.
No desconozco que los medios poseen dueños, y como tal, el legítimo derecho a informar de acuerdo a sus políticas editoriales, pero al generar prácticamente una dislocación espacio-temporal de los hechos respecto del medio real en el cual se desarrollan, incentiva una peligrosa baja intensidad de reflexión y con ello una baja intensidad de razonamiento que nubla cualquier intento por entender lo que sucede, impidiendo así la comprensión de lo que constituye el camino más adecuado y “civilizado” por el cual debemos transitar, superando aquellas “soluciones” fáciles que por solo aprendizaje del pasado sabemos nos conducen a violencias mucho mayores avergonzantes y despreciables por lo menos.
También entiendo que algunos medios ligados a élites económicas y, por ende, con un poder de posicionamiento extensivo a múltiples dimensiones de la vida social de una nación, se instalen en las mentalidades de muchas personas como el fetiche de la verdad “objetiva” dictada a través de los noticieros “oficiales” que proyectan una sensación de exposición de lo realmente relevante sobre nosotros, pero me cuesta aceptar que a través de estrategias de manipulación deformen y reduzcan huecamente la realidad como si los fenómenos sociales se explicaran por sí mismos, como si sucedieran tan aislados de nosotros y no tuvieran vínculo alguno con el resto de la estructura social que posibilita su existencia.
Entiendo que es la sociedad del espectáculo, y también a Žižek cuando señala que vivimos en una constante exaltación de los placeres, pero esa visión que se transmite (por cierto, placentera) de un mundo acabado y absolutamente cerrado, puede eliminar la sensación de posibilidad de modificación de la estructura que la origina y la mantiene produciendo una actitud no solo pasiva, sino perversa de las personas y sus conciencias hacia el mundo que los rodea.
Parafraseando a Lukács, en este mundo, por cierto, capitalista, lo nuevo o por qué no, los problemas que nos afectan como sociedad, jamás representan una posibilidad, sino el terror que amenaza la ‘estabilidad’.
Mi alegato, es ese. ¿Adónde nos lleva todo esto? ¿Por qué ese intento a veces desmesurado por incrementar una sensación de que el cambio y sus también a veces necesarias manifestaciones previas que rompen la “normalidad”, constituye siempre una amenaza al bienestar, y no optar por una mirada analítica seria que distinga también las múltiples posibilidades que alberga cada movimiento disruptivo del orden? ¿Hemos aprendido algo de la historia? En este contexto, ¿estamos dispuestos a ceder nuestra capacidad de razonamiento y pensamiento crítico a verdades mediadas y, por qué no decirlo, malintencionadas?
No pido que apaguemos la tele, solo sigo preguntándome: ¿Qué pasará cuando ya no seamos capaces de permanecer en un estado de critica constante hacia las versiones de la realidad que los medios “oficiales” difunden y nuestra versión de la realidad se consolide sesgada, parcelada y lo más alejada de una verdad que al menos muestre una intención implícita de propender al reconocimiento de la dignidad de cada humano y sus padecimientos sociales?
Por Jonathan Muñoz Hidalgo, Profesor de Historia y Sociólogo
]]>Por Felipe Baradit / Desde Magallanes, Rafael Cheuquelaf, integrante de la agrupación Lluvia Ácida, nos presenta su proyecto solista con una interesante propuesta musical donde decidió desempolvar algunas máquinas guardadas como el Moog Realistic M-1, para así darle un sonido bastante característico a este disco y cerrar un complejo año 2020 azotado por la pandemia.
Casi como una meditación desde un lugar lejano, Rafael ha plasmado esa inmensidad del paisaje patagónico, cruzado por algunas antenas junto con el agujero de la capa de ozono y su radiación UV. Musicalmente su disco “Austronáutica” nos transporta a estilos como el Synthpop, Ambient, Dub y Synthwave, con sólidos bajos, enigmáticas melodías junto con múltiples arpegios, que evocan la influencia de artistas como Vangelis, Popol Vuh, Jean Michel Jarre y Pansonic, por nombrar algunos. Podríamos imaginar al cerrar los ojos que estamos “Bajo la Vía Láctea” o escuchamos los “Microplásticos” saliendo a través de los parlantes.
Sin duda este álbum nos llevará a otras latitudes sonoras que agradarán nuestros oídos.
El pasado 2020 se cumplieron 40 años desde que la UNESCO lanzó el Informe MacBride, conocido también como “Voces múltiples, un solo mundo”, que visibilizó la alta concentración económica existente en los medios de información a nivel planetario y la posibilidad de construir un nuevo orden que democratice la comunicación.
Un informe que si bien fue precursor en lo que respecta a recomendaciones para impulsar políticas de comunicación desde los Estados, tuvo una oposición tanto de parte del bloque capitalista (Estados Unidos), principal promotor del libre mercado de la información, como desde el bloque socialista (Unión Soviética), principal impulsor de la centralización de la información desde el aparato gubernamental.
Es así como ambos bloques imperiales no estuvieron dispuestos a garantizar en sus legislaciones el acceso y participación en los medios de parte de la sociedad y de sectores invisibilizados y perseguidos históricamente, al usar a la información como una mera mercancía e instrumento para colonizar a los pueblos.
En el caso de Chile, el informe MacBride no fue tomado en consideración durante la década de los 80 por la dictadura, a través de una constitución que se ha centrado en el derecho a la privacidad y libertad de expresión individual, en desmedro de una mirada colectiva y participativa que conciba a la comunicación como parte de un proceso relacional y democrático.
Asimismo, esta constitución subsidiaria, hecha a la medida de los grandes grupos económicos del país, dio plena libertad a un mercado de medios, el cual se fue concentrando cada vez más. Lo que fue acompañado por medios públicos, cooptados por el régimen militar, que sólo se dedicaron a entregar propaganda oficialista.
Lo más dramático de esto, fue que con la vuelta a la democracia, la situación de los medios empeoró, ya que la concentración económica aumentó y los medios públicos, como son los casos de Televisión Nacional de Chile y La Nación, fueron desfinanciados completamente desde el Estado, haciéndolos competir con los medios privados.
Esto como consecuencia de lo realizado por la coalición de izquierda social de mercado, Concertación, en donde uno de sus grandes ideólogos, Eugenio Tironi, planteó que “la mejor política comunicacional es no tener política comunicacional», evidenciando el abandono total del Estado y negando la posibilidad de ver a la comunicación como un derecho humano.
Las consecuencias de esa mirada despolitizada y comercial de la comunicación, generó que desaparecieran buena parte de los medios críticos de la dictadura (Apsi, Análisis, Hoy, Cauce, Fortín Mapocho, La Época, Bicicleta) y el inicio de un campo de comunicación estratégica, impulsado por Enrique Correa (Imaginaccion), Pilar y María de la Luz Velasco (Extend) y el mismo Tironi, quienes han asesorado y limpiado la imagen a los grandes grupos económicos del país
En lo que respecta a la situación de la concentración económica de los medios de información en la actualidad, la situación no da para más. El duopolio conformado por el grupo Mercurio SAP y COPESA concentra el 82% de los lectores y el 84% de la publicidad para la prensa escrita. Sobre la concentración de radio y televisión hay cuatro conglomerados que concentran el mercado también (Grupo Prisa, Grupo Luksic, Grupo Bethia y Grupo Dial).
Frente a esto, es un gran paso la creación reciente del Bloque por el Derecho a la Comunicación, el cual agrupa a distintas organizaciones que están demandando una ley de medios que desconcentre y promueva el pluralismo de voces, distribución equitativa del avisaje estatal, fomento de medios comunitarios e indígenas, derecho a internet, televisión pública, educativa y cultural, promover medios no sexistas ni racistas y descentralizados, garantizar protección de datos personales (1).
En consecuencia, lo que se busca es que la comunicación sea vista no como un medio sino como un proceso de convivencia democrática, en donde nos podamos relacionar en igualdad de condiciones y más horizontalmente, desde miradas y experiencias alternativas (feministas, socioambientales, plurinacionales, regionales, comunales, barriales), dejando atrás cualquier intento de cooptación partidista o comercial de parte de unos pocos solamente.
Por suerte nos encontramos en medio de un proceso constituyente en Chile, en donde el Derecho a la Comunicación tendrá que ser discutido necesariamente por las y nuevos convencionales elegidos el próximo 11 de abril.
Por Andrés Kogan Valderrama, integrante del Comité Científico de Revista Iberoamérica Social, Miembro del Movimiento al Buen Vivir Global
NOTA
(1) Integrado por el Colegio de Periodistas de Chile, Red de Periodistas Feministas, Fundación Datos Protegidos, Programa de Libertad de Expresión del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Mujeres en el Medio, Diario El Siglo, El Desconcierto, Página 19, Radio Universidad de Chile, Comité por la Defensa de la Televisión Pública, Radio Juan Gómez Milla de las Escuela de Periodismo Universidad de Chile, ONG ECO: Educación y Comunicaciones, UPLA TV (Canal Universitario de la Universidad de Playa Ancha), Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha, Observatorio del Derecho a la Comunicación, Red de Periodista Migrantes y la fotógrafa Nicole Kramm. Fuente: https://derechoalacomunicacion.cl/
]]>AV1 es el primer compilado audiovisual publicado por Tensa Records. Este trabajo reúne a 33 músicos y 33 visualistas de diferentes lugares del mundo: Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Perú, Rusia, Japón, USA, Venezuela, Canadá y Francia. El compilado fue lanzado el día lunes 7 de diciembre y está disponible en YouTube.
Tensa Records es un sello de música electrónica creado a comienzos del 2019, originalmente formado para mostrar y registrar artistas locales que se presentaban constantemente en fiestas de Santiago de Chile. Hoy, Tensa Records es un sello abierto a músicos de todo el mundo y a todos los estilos de música electrónica.
En AV1 encontrarán el resultado del trabajo sonoro y visual de parejas de artistas cuya vinculación no es mayormente directa, incluso muchos de ellos no se conocían entre sí. Por ello, la temática es muy abierta, ya que los artistas de la imagen recibieron el encargo de hacer un clip de un track de 2 minutos de duración, sin ninguna referencia acerca de estilo, tratamiento visual o guión preestablecido, por ello el resultado funciona como una pieza total, un largometraje que fluye con el criterio del azar, pues el orden de los clips también obedece a un estricto factor alfabético.
No queremos abundar en biografías o explicaciones complejas y rimbombantes sobre lo que ustedes podrán apreciar directamente, pero sin duda les adelantamos que quedaran sorprendidos – una vez más – con la inmensa riqueza que tiene la creación electrónica actual.
Curatoría & producción: René Roco.
]]>Corría la década de los setenta, en plena dictadura, cuando en nuestro país se crea la figura de “Zona de Interés Científico”, que fue creada originalmente para impedir que la minería se instalara en áreas de alto valor ecológico y de interés científico. Pero durante la dictadura de Pinochet, a través de modificaciones al código minero, se agregó que “sólo el Presidente pueda autorizar la instalación de faenas mineras en estas zonas”.
De esta manera y por más de 40 años, distintos proyectos mineros han podido esquivar las restricciones impuestas, para así poder explorar y destruir sitios protegidos, como reservas nacionales, monumentos naturales e incluso parques nacionales.
Por lo mismo, cabe preguntarse: ¿Es realmente una figura de protección ambiental o una habilitación encubierta para la explotación minera en territorios de alto valor ecológico?
Origen
En Chile desde el año 1977, se han declarado mediante decretos supremos 41 zonas de interés científico para efectos mineros. Pero, ¿qué significa esto? ¿Cuáles son los alcances de dicha declaratoria?
La evidencia legal indica que la figura de interés científico para efectos mineros en nuestro país, tuvo su origen en el año 1963, mediante la publicación de la ley Nº 15.172, que si bien no es una disposición de carácter ambiental, liberó el pago de derechos de internación para los materiales que se utilizarían en la instalación del observatorio astrofísico, que nacería a partir del convenio celebrado entre la Universidad de Chile y la “Association of Universities for Research in Astronomy Inc” (AURA).
Fue a partir de dicha internación de materiales para el fomento de la actividad astrofísica en Chile, que el Estado tuvo que garantizar la conservación y características de los territorios en donde serían construidos dichos observatorios.
Así, en el año 1977 y mediante el decreto supremo Nº 99 del Ministerio de Minería, fue declarado como primera zona de interés científico para efectos mineros el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, ubicado en la comuna de Vicuña, Provincia de Elqui de la IV Región.
En el mismo orden de ideas, el día 28 de noviembre del mismo año fue declarado como zona de interés científico para efectos mineros el territorio ubicado en el Cerro la Silla y sus terrenos circunvecinos en La Higuera (IV Región). Lo anterior a objeto de materializar el convenio suscrito entre Chile y la Organización Europea para la investigación Astronómica del Hemisferio Austral, contenido en el Decreto Supremo Nº 584 del año 1967.
“La figura de interés científico para efectos mineros tuvo en su inicio un carácter eminentemente científico, en apoyo al fomento de la actividad astrofísica y construcción de observatorios en el norte del país. Durante la época en que se dictaron dichas disposiciones, la realidad chilena estuvo marcada por una sangrienta dictadura, en donde Augusto Pinochet tenía el monopolio de la producción legal. Prueba de ello es que los decretos que declararon las primeras zonas de interés científico para efectos mineros fueron suscritos por su puño y letra, declarando que existiría prohibición de realizar actividad minera en las zonas declaradas de interés científico, mientras no exista una autorización expresa del Presidente de la República”, explica Juan Pablo Sanguinetti, abogado de Fundación Relaves.
En otras palabras, agrega Sanguinetti, “la actividad minera y explotación de los recursos naturales en zonas declaradas de interés científico quedaron al exclusivo arbitrio y escrutinio de Pinochet”.
Consecuencias
Posteriormente, en el año 1983, mediante la ley 18.248, se dictó el nuevo Código de Minería. Esta normativa logró soslayar cualquier obstáculo legal para su ejercicio y actividad que pudiera encontrar en el Convenio para la Protección de la Flora, Fauna y las bellezas Escénicas Naturales de América, convenio internacional suscrito por Chile en el año 1967 y que -entre otras cosas- contempla restricciones específicas para cada figura de protección,
Por ejemplo, en el caso de los Monumentos Naturales, sólo se podrán realizar investigaciones científicas previamente aprobadas o inspecciones gubernamentales. Es así como de esta manera encontramos que en el año 1983, mediante el Decreto Supremo Nº 29 del Ministerio de Agricultura, fue desafectado el Parque Nacional Lauca, creándose la Reserva Nacional Las Vicuñas y el Monumento Natural de Surire, zonas que fueron declaradas de interés científico para efectos mineros, lo cual hasta el día de hoy se ha utilizado para la explotación minera no metálica de la empresa Quiborax.
O la inentendible reducción que el Gobierno realizó al Parque Nacional Patagonia para entregar terrenos a una minera australiana en virtud de la declaración de interés científico para efectos mineros de la Reserva Nacional Jeinemeni.
“Como la autoridad sectorial pertinente no ha entregado estándares objetivos de la declaratoria de interés científico para efectos mineros, ésta no es más que un reconocimiento en papel de algún atributo ecológico de un determinado territorio. Si bien comenzó como apoyo para la actividad astrológica en el norte, en la actualidad es parte de la burocracia que deben llevar a cabo los proyectos de inversión minera que quieran explotar recursos naturales en alguna de las áreas ambientalmente protegidas por Ley”, explica Sanguinetti.
“De esta manera, hoy en Chile se declaran zonas de interés científico con el objetivo casi exclusivo de intervenir, degradar y destruir zonas protegidas por tratados internacionales. Como Fundación, creemos que existe una necesidad urgente de revisar y modificar esta figura fraudulenta, que permite que los grandes intereses corporativos destruyan tesoros naturales que merecen ser tratados como tales por el Estado y la ciudadanía”, concluyó Henry Jurgens, fundador de Relaves.org.
]]>Con el fin de seguir avanzando en el desarrollo del plan de “Reconversión Cervecería CCU Limache”, CCU y la Municipalidad de Limache firmaron un convenio de colaboración, con el cual comienza la etapa de socialización del proyecto, durante la cual diferentes actores de la comuna se reunieron con las autoridades y gestores para interiorizarse de los detalles y alcances de la iniciativa.
El plan de reconversión de Cervecería CCU Limache, que fue presentado en agosto de 2020 al Concejo Municipal, considera la restauración de esta emblemática edificación principal para instalar un museo abierto a la comunidad y crear un espacio de encuentro y recreación en los jardines colindantes, donde se podrán revivir y compartir experiencias en torno a la cerveza y su vínculo con la ciudad.
En ese sentido el alcalde de Limache, Daniel Morales, expresó su alegría por llevar a cabo este anhelado sueño: “Es un momento histórico para nosotros, hoy estamos dando vida a este lugar con la creación de este museo, que además es una tremenda oportunidad para la economía y el turismo de Limache y también, para rescatar algo tan representativo para nuestra ciudad como lo es la fábrica CCU y la tradición cervecera. Esta iniciativa tiene una gran carga emotiva es un reflejo del desarrollo de nuestra comuna, el mismo desarrollo que han construido nuestros propios vecinos”.
Por su parte, Felipe Wielandt, gerente del proyecto CCU Limache, explicó que “la realización de este proyecto potenciará el turismo y aportará al crecimiento de toda la comuna. Queremos que la comunidad se sienta parte de la tradición cervecera y de la historia de este emblemático edificio, que fue centro de operaciones de CCU y alcanzó gran prestigio por la calidad de sus productos”.
Actualmente, esta es la última fábrica del país que permanece en su estado original, lugar que alguna vez acogió a más de 600 funcionarios y donde aún se mantienen los equipos industriales. Se espera que la iniciativa rescate el patrimonio y tradición cervecera de la zona y abra paso a que nuevas generaciones puedan conocer las historias y memorias que resguardan estas paredes.
]]>Este año, a pesar de la pandemia, tendremos una concentración récord de CO2 en la atmósfera y la temperatura será una de las más altas que se haya registrado en la historia de la humanidad. Al considerar este escenario, resulta evidente que el enfoque institucional, surgido en la Cumbre de la Tierra en 1992, fracasó en su intento de controlar la crisis climática.
Los gobiernos, los organismos internacionales, las corporaciones económicas, los científicos y las ONG ambientalistas no fueron capaces de cumplir los compromisos que se autoimpusieron para frenar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados para el año 2030 y de dos grados para el año 2100. Transcurrieron cinco años desde que se fijaron estas metas en el Acuerdo de París y hoy resultan cada vez más lejanas.
En este contexto, en las últimas semanas tomó fuerza un movimiento de justicia ambiental conocido como “Acuerdo de Glasgow”. Se trata de una iniciativa impulsada por organizaciones y movimientos sociales de todas partes del mundo que pretenden coordinar el movimiento por la justicia climática a nivel global al mismo tiempo que proponen crear, en el seno de la sociedad civil, herramientas y alternativas de acción para la agenda climática.
Para quienes firman el Acuerdo de Glasgow, el Acuerdo de París promovido por la ONU en 2015 se convirtió “en solo un procedimiento y no será capaz de lograr su propia meta de prevenir las peores consecuencias del cambio climático”.
Partiendo de esta base, el Acuerdo de Glasgow considera que la ciudadanía mundial no es escuchada y advierte que, ante el avance de la crisis climática, se vuelve urgente tomar nuevos rumbos. Es por esto que insisten en la necesidad de que sea la misma ciudadanía la que confeccione y ponga en práctica “una alternativa de acción (con un inventario y una agenda climática propia) y un espacio de estrategia y coordinación para el movimiento de justicia climática”.
Con esta iniciativa, el mundo ecologista pone fin a la estrategia principal que tenía como objetivo presionar a los gobiernos y a las instituciones internacionales. Ahora, en cambio, concentrará sus esfuerzos en crear y aplicar su propio plan de acción pues ya no se puede seguir esperando. Desde este nuevo enfoque, la Tierra ha comenzado a defenderse y está buscando nuevos equilibrios. Entonces, la ciudadanía mundial debe ser capaz de responder a las nuevas circunstancias.
El Acuerdo de Glasgow se inspira en los siguientes puntos:
A) El marco político para la reducción de las emisiones y para la acción climática es el de la justicia ambiental. Es decir, se establecerá una unidad de enfoque entre el mundo ecologista y el mundo social para enfrentar la crisis.
B) Será necesario que como ciudadanos tomemos la responsabilidad colectiva de reducir las emisiones y mantener los combustibles fósiles en el subsuelo.
C) La ciudadanía deberá elaborar un inventario de fuentes contaminantes y productoras de gases de efecto invernadero en los distintos territorios. En simultáneo, deberá crear una agenda climática basada en el inventario local de emisiones.
D) La cooperación económica y política así como las acciones de intervención no violentas, en particular enfocadas en la desobediencia civil, se convertirán en las principales herramientas para cumplir el Acuerdo de Glasgow.
E) Cada organización podrá definir sus propias estrategias locales y nacionales para impulsar y cumplir con la nueva agenda climática pudiendo recurrir al apoyo y la solidaridad de los otros miembros internacionales firmantes.
Se espera que para diciembre de 2021 sean más de mil las organizaciones incorporadas al Acuerdo. A la fecha, ya han firmado su incorporación a este compromiso más de cien organizaciones de todo el mundo, entre las que se encuentran el movimiento de los escolares liderado por Greta Thunberg y el movimiento Extinction Rebellion. En Chile, uno de los firmantes es el Instituto de Ecología Política.
Sin lugar a dudas, se trata de un plan muy ambicioso, desesperado y también necesario ya que coincide con una crisis climática que está entrando en su etapa más dura. La descarbonización y la estabilización de la temperatura global no pueden esperar más. Como ciudadanos debemos ser capaces de emprender acciones que detengan el aumento de la temperatura del Planeta. Es uno de nuestros mayores desafíos y debemos actuar a tiempo: lo que está en juego es nuestra supervivencia como especie.
Por Manuel Baquedano, presidente del Instituto de Ecología Política
]]>Pamela Ramírez, académica y especialista de la UPLA (Universidad de Playa Ancha), advirtió que los acantilados de Laguna Verde (Acantilados Santa María) poseen más de 300 especies de flora que urge conservar.
Los datos surgen tras una investigación realizada por académicos de dicha casa de estudios, quienes manifestaron que del total de especies controladas, el 50% son endémicas (no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo) y el 30% son nativas del lugar, y que existe una importante amenaza por la acción humana.
Ramírez, profesora de botánica y curadora del Herbario VALPL de la Universidad de Playa Ancha, explica que, al ubicarse estos acantilados en la zona central del país, lo hacen también en lo que se denomina a nivel mundial como el hotspot de biodiversidad.
Así, junto al académico y botánico de la UPLA, Rodrigo Villaseñor, luego de un estudio, determinaron en un sector de los acantilados 5 comunidades de vegetaciones, que crecen en los fondos de quebradas y en laderas. Así, es posible encontrar comunidades de lúcumos y maqui, quillayes con litre, retamilla y coligüe, entre otras. A lo anterior hay que sumar una gran variedad de especies de flora como orquídeas, lirio costero, alstroemerias peregrinas y marticorenae, quebrachos, flor de lúcumo y papayitos chilenos, zapatitos y quisquitos.
“En un tercio de los acantilados encontramos más de 300 especies reconocidas, cuántas más habrá que nosotros no hemos visto, porque hay muchas más. De este estudio, casi un 50% son endémicas de nuestro país y algunas solo se encuentran en estos acantilados, hay un 30% que son nativas y solo un 20% son introducidas. Este dato ya nos dice que es un lugar importante de conservar. No está tan intervenido, no hay tanta flora introducida y se ha logrado conservar, pienso por la geografía que tiene, porque no es de tan fácil acceso”, explica la especialista.
Para la curadora del herbario VALPL UPLA, las plantas en nuestro país no han sido evaluadas lo suficiente, es decir no se conoce su estado de conservación. De acuerdo con el catálogo de la flora de Chile, 5 mil 471 especies están identificadas, de las cuales 2 mil 140 son endémicas del país, y solo 442 de ellas están evaluadas.
]]>Me resisto a creer que todo está vacío y muerto. Me resisto porque como todas, tengo sueños.
A veces siento ansias de salir de aquí, de este lugar lúgubre. Parece no avanzar con el tiempo, ni la edificación, ni el espíritu de estos hospitales avanza, y yo me resisto a seguir aquí un día más. Siempre las mismas luces que chocan blancas con la murallas, las habitaciones donde el dolor es el personaje principal, la misma gente, los médicos rehuyendo de la locura. Estoy aquí a la espera de un encuentro que no llega. Ha pasado tanto tiempo. Seguro las cosas están más aterradoras que antes.
La rutina aquí es siempre la misma, unos cigarros, la comida, las visitas. Nos reímos todas de cualquier cosa, como para tener excusa de una felicidad que no nos sacia. Las rejas están dispuestas de una manera quizás más sensible que una cárcel. Sentimos una cierta protección, seguridad, pero es imaginación. Cuando llega el día del alta es tan significativo que casi aplaudimos, nos vamos de una en intervalos de tiempo.
Me resisto a vivir esto porque amo, porque vivo. En ese punto donde fue el último encuentro, encuentro que aun me culpa, encuentro que me llevo y me alejo de este mundo, mundo que aunque no quiero, me da esperanza, pero me condena a vivir esta culpa, mala y triste. Me afano porque pasen los días, las horas y todo el tiempo, para que mi pena sucumba. Mas aquí la pena crece, duele, mi ansiedad me traga, y ya casi ninguna de las cosas rutinarias me entrega un ápice de alegría.
Sé que espero con un afán dolido que las cosas cambien, y que nuestro punto de encuentro culmine, y sea otro quizás para guardarlo. Miro a mi alrededor y muchas compartimos el sentimiento, fuimos despreciadas, pero existe un sueño que las cosas cambien. Yo le busco una forma, alguna coherencia y nada, esta todo tan vacío. Aunque me resisto a buscarlo, sé que lo encontraré, y reviviremos lo no vivido, lo no sentido y también lo no permitido.
Pero claro, en lo no permitido seguro moriré, moriré en pausa, como la mujer que fui, ingresada al patio de la locura, marginal y extrema. Como una obra de un ser anónimo. Mantengo una esperanza absurda, absurda porque el punto de encuentro era mi muerte, muerte que no cambia, aun vive en ambos ese punto, maldito y teñido de oscuridad, que está en mi y en él. No se borró de la retina porque sostuvimos tanta locura, desamor y frialdad. Tropezamos con todo, todo era pena en los dos, risas atenuadas, risas desmesuradas.
Aún muerdo mis labios azulados, en este lugar donde todos los sueños duermen, y los ojos chocan con fulgores de luz electrificada, como si fuéramos todas a parar a un laberinto. Sabemos que si salimos de esto iremos a pelear con las soledades del mundo, y nos juntaremos por ahí con alguna compañera, tan triste y dañada como una.
Ahora, puedo decir que me resisto a vivir un instante más en este punto de encuentro de desamor.
Por Andrea Boggiano
]]>En Dinamarca, la primera ministra Mette Frederiksen anunció recientemente la eliminación de 17 millones de visones de criaderos. Este país es el principal productor mundial de pieles de visón, producto que sustenta gran parte de la peletería de lujo. Junto con esta medida, decidió también confinar a más de 280 mil personas que viven cerca de los criaderos puesto que se comprobó que 214 personas se contagiaron directamente con la mutación del coronavirus en la cepa “Cluster 5”, proveniente de los visones de granjas.
Las autoridades sanitarias danesas justificaron esta medida señalando que el coronavirus proveniente de estos animales responde a una mutación mayor del virus y que su posible diseminación puede poner en peligro el desarrollo de las vacunas. Dos días después de este impactante anuncio, cinco países más notificaron oficialmente a la OMS la existencia de contagios de Covid 19 en granjas de visones. Esto ocurrió en Suecia, Estados Unidos, Holanda, Italia y España.
Entonces, con esta revelación, el cerco de protección tendido en torno a esta industria de lujo comenzó rápidamente a derrumbarse. Lo que no pudieron conseguir las numerosas campañas de ambientalistas y animalistas, lo hizo finalmente la naturaleza por medio de la pandemia. El fin de esta vergonzosa industria basada en la muerte de animales para sacarles la piel representa una muestra más de que hoy en día la sensibilización masiva y efectiva de estas causas la están haciendo los propios hechos.
Algunos sostendrán que no se sienten concernidos pues no consumen estos artículos superfluos pensados para minorías enriquecidas que exhiben pieles de animales “naturales” en abrigos, carteras y zapatos como símbolo de estatus. Sin embargo, comienzan a conocerse estudios científicos que demuestran que el contagio del coronavirus podría extenderse a decenas de mamíferos, algunos tan familiares para nosotros como las ovejas, los perros, los gatos, las chinchillas y otros en peligro de extinción como los chimpancés, orangutanes y leones.
Los científicos virólogos están investigando cómo la proteína del SARS-CoV-2 podría interactuar con la proteína ACE2 a la que se adhiere cuando infecta a las personas y cuáles son los animales más susceptibles que pueden convertirse en reservorios del coronavirus o de otros virus.
La profesora Christine Orengo, a cargo de los estudios realizados por la University College de Londres, explicó: “Queríamos mirar más allá de los animales que se habían estudiado experimentalmente, para ver qué animales podrían estar en riesgo de infección y justificarían una mayor investigación y un posible monitoreo”.
“Cada vez que un virus entra en un nuevo huésped la naturaleza pisa el acelerador de la evolución. El patógeno debe adaptarse al nuevo animal, aprender a abrir la cerradura de sus células, entrar en ellas y usar su maquinaria para hacer decenas de miles de copias de sí mismo”, agregó.
Hasta ahora se había pensado que eran los seres humanos los que contagiaban a los animales, pero ya se demostró científicamente en Holanda que también pueden ser los animales los que propaguen los contagios.
“Seguir con la cría de estos visones supondría un riesgo muy elevado para la salud pública, tanto en Dinamarca como en el extranjero”, advirtió el responsable danés de la agencia de control de enfermedades infecciosas.
Hoy en día toma fuerza la opinión entre los virólogos de que habría que buscar en los criaderos de animales de visón americano en China el reservorio del Covid-19, pues si bien se sospecha del murciélago, bien podría haber sido por medio de otro animal, y ya hay un equipo de la OMS trabajando en China esta hipótesis.
Estamos entrando en un problema mayor de la ciencia y de la credibilidad humana. ¿Podrían contagiarse los mamíferos y transmitir el virus a seres humanos?
¿Es un tema de análisis para el futuro de nuestro país? Por cierto, no se trata de un tema en agenda. Puede ser que por una triste casualidad del azar, en Magallanes, una de las regiones más afectadas por un segundo rebrote atribuible -según la Universidad de Magallanes- en un 80 por ciento a una variedad nueva de Covid, haya sido también el lugar donde se instalaron las granjas de cría de visón americano y que, una vez quebradas comercialmente, soltaron los animales sin ninguna prevención.
Por cierto, tampoco podríamos descartar el hecho de que la gente por motivos económicos haya seguido hasta ahora con experiencias informales y artesanales de crianza en cautiverio de visones americanos. Una situación parecida se está dando con los jabalíes, que por un lado, son tratados como plaga por la autoridades, y por el otro, hay gente que posee pequeños criaderos informales para vender su carne.
Resulta necesario que las autoridades de salud y la comunidad científica transparenten a la ciudadanía lo que se conoce sobre este tema e inicien un monitoreo y una fiscalización de las granjas peleteras nacionales. También que combatan la posible crianza ilegal de especies prohibidas con fines económicos. Todo esto con el objetivo de controlar a los visones americanos y a los jabalíes que están arrasando con las faunas autóctonas y con la economía doméstica de las poblaciones rurales del sur del país.
Nadie sabe los que nos deparará el coronavirus. La mejor vacuna a largo plazo, y la que está a nuestro alcance, es proteger la biodiversidad y la naturaleza que nos alberga.
Por Manuel Baquedano, presidente Instituto de Ecología Política
]]>Desde hace varios años se han realizado estudios que describen la diversidad de formas de vida en un territorio. Estos han incrementado exponencialmente su cantidad y precisión a medida que se acercan a la actualidad, generando mucha información que es archivada en diversos formatos curatoriales.
La compilación de esta información proveniente de estudios ya realizados en forma de base de datos, proporciona la posibilidad de un acceso rápido y completo de utilizar dicha información en estudios actuales y futuros; no sólo para analizar la evolución temporal de las formas de vida, sino para comprender cómo y porqué se han producido cambios, conocer la naturaleza lo más exactamente posible, abarcar estudios sobre biodiversidad, conservación, seguridad alimentaria y elementos humanos sociales y culturales, entre otros.
La Red de Patrimonio Botánico Universidad de Chile es la primera institución universitaria pública a nivel nacional que comparte datos de forma libre y gratuita sobre colecciones botánicas a través del Portal GBIF y ya ha realizado dos entregas de información a la plataforma.
“Entregar datos a GBIF también tiene un impacto positivo para las colecciones porque quedan citables. Es una forma moderna de publicar, similar a los Data paper, los datos de calidad son muy importantes para tomar decisiones. Esta publicación es relevante para compartir los datos con la ciudadanía y con los tomadores de decisiones. GBIF es el portal oficial del Ministerio del Medio Ambiente para extraer información”, afirmó la profesora Paulette I. Naulin, académica de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y coordinadora del Consorcio de Patrimonio Botánico de la Universidad de Chile.
La importancia de las colecciones biológicas de plantas radica en la necesidad de dar a conocer lo más exacto posible la flora y vegetación en un lugar y tiempo determinado para la realización de estudios que permitan entender las dinámicas de cambios y contar con datos de ocurrencia, que indican algo que existe, aunque no se pueda ver en ese momento.
“De Santiago hay poca información disponible para la ciudadanía y la toma de decisiones, está reservada a los especialistas en documentos difíciles de acceder. Entonces al momento de generar de proyectos de desarrollo urbano, autopistas, o cualquier otro que necesite de evaluación de impacto ambiental, no consideran todas las especies que están presente en el lugar porque no es de dominio público”, destacó como ejemplo la profesora Naulin.
Las primeras publicaciones de colecciones biológicas compartidas por la Universidad de Chile se realizaron en los meses junio y agosto del año 2019, correspondieron a los herbarios: EIF vasculares y SQF con 5.238 y 2.096 registros respectivamente. Ambas se actualizaron en agosto del presente año. EIF vasculares, agregó 1.813 nuevos registros obteniendo un total de 7.051 registros y añadió un nuevo set de datos sobre Briofitas con 319 registros. Estos a la fecha (21-10-2020) poseen 5.958 descargas y 13 citas y 246 descargas el dataset de Briofitas.
El herbario SQF sumó 1.616 registros nuevos, quedando con un total de 3.712 registros en total estos han sido descargados 6.186 veces y citados 14 veces. Además, se incorporó una nueva colección biológica “Registros de Paleobotánica obtenidos de la Literatura de Teresa Torres”, primera en Chile y segunda en Sudamérica en compartir datos de paleo botánica con 178 registros los que han tenido 917 descargas y dos citas desde su publicación en diciembre de 2019.
El Ministerio del Medio Ambiente, es la entidad que implementa la red GBIF en Chile y que impulsa el trabajo hacia una cultura de acceso abierto a datos sobre biodiversidad, generados a partir de colecciones de historia natural.
“Estos datos científicos significan un tremendo avance para las gestiones que realiza el país en cuanto a contar con información de calidad para apoyar la gestión en conservación, y la elaboración de políticas públicas”, señaló Leisy Amaya Montano, administradora GBIF Chile del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente, haciendo énfasis en que la Red de Patrimonio Botánico de la Universidad de Chile ha estado a la vanguardia de estos procesos, proporcionado datos e información estandarizada de alta calidad, que se constituyen en un valioso legado para futuras generaciones.
Por su parte, Antonia Serey, profesional de proyecto U-Redes- PBUCh, sostuvo que se alcanzó el objetivo de “visibilizar las colecciones biológicas y hacer notar su importancia. Éstas nos permiten revivir la historia, en este caso florística y notar sus cambios a través del tiempo. Compartir esta información de forma abierta permite que el trabajo de gente, científicos, botánicos de distintas generaciones reviva y vuelva a tener valor, poniéndola a disposición de actuales científicos y ciudadanía, esperando que sea un aporte en la toma de decisiones conscientes sobre conservación de biodiversidad”.
El trabajo de la Red de Patrimonio Botánico para entregar los datos a GBIF requirió de un equipo humano que estandarizara la información de las colecciones disponibles en el formato requerido, a través de los Herbario EIF, Herbario AGUCH y Herbario SQF, además son parte de esta iniciativa los Arboreto Antumapu, Carén y Frutillar y la Colección de Paleobotánica de Teresa Torres; que forman parte de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza y la Facultad de Ciencias Agronómicas.
“Trabajé desde la digitalización de un ejemplar de herbario hasta la publicación de los datos en GBIF. En esta oportunidad logré comprender que la posibilidad de compartir datos de biodiversidad no está al alcance de todos, ya que de a poco se ha ido desarrollando la conciencia del ‘compartir’”, relató Victoria Arévalo, profesional de Proyecto U-Redes-PBUCh, quien formó parte de este equipo de trabajo.
El profesor Nicolás García, académico y curador de Herbario EIF de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza, explica que mientras más datos estén libremente disponibles para todos los interesados, tales como científicos, tomadores de decisiones, aficionados y amantes de la biodiversidad, mayor es el beneficio que tiene para la sociedad el saber cómo se distribuyen los seres vivos y qué se puede hacer para su protección.
“Esta es una excelente manera de visibilizar nuestras colecciones biológicas a la comunidad internacional y llamar la atención acerca de la importancia de apoyar este tipo de iniciativas que son fundamentales para documentar y comprender la biodiversidad”, añadió el profesor García.
Desarrollo de la Red de Patrimonio Botánico
El Consorcio del Patrimonio Botánico de la Universidad de Chile (PBUCH) es una red destinada a poner a disposición de la comunidad el patrimonio botánico contenido en los herbarios indexados, colección paleobotánica y arboretos de la Universidad de Chile para servir como recursos docentes, de investigación y de extensión.
Este Consorcio se genera a partir del proyecto U-Redes “Incentivo a la Generación de Red”, aprobado en el año 2016 y financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) de la Universidad, enfocado en el rescate, difusión y puesta en valor del patrimonio natural en las colecciones botánicas indexadas de la Universidad de Chile.
Posteriormente, en el año 2018 y bajo el proyecto U-Redes “Consolidación de Redes” se generó la iniciativa “Consolidación de la Red Consorcio del Patrimonio Botánico de la Universidad de Chile (PBUCH): Rescate, difusión y puesta en valor del patrimonio natural de las colecciones botánicas de la Universidad de Chile”, impulsando la valorización de las colecciones biológicas en general, tanto dentro de nuestra Casa de Estudios, como a nivel nacional. Este tipo de colecciones albergan datos acerca de las especies que son fundamentales para el conocimiento y conservación de la biodiversidad.
La Red de Patrimonio Botánico de la Universidad de Chile, nace buscando poner en valor las colecciones biológicas de la Universidad y del país, desde el área botánica. “Durante cinco años ha diagnosticado el estado de las colecciones, cuantificando y cualificando el material depositado en ellas. Además, ha puesto en valor los ejemplares que se conservan en ellas y finalmente a través de GBIF está compartiendo con la ciudadanía en general y las diferentes áreas de la ciencia, datos de calidad verificables depositados en colecciones indexadas a nivel internacional”, concluyó la profesora Naulin.
]]>“Chile optó abrumadoramente por el cambio. Pero esto no es una casualidad y, mucho menos, el resultado de una deliberada decisión de la actual casta política. Más bien, este cambio se ha gestado en las periferias del poder y en el anonimato de millones de ciudadanos hastiados del abuso, la desigualdad y la exclusión y, sobre todo, de un Estado de Derecho que siempre favorece a los privilegiados”. Con esta declaración comienza la conversación con Diego Ancalao, presidente del Partido por el Buen Vivir (en formación).
El pasado 4 de septiembre, el Servicio Electoral (Servel) dispuso la publicación en su sitio electrónico institucional y con ello, dio inicio al proceso de recolección de firmas para constituir el partido político POR EL BUEN VIVIR. Este nuevo partido se inspira en la filosofía, cultura y principios que rigen a muchos pueblos originarios del mundo y algunos de América Latina.
Así, el pueblo kichwa lo define como “Sumak Kawsay”, el pueblo aymara como “Suma Qamaña, y el pueblo mapuche como “Kume Mongen”.
El “MANIFIESTO POR EL BUEN VIVIR. Un modelo integral y holístico de desarrollo, que invita a la acción política”, responde a una nueva manera de hacer política en concordancia con los saberes y las prácticas de la sabiduría de los pueblos originarios. Se elaboró de manera silenciosa escuchando a la gente en todo el territorio.
“Es posible recoger el sentido común de las personas y en este manifiesto, está plasmada la buena noticia que anhelamos y el camino de hermandad que invitamos a transitar en esta nueva etapa que comienza post aprobación para la elaboración de una nueva Constitución a través de una Convención Constituyente”, agregó Ancalao.
El “manifiesto” trata de un nuevo modelo de desarrollo, que busca la construcción de una alternativa que se haga cargo de las aspiraciones y sueños de las grandes mayorías excluidas del país y, afirma que “…esto que hoy llamamos buen vivir, es el resultado de miles de años de sabiduría aplicada, concentrada en la experiencia práctica de pueblos que aprendieron un estilo de vida que busca la armonía de la persona consigo misma (subjetividad), con los demás (convivencia) y con la naturaleza (vínculo con la creación y el cosmos).
El buen vivir nace como una práctica que luego se conceptualiza y se convierte en un sistema de relaciones humanas, que nos muestra que es posible que una comunidad adopte conductas protectoras de los derechos individuales y colectivos que promuevan el respeto a la dignidad inherente a las personas, la convivencia pacífica, la plena adhesión a los acuerdos alcanzados, la justa repartición de los recursos disponibles para que a nadie le falte lo esencial, el cuidado irrestricto de la naturaleza y el libre ejercicio de la autonomía individual, dentro de los límites que aconseja el bien común”.
En Chile existe un desconocimiento de la forma de organización de los pueblos originarios porque lo que se enseña en las escuelas es que el proceso de colonización fue una “acción civilizatoria” de estas primeras naciones.
Diego Ancalao, también presidente de la Fundación para el Desarrollo y Liderazgo Indígena (ILDIICHILE) agrega que “se desconoce el Az Mapu, que desde el área jurídica occidental se homologa al derecho o justicia propia en el marco del pluralismo jurídico. Refiere a la esencia de la tierra, al equilibrio natural del mundo mapuche, comprendido como un todo integrado por lo físico e inmaterial. Constituye un código de ética y comportamiento respecto de la naturaleza y toda la esencia del ser”.
“El manifiesto es la base para la elaboración de nuestro proyecto político y en unos días lo compartiremos a través de redes sociales para masificar el diálogo tendiente a nutrir nuestra acción política, porque estamos convencidos que debemos responder a la esperanza surgida por la abrumadora victoria del domingo pasado”, concluyó Ancalao.
El manifiesto aludido, puede encontrarse en el link: https://www.ildii.cl/manifiesto-por-el-buen-vivir/, donde es posible conocerlo íntegramente, además suscribir su contenido que está en constate construcción.
]]>Un alimento originario de México sería una de las claves agrícolas del futuro para asegurar la producción alimentaria y diversificar el sector silvoagropecuario chileno ante el cambio climático y la mega sequía. Se trata del amaranto, un grano similar a los cereales que reúne dos propiedades fundamentales para la adaptación del sector agrícola ante el nuevo escenario climático: es resistente al estrés hídrico y tiene un alto valor nutritivo.
Estas cualidades motivaron el desarrollo del proyecto del Fondo para la Innovación Agraria (FIA) “Amaranto: una alternativa productiva, nutritiva y resiliente al cambio climático para la pequeña agricultura de la Zona Central de Chile”, una iniciativa impulsada por la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile que está evaluando el cultivo de cuatro especies de este superalimento en diferentes zonas de las regiones de Valparaíso, Maule y Metropolitana.
“El amaranto botánicamente no es un cereal, pero sus granos son muy similares a un cereal. Tiene una alta cantidad de proteína y de aminoácidos. Es un grano seco y chico que se consume reventado. Es un alimento muy saludable, porque la proteína te genera saciedad, pero también por la sensación de su consistencia”, explica Cecilia Baginsky, académica del Departamento de Producción Agrícola de la Universidad de Chile que lidera este trabajo.
Una alternativa agrícola
El proyecto se basa en el cultivo de las especies de amaranto en diferentes niveles de estrés hídrico para evaluar su respuesta, resistencia, su mejor fecha de siembra y rendimiento. El equipo está realizando evaluaciones desde hace dos años en las localidades de Longotoma, en la Región de Valparaíso, Alhué en la Metropolitana y Colbún en la del Maule.
“De las cuatro especies de amaranto, nos quedamos finalmente con dos variedades. Ahora esas dos seleccionadas tienen dos años de estrés hídrico en el cual van a tener un riego especial hasta la floración, y luego se somete a estrés, una no se va a regar, otra al 40 por ciento, otra al 60 por ciento y otra al 100 por ciento, de forma paralela en las tres zonas”, detalla la profesora Baginsky, relevando además que “frente a una condición de cambio climático, es una alternativa rentable para los agricultores”.
De acuerdo con la académica, cuando el amaranto sufre estrés hídrico concentra sus componentes nutricionales, como antioxidantes, por ejemplo. “Queremos ver cómo el estrés modifica esas características nutricionales y cómo puede manejar el riego el agricultor de tal manera que igual pueda sacar provecho de la producción. Va a rendir menos, pero el amaranto va a resistir, va a producir flores y grano, a diferencia de cualquier otro cultivo como el trigo y el maíz”, agregó la profesora Baginsky.
Pero no sólo eso. El amaranto es además un cultivo adaptable a terrenos de baja calidad y erosionados, situación que complica a casi la mitad (49.1 por ciento) de los suelos de Chile.
“En esta oportunidad también quiero destacar el rol de los alimentos que diversifican la producción alimentaria nacional, sobre todo cuando sabemos que existe un compromiso de abastecer a la comunidad haciendo frente, de forma rentable, a las adversidades climatológicas”, señaló el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Valor nutricional e introducción en la cocina local
El proyecto, en cuyo equipo también participa la profesora Paola Silva, y los profesores Marcos Garrido, Ian Hommer y Luis Morales, ha permitido desarrollar el cultivo de este alimento con agricultores de la Zona Central y constatar las cualidades que lo confirman como una alternativa para incluir en la dieta de la población de nuestro país.
Fuera de su resistencia al estrés hídrico, el Amaranto posee cualidades nutricionales importantes para la salud. Además de contener un 13 por ciento de proteína en su grano, su perfil aminoácido es de excelente calidad, ya que todos los tipos están representados. Tiene fibra, lo que ayuda al tracto digestivo y contiene fenoles, que le dan una capacidad antioxidante ideal para enfermedades no transmisibles, como las cardíacas, por ejemplo.
“El amaranto se promueve como un alimento saludable debido a su valor alimenticio y funcional. Es más alto que la mayoría de los cereales, y según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera un alimento de excelente calidad proteica”, detalló la nutricionista Nelly Bustos, académica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), quien también forma parte del proyecto.
Después del tiburón, el Amaranto es el segundo alimento que más concentra escualeno, un compuesto del grupo de los lípidos que se añade a las vacunas para mejorar la respuesta inmunitaria. A su vez, este producto contiene una alta proporción de vitaminas, tales como: E, B, B1, B2, B3; siendo también una fuente rica de calcio, hierro, fósforo y potasio. Además, contiene serotonina que ayuda a regular los estados de ánimo y combatir la depresión.
A través de un proyecto anterior con la Agencia de Cooperación Chilena para el Desarrollo, el equipo investigador descubrió también que es posible utilizar las panojas como colorantes naturales para alimentos, las que además contienen muchos antioxidantes. Asimismo, constataron que las hojas tienen un altísimo contenido de minerales, como calcio, potasio y hierro; este último incluso en mayor porcentaje que en la espinaca.
La gastronomía es un soporte necesario para dar a conocer sus atributos a través de recetas y preparaciones desde nuestras cocinas. El chef español Matías Polomo destaca algunas creaciones culinarias con este producto como el puré de semilla de amaranto, leche de amaranto, albóndigas con amaranto, pasta de amaranto y la infaltable sopa con esta flor, entre otras. Para conocer recetas y más información sobre el amaranto y el proyecto pueden ingresar AQUÍ.
]]>El nuevo EP de René Roco y su primera publicación solista para el sello Pueblo Nuevo, nos propone en sus cuatro pistas un paseo por diversos paisajes sonoros que no necesariamente están directamente relacionados a los nombres que estos llevan (“Luna Nueva”, “Creciente”, “Luna Llena” y “Menguante”). En conversaciones con el autor, nos indica que el concepto lunar va más ligado a las imágenes mentales y sentimentales que le evoca aquel astro distante, ciclos, nostalgia y magia son algunos de los conceptos que nos comparte en las composiciones realizadas para la obra total.
Sonidos que abarcan desde lo digital a samples de la naturaleza, se funden entre capas pintando el rango dinámico de melodías que se contraponen entre la esperanza de las arpas, la calma de las aves y el misterio a través de atonalidades extrañas que se acomodan mientras se desarrolla el relato musical.
Si bien “Música para el caos” es uno de los trabajos más calmados del autor, aún podemos escuchar los característicos sonidos presentes en la música de René Roco, quien en esta oportunidad utilizó un teclado Casio CTK 571 tocado en vivo en cada uno de los temas, los cuales fueron grabados, mezclados y masterizados en el estudio del autor.
]]>“La naturaleza humana no es una máquina que se construye según un modelo y dispuesta a hacer exactamente el trabajo que le sea prescrito, sino un árbol que necesita crecer y desarrollarse por todos lados, según las tendencias de sus fuerzas interiores, que hacen de él una cosa viva”. John Stuart Mill.-
La libertad para desplazarnos, o ejercer libremente una labor legal, quedó interrumpida por la actual pandemia y se desconoce aún para cuándo volveremos a gozar nuevamente de dicha libertad. Más que “adultos responsables” ahora las autoridades ven derechamente a las personas como a “niños”, al cual se les debe felicitar levantando un “confinamiento” o se les debe castigar imponiendo el mismo. Los “niños responsables” avanzan y los “niños irresponsables” retroceden.
¿A dónde fue a parar nuestro derecho a ejercer libremente nuestra responsabilidad, como adultos que somos? ¿Por qué ahora nos tratan como si fuéramos niños del kindergarten? ¿No podemos asumir la gravedad de un problema y al mismo tiempo asumir nuestra responsabilidad libremente? ¿Por qué tantos obstáculos a nuestra libertad? ¿Por qué la mayoría de las protestas contra las restricciones en pandemia se deben dar en países desarrollados o con niveles de vida y educación muy superiores, contrario a lo que sucede en países en vías de desarrollo o con niveles de vida y educación inferiores, donde las personas parecieran ser más obedientes o no tienen ánimos de contrariar a sus autoridades?
Todos sabemos lo dañino que puede resultar ser a la larga el consumo de alcohol, tabaco, drogas o la comida chatarra. Sabemos que está bajo nuestra responsabilidad consumir sustancias tanto legales como ilegales. Como adultos, sabemos también lo que puede resultar traspasar los límites de la legalidad y sus consecuencias. También sabemos que está bajo nuestra responsabilidad el uso o no uso del preservativo en las relaciones sexuales. Sin embargo, pareciera ser que, como adultos que somos, no estuviéramos capacitados para ejercer nuestra responsabilidad libremente con respecto al COVID-19.
¿Por qué no estamos capacitados para ejercer esa responsabilidad libremente con respecto al COVID-19, pero siempre hemos estado capacitados para ejercerla con respecto al uso de los preservativos o al consumo de alcohol, tabaco y la comida chatarra? El alcohol, el tabaco y la comida chatarra bien sabemos que son legales y que son muy perjudiciales para nuestra salud, matando cada año a millones y millones de personas.
¿Hemos visto a las autoridades, tal como las vemos ahora, tan “preocupadas” por nuestra salud con respecto al consumo de los mismos? ¿La población ha estado siendo bombardeada constantemente con el miedo hacia el consumo del alcohol, tabaco y la comida chatarra, tal como se bombardea hoy con respecto al COVID-19 dizque “preocupados” por nuestra salud? ¿Desde cuándo la “preocupación” por la salud de las personas ha sido prioridad y merece el sacrificio de las economías? ¿Se desea primero estrangular a las economías para después dejar que los grandes intereses puedan ofrecer sus “grandes soluciones”?
Pongamos un ejemplo muy similar al COVID-19, si lo anterior no nos parece o está fuera de lugar. Todos sabemos la existencia y peligrosidad de contraer el VIH/SIDA, y que la mayoría de los casos se da por las relaciones sexuales. Somos responsables de usar o no los preservativos en las relaciones sexuales. Sin embargo, a pesar de que el VIH/SIDA mata en promedio un millón de personas en el mundo cada año y que, actualmente, hay más de 42 millones de infectados, la economía mundial no se había visto perjudicada, ni impuesto medidas draconianas con las cuales hoy estamos sujetos respecto al COVID-19. ¿Escuchamos alguna vez de algún “confinamiento” para frenar la propagación del VIH/SIDA? ¿Escuchamos alguna vez del cierre de fronteras, aeropuertos, moteles, etcétera, para frenar el VIH/SIDA? ¿Escuchamos alguna vez de “cordones sanitarios”, toques de queda… para frenar la propagación del VIH/SIDA? Pues el VIH/SIDA sigue existiendo y aún no existe una vacuna. Tampoco se nos ha bombardeado diariamente con cifras de contagiados y muertos por el VIH/SIDA para que tengamos miedo.
¿Por qué tiene que ser distinto con el COVID-19? ¿Qué hay detrás de toda esta maquinaria propagandística? ¿Por qué se nos tiene que vender nuevamente aquello de que “el mundo ya no será como era antes”, tal como sucedería con el episodio de las Torres Gemelas del 2001? ¿Acaso todo esto se trata de importar subrepticiamente el modelo chino de control? ¿Prolongar el no ejercer nuestra libre responsabilidad tiene que ver mucho con el desembarco de los gigantes tecnológicos? ¿Acaso se trata de frenar en Occidente la creciente influencia china? ¿Es realmente una pandemia o es una gran maniobra de ingeniería social de las élites económicas para lograr ciertos objetivos permanentes, teniendo como base el miedo y así poder ejercer un completo control?
Algo tiene que haber porque no es normal que la libertad, tal como la hemos conocido en Occidente, hoy quiera ser vista como una “irresponsabilidad” y la obediencia ciega (hacia las autoridades) quiera ser vista como una “responsabilidad”.
En promedio, cada año en el mundo mueren 2.8 millones de personas por el consumo de alcohol; 5 millones de personas mueren por la contaminación del aire; 9,6 millones de personas mueren por el cáncer; 2,6 millones mueren cada año por neumonía; en conjunto el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas matan cada año a 11,8 millones de personas en el mundo. La diferencia es que no nos han bombardeado permanentemente con cifras para que tengamos miedo, así como lo han hecho con el COVID-19. La diferencia es que sí nos han permitido hacer uso de nuestra responsabilidad, libremente, con respecto a aquellos. ¿No creen que si estuvieran tan “preocupados” por nuestra salud, como curiosamente les ha dado ahora, prohibirían el tabaco, el alcohol y la comida chatarra?
Y si queremos ver todo esto como una carrera de muertos, al día de hoy del presente año ya llevamos más de 971 mil muertos en el mundo por el COVID-19; más de 1,8 millones de muertos por el alcohol; más de 3,6 millones de muertos por el tabaco; más de 5,9 millones de muertos por el cáncer; más de 1,2 millones de muertos por el VIH/SIDA; más de 8,1 millones de muertos por el hambre… Sin embargo, lo que vemos es que el mundo se ha detenido o desacelerado por el COVID-19, “preocupados” dizque por nuestra salud –no por el cáncer, el VIH/SIDA, el tabaco o el alcohol, ni mucho menos por el hambre.
¿Recuperar nuestra libertad, tendrá que ser obra de rebelarse contra nuestras autoridades?
Por Níkolas Stolpkin – Analista político nacional e internacional – Crítico de política y Cultura Contemporánea
]]>Iniciar un proceso constituyente en un país despolitizado. Discutir una nueva Constitución donde la mitad no entiende lo que lee. Definir las reglas de los próximos 50 años con los neoliberales en total mayoría, manejando prácticamente todos los poderes del Estado.
Mirándolo así, quizás, no era el mejor momento para escribir una nueva Constitución. Pero si no, ¿cuando? Había que arriesgarse, dirán algunos, pero al menos yo, siempre temí que la nueva Constitución la terminaran escribiendo los mismos de siempre. Por eso, veo con pesimismo total la irrupción de los Heraldos, los Elizaldes, los Chaínes, los Longueiras y todos sus “militantes”, apropiándose de algo que jamás han apoyado.
No espero mucho del nuevo Chile que supuestamente emergerá de esta nueva Constitución, si la escriben quienes escribieron el libreto del ‘88 y nos vendieron un NO sabiendo que consolidarían el modelo económico de Pinochet y sus Chicago Boys. Una estafa por donde se le mire.
Ahora, una nueva estafa está en marcha, y cada movimiento, cada publicación de prensa, cada aparición televisiva, cada publicación en redes sociales, apunta a repetir lo del ‘88, en el sentido de cambiar todo para que nada cambie.
Eso no puede volver a suceder. Debemos exigir un límite de participación para los partidos políticos que gobernaron el sistema de Pinochet, pues ellos siendo parte del problema, no pueden ser parte de la solución. Y al mismo tiempo, se debe pedir que se garantice la participación, en igualdad de condiciones, de cabildos y asambleas territoriales, cuyas resoluciones, a diferencia de los partidos gobernantes, sí son una genuina fuente de poder del pueblo.
Por Lector
]]>En septiembre partió el proceso de elaboración de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves 2020 – 2030, que apunta a que las aves nativas del país mantengan poblaciones viables y continúen cumpliendo su rol ecológico, económico y cultural. Así, durante un año, diversas instituciones públicas y privadas, lideradas por el Ministerio del Medio Ambiente, trabajarán de forma integrada.
En Chile habitan alrededor de 500 especies de aves, equivalentes al 5% de las aves del mundo. Muchas de ellas sólo se encuentran en el cono sur de Sudamérica, y gran parte, sólo en territorio chileno.
Además de ser el grupo de vertebrados más numeroso del país, las aves cumplen roles irremplazables para los ecosistemas. Sin embargo, este grupo de especies y sus hábitats, se encuentra bajo múltiples amenazas a lo largo del territorio nacional. Es por este motivo que se dio inicio a la elaboración una estrategia de conservación enfocada en las aves.
“Esta estrategia brindará lineamientos para la conservación y adecuada protección tanto a estas especies, como a los ecosistemas en que ellas viven, además de beneficiar indirectamente a otras especies con quienes comparten hábitat. Sabemos que las aves están involucradas en procesos vitales de polinización, dispersión de semillas, control de poblaciones de insectos y roedores, entre muchos otros ciclos vitales, por lo que conservar nuestras aves significa asegurar los servicios ecosistémicos para toda la población”, explicó Carolina Schmidt, Ministra del Medio Ambiente.
Por su parte el Seremi del Medio Ambiente, Guillermo Ready, explicó que durante un año, diversas instituciones públicas y privadas trabajarán de forma integrada para establecer los lineamientos futuros que permitan que las aves nativas de Chile mantengan poblaciones viables y que continúen cumpliendo su rol ecológico, económico y cultural.
El Seremi agregó que se trabajará con todas las aves que habitan el territorio nacional, y especialmente en Atacama, por su diversidad de ecosistemas, agrupando a las aves con requerimientos ecológicos similares y asociados a una región biogeográfica específica. Por ejemplo, aves playeras, alto andinas, de bosques entre otras.
De esta manera, agregó Ready, será un proceso colaborativo y participativo, utilizando la metodología de Estándares Abiertos para la práctica de la Conservación, que permitirá levantar información respecto a las amenazas específicas que estén afectando a cada grupo, así como también amenazas que transversalmente estén afectando la continuidad de las poblaciones de aves en Chile.
Grupo Núcleo
Como parte de la elaboración de la ENCA, se formó un Grupo Núcleo que asesorará el proceso liderado por el Ministerio del Medio Ambiente, proceso que también será abierto a la participación de todos los actores que tienen interés y vinculación con la conservación de las aves.
Este grupo núcleo está formado por representantes de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA), la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile, la Unión de Ornitólogos de Chile, el Comité Pro Defensa de la Fauna y Flora, Manomet, Oikonos, Audubon, el Centro de Humedales Río Cruces, el Centro de Rehabilitación de Aves Leña Dura, la Universidad de Chile, la Universidad de Concepción y la Universidad Austral.
]]>La creación de este álbum obedece a la necesidad desgarradora de narrar musicalmente la historia de un lugar hermoso, que fue destruido de la peor forma, y cuyas ruinas se encuentran en disputa actualmente. De esos que duele conocer por la violenta historia que los rodea, lo que convierte a esta experiencia musical, creada por Alisú, en un ejercicio de sanación como forma de responder a ese dolor que perdura en el tiempo.
La música nos transporta a esas historias inconclusas, nos ambientan un recuerdo perdido, una creación fantasmagórica de un lugar espectral, ubicado frente al mar. No es un disco alegre, pero justamente eso es lo que lo hace más arriesgado, convirtiéndolo en una aventura sonora de una historia triste sin final.
Alisú realiza una composición que genera sensaciones al escucharla, creando un estilo de música documental, en la que integra testimonios de sobrevivientes con creaciones electrónicas, que interpretan y evocan la memoria oculta de un lugar que fue creado como centro de veraneo popular, durante el gobierno socialista de Salvador Allende en los años 70 en Chile, y que después del golpe de estado del Gral. Pinochet, fue convertido en la Escuela de Torturas y Centro de Exterminio de la policía secreta de la dictadura, desde donde fueron torturados y hechos desaparecer cientos de opositores al régimen.
Con estos antecedentes, Alisú crea un álbum ecléctico, con sonoridades llenas de sentidos y emociones, donde se conjugan las armonías electrónicas más alegres, que evocan las memorias de los veraneantes, las lejanas risas de las niñas y los niños mientras juegan en el mar, la brisa del viento; con sonidos más oscuros que ambientan el dolor de los sobrevivientes y la desconcertante calma en la voz de un torturador.
Actualmente, este sitio de memoria ubicado en Rocas de Santo Domingo (Región de Valparaíso), fue declarado Monumento Nacional, pero sigue bajo propiedad del Ejército del Chile, que ordenó su destrucción el año 2014, manteniendo secuestradas sus ruinas hasta el día de hoy, imposibilitando su visita e investigación. Es por esta razón que este nuevo disco de Alisú está destinado no sólo a ser escuchado de manera íntima, sino que además, convertirse en una pieza que crea y complementa el primer archivo musical, sonoro y testimonial de producción electrónica, sobre un lugar lleno de memorias en disputas, como lo es Memorial Rocas de Santo Domingo.
El origen de este álbum está en la banda sonora de una investigación documental y una obra inmersiva en Realidad Aumentada, complementándose a una creación interdisciplinaria que pretende ser un aporte a la memoria de Chile y al respeto de los Derechos Humanos de todas, todos y todes.
]]>“La humanidad merece otra oportunidad”, leí en alguna muralla de esta ciudad sitiada como si viviera una guerra. Yo sé lo que estar en una guerra. Estuve en las calles de Sarajevo y cuando digo Sarajevo aún escucho los silbidos de las balas rozándome el casquete cerebral. Muchas veces también recorrí la sitiada Bagdad, en la noche, respirando un silencio que no podía ser cierto. Algo más pasaba, se percibía. Eso sucede en todas las ciudades: siempre pasa algo más.
Ahora la pandemia nos carcome las entrañas: el siglo veintiuno nos puso el pie encima rapidito y muchos hablan de que la vida cambió “para siempre”. Pero, ¿qué cambió realmente? Porque la estructura industrial del mundo occidental, causante en gran parte del desmadre ecológico y la aparición de pandemias, sigue intacta. Entonces, ¿qué vida cambió? Al parecer, solamente la nuestra, y no la del pequeño grupo en cuyas manos está toda la maquinaria contaminante y plástica que mata, como virus, o como carbón, o como sequía, o como microplásticos, o como guerra.
Es cuestión de revisar los diarios. El negocio de la venta de armas no se ha detenido, como no se ha detenido la producción de cobre y otros recursos naturales. Flotas de barcos siguen depredando el mar para alimentar una industria que está arrasando con todo a su paso. ¿Esta es la humanidad que merece otra oportunidad? ¿La humanidad de los grandes centros financieros y su incalculable red de influencias y bombas y agrotóxicos de todo tipo?
Al final de toda esta cavilación aparece Chile y su posible nueva Constitución, y pienso que quizás ahí podría surgir una nueva humanidad que nos ayude a sentir que la humanidad sí se merece otra oportunidad, que es posible hacer las cosas de manera diferente y aminorar aunque sea un poquito el daño ambiental que se ha ocasionado, estableciendo constitucionalmente los derechos de la naturaleza, y de los pueblos, a vivir en ella. Sería un buen punto de partida para el nuevo debate planetario que debemos levantar mirando hacia el medio siglo, más allá de nuestro futuro.
Por Martín Pescador
]]>Aquellos seres que hemos tenido el privilegio de vivir esta pandemia más allá de la situación de supervivencia, probablemente hemos aprendido a distinguir cuáles son los elementos esenciales para la vida y cuáles son superfluos.
Este aprendizaje que se desprende de los hechos debería producirnos un aumento de conciencia que nos permita, al mismo tiempo, prepararnos para enfrentar una gran crisis como la actual y también otros desastres “naturales” que pueden ocurrir y que están ocurriendo en nuestro país y en el planeta.
Como he señalado en otras ocasiones, se acabó el tiempo de la inacción ante la crisis ecológica y climática. En este contexto, la pandemia -que es un aspecto más de la crisis- ha sido generosa al regalarnos un período necesario para reflexionar acerca de lo importante.
Ahora, con el desconfinamiento prematuro, podemos poner en práctica todo lo que hemos podido ver, reflexionar y anhelar en relación a lo que queremos hacer con nuestras vidas y con nuestro accionar en comunidad. Pienso que esta es una hermosa y única oportunidad que nos entrega la naturaleza y que dependerá de nosotros aprovecharla o no.
Raúl Sohr, en su libro “Desastres: una guía para sobrevivir” señala que frente a una situación de crisis las personas reaccionan de distinta forma. Entre el 70 y el 75 por ciento de las personas pierden el control de sí mismas y se vuelven presas fáciles de los comportamientos irracionales; entre un 10 y un 15 por ciento, además de perder el control, se paralizan y se orientan hacia cualquier lado y tan sólo el 10 o el 15 por ciento restante mantiene la calma y logra elaborar pensamientos coherentes. Me temo que esta proporción se verá reflejada en el actual contexto y frente al aumento del consumo efímero que deparará el retiro del 10% de los fondos de pensiones.
No podemos negar que la pandemia nos ha puesto ante la finitud de nuestras vidas y que surgieron distintas necesidades existenciales que nos impulsan, desde ahora, a tener que reafirmar o modificar nuestros modos de vida. A mi juicio, una de las necesidades más importantes que afloró, es la de preocuparnos por el cobijo: nuestra casa grande que nos da la vida, es decir, la naturaleza, y la otra casa más pequeña donde habitamos cotidianamente.
La emergencia climática ya existía antes de la pandemia y ciertamente seguirá existiendo después pues ha sido provocada por nosotros mismos, los seres humanos, que vivimos en una civilización industrial que transgredió los límites ecológicos.
A diferencia de la elite política, económica y científica que domina nuestra sociedad, pienso que el tiempo para frenar el cambio climático lamentablemente ya pasó y con ello, las políticas que pretendían mitigar el cambio climático por la vía de reformas al sistema económico y de bienestar.
Desde mi punto de vista, la mitigación ahora debe dar lugar a un proceso de adaptación profunda que nos permita afrontar los nuevos desafíos que depararán la llegada de la era de la escasez y del período de la supervivencia, los dos últimos estadios del colapso de nuestra civilización. Estos estadios estarán acompañados por una crisis social y también por una posterior crisis en el sistema de valores. Es nuestra casa grande la que hace inhabitable nuestra casa pequeña. En este escenario, si no salvamos la casa grande es inútil tratar de salvar la pequeña.
Entonces, debemos rebelarnos pacíficamente contra el modo de vida consumista que nos trajo a este punto tan crucial. De la pandemia ya no nos salvó la ciencia ni la tecnología, las cuales tampoco serán capaces de salvarnos de la crisis climática. Tenemos que convertirnos en seres y comunidades resilientes, con capacidad para desenvolvernos en tiempos de fuertes y sucesivas crisis, porque nuestra supervivencia no puede depender del mercado y del Estado. Como ciudadanos debemos, ante todo, depender de nuestra comunidad cercana y al mismo tiempo organizada.
Se acerca la primavera en el sur del mundo y comenzamos a vislumbrar la luz de optimismo que ella nos trae. Esta primavera será especial para muchas personas pues coincidirá también con un nuevo despertar en sus vidas ya que se plantearán qué es lo que realmente quieren hacer de ahora en adelante. A este tiempo me gusta pensarlo como el tiempo de los guerreros del arco iris: de los seres humanos que luchan para que nuestra especie humana no desaparezca y pueda vivir reconciliada y en armonía con la naturaleza.
Por Manuel Baquedano, presidente del Instituto de Ecología Política.-
Vía El Ciudadano
]]>Hola Papá, el proyecto de electrónica experimental de la creadora chilena Valentina Mardones, nos ofrece hoy su disco “Too Far with my Crazy Loser girl”, compendio de 5 tracks que incluye 2 obras grabadas en estudio (“201X” y “Round About Midnight Stairs”), más tres tomas en vivo (“Muelle Fracaso”, “Miradores Fracaso” y “Loser Heart under Water”).
Con un pasado proveniente del Rock y del Jazz de vanguardia, siendo cantante de MediaBanda entre los años 2014 al 2018, es muy interesante su aproximación hacia las sonoridades desconcertantes y caóticas que propone en su trabajo solista. Mezclando ritmos de pulsos variables con melodías desestructuradas, sus composiciones nos invitan a permanecer alertas en la complejidad de las atmósferas que va tejiendo y entretejiendo, unos en busca del quiebre que nos lleve hacia el ruidismo extremo, otros esperando el descenso hacia estados melódicos apacibles, y de todo eso hay en este paisaje.
Es un gran aporte para el catálogo de Pueblo Nuevo contar con este nuevo trabajo de Hola Papá, cuya expresión de libertad creativa y sonora nos seguirán permitiendo entrar en esos mundos musicales más complejos, donde se trata de ir un poco más allá de lo común, arriesgarse en proponer nuevas visiones sonoras, valiéndose de lo que se tenga a mano, ya sea la propia voz, grabaciones de campanas de una iglesia de Turín o un sintetizador Microkorg, todo es cancha, pero sobre todo de la personalidad de enfrentarse al desafío de salirse de lo normado.
Mika Martini
(Santiago, Chile, Julio 2020)
Valparaíso se convirtió en la primera comuna del país en aprobar una Ordenanza para las Artes Callejeras, elaborada con la participación íntegra de la comunidad porteña.
La iniciativa, liderada por la Dirección de Desarrollo Cultural de la Alcaldía Ciudadana, busca fomentar, proteger y regular el trabajo de artistas urbanos en las calles de Valparaíso, definiendo criterios para su adecuado desarrollo y condiciones para la convivencia armónica en los espacios comunes de la ciudad.
A diferencia de otras normas, esta no posee un carácter prohibitivo, sino que reconoce el derecho de las y los artistas a expresarse y trabajar libremente, así como también el potencial cultural, patrimonial y turístico que aportan a la ciudad y a su identidad.
Al respecto, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, valoró la iniciativa: “Es una gran noticia porque permite el reconocimiento, apoyo, fomento y protección a todas las artistas y todos los artistas de Valparaíso que utilizan el espacio público. Además es una manera de tener un uso más ordenado de nuestra ciudad. Otra cosa que nos parece muy importante es señalar que su contenido, de principio a fin, fue elaborado de forma completamente democrática y participativa”, explicó el jefe comunal.
Sebastián Redolés, encargado de la Dirección de Desarrollo Cultural del municipio, señaló que “es un tremendo logro que nos llena de orgullo y satisfacción. Valparaíso es una ciudad que posee múltiples distinciones en el ámbito cultural-patrimonial y que hoy hace justicia a todos esos reconocimientos con la aprobación de esta ordenanza de artes callejeras, elaborada con la participación activa de distintas colectividades de artistas, locatarios y vecinos de la ciudad”.
Desde la comunidad cultural, la presidenta del Sindicato de Músicos de la Vía Pública y el Transporte de Valparaíso, Simuval, Melissa Jonhson, expresó que en la organización están “felices con este fruto de años de trabajo con distintos estamentos. Estamos contentos de poder decir que nuestro oficio va a ser dignificado y protegido de cualquier criminalización y por ende vamos a entregar nuestro arte para que sea un apoyo concreto en el levantamiento económico, turístico y patrimonial de nuestra ciudad”.
¿Cómo funciona la ordenanza?
Con esta ordenanza todas las y los artistas callejeros en Valparaíso, que soliciten su permiso, podrán realizar actividades transitorias en el espacio público, entre las 9:00 y las 22:00 horas, por un tiempo máximo de una hora por presentación, para buscar la alternancia entre espectáculos. Entre otras medidas, establece un máximo de amplificación para equipamientos de sonido e identifica espacios con mejores condiciones y zonas de alta concurrencia de público.
Desde el municipio, la encargada de la ordenanza, Ana Karina Piña, explicó que “quienes soliciten los permisos pasarán a formar parte del catastro de artistas callejeros de la comuna, y al tener este permiso ellos podrán desempeñar su trabajo sin ser multados o requisados sus instrumentos o materiales de trabajo”.
“La innovación de esta ordenanza es que no tiene un carácter prohibitivo a diferencia de otras regulaciones de esta índole, sino que busca fomentar, proteger y regular las actividades de este tipo, partiendo por reconocer el derecho del artista a hacer libre uso del espacio público para expresarse y trabajar”, agregó la encargada.
Otra medida que instaura la ordenanza es la creación de una Comisión de Artes Callejeras con representación del municipio y de la comunidad artístico-cultural, para asesorar a la Municipalidad en el diseño de políticas culturales que fomenten estas expresiones en el espacio público.
El documento completo estará disponible próximamente de forma pública en las plataformas de la Alcaldía Ciudadana, una vez firmado el decreto municipal que oficializa la ordenanza.
]]>Llegué a avizorar tras empeñarme en observarlos, que mi familia vive bajo el karma de la psicosis. Un familiar psicótico, madre, padre o hijo es suficiente para una familia sintomática.
A nosotros como decía la ya difunta Marisa Wagner “la pobreza nos enloqueció”, o al contrario, “la locura nos empobreció”, poco importa, porque además de locos, algunos más patológicos que otros, somos pobres desde generaciones pasadas: hemos cargado en baldes de veinte litros, con los genitales a la intemperie en pleno invierno, o limpiado el culo con trapos. No llegamos a la alucinación de comernos nuestra propia mierda, como a menudo sucede, creyendo que es puré de papa; sin embargo, nuestro karma es tropezar dos veces por segundo con la misma piedra una y otra vez, interminablemente, hasta que la piedra se pula por los tropezones.
Mamá es una niña, creció, maduró -su coeficiente es muy bajo, y muy pocas veces cobra lucidez- y morirá como niña, así vino al mundo, con su autenticidad de infantil, y así se irá. El psiquiatra en una sesión, a solas (hizo que mamá se fuera, porque no era lo “correcto”), me explicó: ¿no ves que tiene caprichos? Es como una nena. Déjenos solos, le dijo a mamá para hablar cara a cara y mamá obedeció fiel a su instinto de niña: ella cree que el psiquiatra es su padre espiritual. Contradigo a Rilke: si la patria del hombre es la infancia, como la eterna infancia de mamá, mejor sería no tenerla, o mejor sería perderla en un basural o tirarla a los escombros. Que la infancia, al igual que cualquier cosa inútil, sea un desperdicio más. Mamá vive meada, con cincuenta y dos años usa pañales, y asimismo, a pesar de que se higienice hiede a pis, y repite las cosas más de cinco veces como si fuera la lora de la casa. Siempre lo mismo: ¿querés mate cocido? ¿querés leche? ¿querés mate cocido? O toma té con milanesas y dice “¿querés?” o come pollo a medio cocinar y agrega “es más vitamínico así”. Soy infinitamente paciente aunque mis límites, cada vez más desgastados, se acrecentaron en repuestas terminantes y distanciamiento, me volví monosilábico, apocado en el diálogo. Digo “sí” o “no” con fastidio y enfático, y a veces le abriría el cráneo para ordenarle las neuronas, o la congelaría hasta que yo sea carne muerta.
Mi hermana mayor es mitómana, o tiene algo parecido a la mitomanía, en muchas ocasiones, se excusa ante hechos o palabras que ella misma hizo o dijo. Dice, mirando fijo a los ojos, inmutable, sin que se le escape una risita de su tramada mentira: yo no hice eso, te habrá parecido. Es como la pregunta retórica “¿sos boludo?”, pero en vez de boludo, “loco”, “¿estás loco?”. O: no puedo, tengo que atender mi casa, dice. Su casa es de dos por dos, similar a un baño público, aunque modesto y ordenado. Mi otra hermana roza los treinta años, o unos años más, y todavía no se dio cuenta de que, a esa edad, uno es ya suficientemente grande como para andar ocultándose detrás del marido -a quien además odia y siempre se refiere a él como al “otro”- y excusarse con “me quedo con él hasta que las nenas sean grandes” sin barajar en su limitadísima capacidad especulativa que el mundo puede terminar dentro de una hora, mañana o la semana próxima. Incapaz de proveerse un destino, el pan de cada día, el destino la aplasta de par a par, de arriba abajo, íntegra, y la invalida al igual que los mosquitos muertos por manotazos. Le dije a un profesional de la salud mental: che, ¿me parece a mí o estamos locos? Más que una pregunta era una afirmación. Esperaba escuchar un “ sí” contundente, rotundo o “eso creemos” seguido de fundamentos. Él enmudeció, hizo gestos de una represión furiosa, y entendí que su mudez, su gran silencio atronador, su reticencia actuada, me daba la razón. O quizás fue mi paranoia o mi ansiedad desatada; sus ojos me decían “sí, y así morirán: locos”, sus ojos decían “del polvo de la locura vinieron y en polvo de la locura se irán”.
La semana pasada mi hermano dos años mayor que yo, dos años que no le dan derecho a hacerme de consejero, me dijo: Dios me tuvo bajoneado. Literal: DIOS-ME-TUVO-BAJONEADO. ¿Lo agarró de cuello, silencioso en la noche y lo amenazó de muerte, le arremetió una puñalada mortal a su alma?, pensé yo. Dios lo bajonea pero él nunca cambia, sigue intacto a su maldito carácter de siempre. ¿Para qué lo bajoneará, entonces, por sádico o por escarmiento, o para entretenerse de su aburrimiento celestial? ¿Para decirle “te equivocaste en esto” o “te equivocaste en aquello”? ¿Dios acaso no es el poder de la prosperidad y el propósito? De ellos sale “Dios tiene un propósito en tu vida”, “Jesús te ama” o “Dios busca a los más necesitados”. Qué desagradable que una entidad que no se oye ni sé escucha trame propósitos o un prospecto bien detallado para nosotros. Ni un oligofrénico se atrevería a tanto misticismo, un misticismo irrefrenable -ayuno, levantarse de madrugada a orar, etcétera-, que poco a poco te confina al aislamiento, a que nadie te visite, ni los “hermanos en fe”, ni los hermanos sin fe, ni los diabólicos ni los macumberos, en el cual ni las epifanías de ninguna índole se animan a acercarse. Una vez en la calle mi hermano y yo, él con bolsas de eucaliptus en la mano -habíamos salido a vender en plena pandemia, casa por casa- y yo carcajeándome de él, de su mal e incipiente oficio de vendedor ambulante, y recuerdos que le contaba a él que me habían contado a mí, me dijo: vos no tenés todos los jugadores. Tajante, y llorando de risa, a punto de desmayarme, le respondí: sí, y vos los tenés todos lesionados. En vez de reírse -yo buscaba eso: era mi intención- puso cara de culo, de cascarrabias y me dijo “burlón”, “sos un burlón de mierda”.
Uno puede estar loco –“loco patentado”, como dice papá, refiriéndose a casi todas las personas, salvo él que es “buena persona”, o “loco suelto”, como dicen muchos- y es admisible, una u otra forma, lo que no es admisible es hacer una epidemia, un contagio de la locura: yo, tú y todos locos, enfilados a un neuropsiquiátrico en el que terminamos con chalecos químicos, pastillas ingeridas como caramelos, chalecos de verdad o maniatados con gasas y profiriendo, a la mitad de la madrugada, palabras ininteligibles, esperando la visita de un pastor de la Iglesia Universal o la visita de algún familiar que nos dice “todos pasamos por esto, ya vas a salir”. Hay un límite: enloquecerse, con mucha placidez (un mínimo de locura aliviana al superyó, a la condición moral en que nos sume la sociedad), aislado de las personas, pero sin cómplices o débiles a la complicidad, porque así deja entreverse que además de loco se es un pusilánime, un minusválido que anhela la locura mancomunada: me precipito al abismo y vos venís conmigo, sería el norma, y ya dejaría de ser locura para volverse un acto egoísta, de mala fe.
Por ejemplo: en Santa Clara del Mar había -si no murió de cirrosis o hipotermia- un borrachín que apodaban El Perro, petiso y canoso, con lentes negros en pleno verano parecía un protagonista de una película de acción, nos contaba anécdotas de contactos políticos que lo llevarían a la intendencia del balneario. Nosotros lo tomábamos con sorna, riéndonos a escondidas o sobrándolo, pero a la vez un poco crédulos, dejando espacio al “quizás”, como diciéndonos “mirá si el loco llega”, le hacíamos cánticos “¡Perro intendente!”, “¡Perro intendente!” e incluso se pensó hacer un evento cultural para costear la campaña. Su fama de “borrachín inocente”, era tanta que podía ser posible. ¿Y qué vas a hacer ni bien asumas?, le decíamos, esperando ansiosos sus medidas. Y Perro ni tan zonzo ni tan loco decía: un hospital, calles, limpieza de playas. Por poco casi caemos en su delirio, y supimos que Perro era Juan y que Juan por locura -tenía una fotografía de su familia- se había encomendado al vicio del alcohol. Todo pobre es benefactor, su imaginario es un mundo próspero, equitativo, hasta que escalafona, alcanza a estabilizar su economía, da empleo, y se vuelve corrupto: estafa a otro pobre por miedo a volver a caer en la pobreza; lo mismo sucede con la locura, se es loco sin peligro, o aparentemente sin peligro, hasta antes del diagnóstico, después viene la perversión, el desgano, la apatía, la posibilidad de cometer un crimen, una violación o la salida abrupta de la “normalidad”: los que yacen bajo la norma, están dos metros bajo tierra, el loco, dos metros de la superficie.
Tenía un amigo que el hermano vivía una vida normal, “un poco dejado”, me contaba, hasta que consultaron a un psiquiatra, “por actitudes raras”, decía, y le diagnosticó esquizofrenia paranoide. A partir de allí, según mi amigo, el hermano comenzó a tener actitudes extrañas, cada vez peor, a caer en picada, como esconderse en el baño o dormir todo el día: dejó de trabajar, se volvió dependiente, casi no se aseaba. ¿Será sugestión, hipnosis o brujería científica? No es lo mismo que cualquier persona por pequeños altibajos diga “soy bipolar” con mucha liviandad, jactándose de serlo, a que un psiquiatra sentencie bajo su letra de garabato que sos Bipolar Tipo 1 y te inyecten antipsicóticos, o caigas internado en una cama metálica que cruje a cada movimiento. Sin embargo, hay gente que vive lejos de los psiquiatras, por suerte, lejos de los psiquiátricos y los fármacos, excepto pedófilos y violadores, y que muere con un diagnóstico que todos sospechaban diciendo “el loco”, “el loco” pero que nunca se certificó.
Viene el pastor Jiménez, dice mamá a una chica que la visita. Y me lleva a la nena, enojado, sigue. Dice “y me lleva” como si la nena fuera carne de su carne, sangre de su sangre. La chica escucha, yo también y hago muecas de “vámonos”, “basta de escucharla”. Mamá insiste: yo estaba flaca, flaquísima, repite, no teníamos para comer, y el pastor se la llevó. Según mamá el pastor Jiménez se había olvidado a la hija en el barrio y ella muy misericordiosa la acobijó en su casa, aunque no tenían para comer y a causa de la anemia “estaba postrada en una cama”. La alucinación existe -mamá siempre alucinó, vive más de alucinación en alucinación que los pies en la realidad-, no solo como categoría clínica, sino también mientras haya alguien que la presencie. Hay dos modos de enfrentarla: creerla, preocuparse y tratarla, o darse cuenta, huir o poner un borde. Como dicen: “seguir la corriente”.
La alucinación más peligrosa, de todos modos, -o más que alucinación, el fantasma- es la de la clase media: la culpa y su falta de autoreconocimiento como clase torpe y privilegiada. Un pobre enfermo puede comerse la mierda o cocinar comida podrida. Es común que alucine con alimentos. La clase media, por el contrario, piensa que el sacrificio es la única salvación, cueste lo que cueste, y es roída moralmente por la culpa: es un cristiano encubierto, con valores apenas libertarios. Se sacrifica, vitaliza la meritocracia como discurso hegemónico, “yo pude, vos podéis”, dice, y se remuerde; a la vez que gana privilegios gana culpa y malestar y busca chivos expiatorios: los pobres y los corruptos, desde los lúmpenes hasta los políticos. Vive en el pantano del papel de víctima. En el espíritu de mamá está sellada la conciencia del trabajo, o la negación del ocio absoluto. Por discapacidad -tiene tantos diagnósticos- cobra una pensión de la Caja de la Policía. Nuestro abuelo fue milico, perverso, asqueroso. Vive frente a un CAPS de un barrio postergado de un pueblo postergado y cada mañana, antes de que amanezca, sale a barrer la vereda o a juntar hojas. Cree que le remuneran por su trabajo y no falta ningún día a pesar de que cobra una pensión mediana -veintitrés mil pesos- vive como una rata (apenas dos pantalones, sin sábanas en la cama, con una pava abollada, sin utensilios de cocina) y cree en su locura que gana limosna -ella dice doscientos pesos- con su propio esfuerzo que le permite a duras penas, también según ella, comprar un puré de tomate, el más económico o un caldito para preparar sopa con fideos comunes. Lo cierto es que vive echada en la cama, maldiciendo y puteando a diestra y siniestra, a cuánto se cruce, a nosotros, a sus vecinos, a la propia gente del CAPS que le “da trabajo”.
Papá me contaba que cuando vivía con mamá tiraba las pastillas en el inodoro. Cuando está loca, ¿quién la soporta?, dice cada vez que la recuerda, y hace un ruido gutural de “jam”, autoconveciéndose de que él amándola no pudo. Dice que le lavaba hasta los calzones, tenía que hacer todo yo, dice, y le dio -así dice también: le “dio”- de comer a mis hermanos que eran hijos de otros padres. De mal en mal, con un pasado tenebroso, de excepcionalidades (¿cuántos locos caben en una familia?, me pregunto ahora), y un presente que reedita la tenebrosidad del pasado. Aplica Nietzsche, al pie de la letra: “el eterno retorno”; una y otra vez recayendo en los malos momentos, en el mismísimo calvario y como si todavía no alcanzara, volviéndolos a revivir. La escenas más macabras se repiten: papá golpeando a mamá o mamá fuera de sí mostrando su pubis. Como dice Arseni Tarkovsky, el padre del cineasta Andrei, en uno de sus poemas: “no creo en los presentimientos, tampoco me asustan las señales/ no huyo del veneno…”. Hay que coexistir con los fantasmas, a mamá aceptarla loca, los karmas de nuestros antepasados y los propios, aquellos que creamos, e inmortalizarlos en el olvido: o el pasado te apresa, encadenándote, como esos hijos que jamás olvidan a sus padres, o saltás a un riesgoso porvenir. Papá después de separarse de mamá prefirió la soledad; si bien tiene los gajes de un loco, o más bien de un testarudo debido a la edad, no tiene con quién ensañarse, vive solo y cada anochecer antes de dormir, en el asedio de la soledad, enciende la radio y divaga de una emisora a otra y escucha efemérides de gente desconocida o que conoció, lamentándose de que es el único sobreviviente a la vejez. Tiene setenta y tres años.
La pobreza conduce a la locura y hay una gran portabilidad de empobrecerse por locura. Perder la cordura no es un diagnóstico que aparece en el DSM, perder la cordura es ir de exceso en exceso: los borrachines son pobres, los timberos son pobres, los drogadictos son pobres; pobres porque de ellos, justamente por pobres, se sabe que son borrachos, timberos o drogadictos, nadie está a salvo de los excesos, sucede que lo vulnerable se vuelve público. Por eso quizás papá -ex alcohólico, bien curado ya- cada vez que trae una botella de Viña de Balbo la esconde en una bolsa, o en una mochila. Él llama “cotorras” a los vecinos, porque dice que son lengua larga. Mamá, por su parte, cada vez que insulta a los vecinos, cierra las puertas y las ventanas, muy segura de la escena, y hace un repertorio de malas palabras, como “puta”, “arrastrada”, “conchuda” e “hija de puta”. Lo de mamá es psicosis, o esas cosas que ni los psiquiatras pueden refrenar. Hay una imagen (o quizás dos, o también podrían ser muchas) inicial de mi conciencia de pobre, de pobre enfermo, que sobrevive incluso a la del primer desamor: para Reyes Magos puse agua y pasto afuera -se sabe: son cosas fáciles y conseguibles, un balde para el agua y terreno baldío para el pasto- y esperé al día siguiente. Avispado, o ya desilusionado, yo no creía en los Reyes Magos, pero le seguí la “corriente” a papá como un hecho de imantación: él jugaba a que yo creía y yo jugaba a que él creyera que yo creía. Esa mañana, yo tendría seis o siete años, me levanté alegre y apurado fui al lugar donde los reyes depositaban la “recompensa”. Encontré un calzoncillo doblado, sin demasiada prolijidad. Papá no dijo nada, lloré o casi lloro de dolor, me recrudecí. El calzoncillo era mío. Es más, lo había usado un centenar de veces.
Dicen que los traumas se olvidan -así me dijeron, al menos- pero no necesariamente: el calzoncillo era rosa con rayas blancas y papá caminaba distraído al patio, todavía me acuerdo, mientras yo fingía beatitud por el obsequio de los reyes. Cada vez que recapitulo la escena, muy vívida, muy nítida, entiendo el génesis de mi pesadumbre: la carne se me estruja de pena al saber que papá no podía satisfacer mis fantasías de consumo. Como cualquier niño: un regalo de fecha que por el solo hecho de ser regalo es poner los pies en el cielo, y desde allí, creerse todopoderoso por un rato. Incluso más que Dios. La otra imagen, más reciente, es de desamor, como Romeo y Julieta: yo vivía en Rosario, me fui por una mujer, subsistía con una beca que apenas me alcanzaba para pagar la pensión y la comida. Recuerdo: una habitación desvencijada, húmeda, comiendo galletitas con mermelada -hoy ya no la digiero- y las tripas crujiéndome y la desesperada mueca de asco, como un perro comiendo de su propio vómito. Un año viví a puré de tomate, esporádicamente cebolla o morrón y muy rara vez carne, y fideos guiseros que hacían un menjunje al estilo de “lanzada”. Hay algo que atraviesa a los vínculos amorosos, indistinto a nuestros géneros, y ya no puede hablarse de “clase social” o “pobres y ricos”. Hay que hablar de condiciones de privilegios. ¿Influyen? Demasiado. A uno porque le encanta reconocerse como víctima de su falta de privilegios, sea de cualquier índole, y al otro porque no quiere reconocer sus privilegios. A la larga, si no hay un “pacto”, un acuerdo posible que a su vez se improvisa y se ejerce desde la reciprocidad, es probable que el amor se eclipse, o se ejerza un duelo de samurái. Pacto: asumir la desigualdad y tratar de obviarla. Sin embargo es imposible, ¿quién puede amar al que tiene lo que uno no tiene y quién puede amar al que no tiene lo que uno tiene?
Amor, locura y pobreza son una tríada que se conjuga con la desgracia. También podría ilustrarse la reputada frase de Sartre que José Pablo Feinmann puso en boca de todos: “entre dos conciencias que se aman, la que ama más (la más “débil”, explica Feinmann), es la más sometida”. La “debilidad” y el “sometimiento” es traducible a cualquier ámbito. Hace poco tiempo una mujer de repente me dijo “te amo”, fue repentino, como los modos de deseos actuales; existen formas de decir “te amo”, a seres queridos como los amigos o a familiares. La relación empezó en jaque: ella estaba sometida a cualquier ademán mío (si yo decía que el cielo era gris, asentía), aunque siempre vislumbraba en frases derrotistas el fin de la relación, aun antes de empezarla, tales como “yo sé lo que va a pasar”, “no quiero pasarla mal”. Así fue: susceptible a mí, enajenada de sí, de su propio deseo o de lo que la realidad posibilita, porque no era ella sino la “romantización” que tenía del vínculo, de alguien mucho menor, la relación duró meses, muy pocos. Su debilidad, por suerte, fue apagándose a medida que los días pasaban, del “te amo como sos”, “me gustás mucho” pasó a “podemos ser amigos” y a la confusión de lo que habíamos acordado; es imposible sostener un vínculo amoroso desde la debilidad o un trabajo, de estar a merced del otro: la persona que idealizamos, tarde o temprano, pasa a ser hiena de nuestros ideales, menoscabando nuestra integridad. Un mozo de Rosario, del tenebroso bar El Lago, en Parque Independencia -según él “un desencantado del amor”-, me decía “el amor dura un año, después pasa”, y yo le decía que estaba equivocado. “Ya vas a ver”, y así se cumplieron sus palabras como un sino proveniente de la envidia.
Uno desde la debilidad puede enloquecer, de melancolía, de angustia, o enloquecer a otro u otros. Como el verdulero del pueblo que, tras encontrar a la mujer con otro hombre in fraganti, su cabeza se disparó a los abismos del abandono, prácticamente perdió su yo, empezó a usar campera en pleno verano, a no higienizarse y a resignarse a laburar -aplica otra vez Wagner “la locura empobrece”- doce horas por quinientos pesos; la humanidad pende de un hilo a enloquecerse por amor o trabajo: si no hay una barrera, un pequeño límite en las emociones, es posible que lo que sea primavera, un aparente florecimiento de hojas verdecidas, se vuelva un invierno opaco, de fríos mentales, de ideas empantanadas, suicidas, de odio y consultas a psicoanalistas o psiquiatras, al callejón de convertirse un personaje de barrio, de pueblo o de ciudad. Hay que aprender a ponerse los chalecos químicos solos, a tiempo, de modo que la industria farmacológica y toda la caterva que rodea a los fármacos no sumen más pacientes. Si sabemos que aquello que te da vida también te mata, podremos perder un poco la cordura pero no enloquecer y arrastrarnos en hospitales o envilecernos en los vicios como modo de autoflagelación. Cada uno es un plagio de algo que vio o quiso ser. Y como la mayoría de los plagios: una mala obra de arte expuesta en un museo que nadie visita ni quiere visitar.
Por Bernabé De Vinsenci
]]>«Creo en la reencarnación porque arrastro un cansancio de siglos» es el nombre del volumen donde el poeta Fabián Burgos (Santiago, 1987) reunió gran parte de sus textos publicados, en formato plaquette, entre los años 2014 y 2019, junto a algunos inéditos.
Se trata de una edición conjunta de las editoriales Askasis y Periféricas, la cual alcanzó a ser presentada en el encuentro de escritores Letras en la Arena, realizado en Caleta Horcón, el último verano. De ahí, vino la pandemia y la suspensión del lanzamiento programado en Santiago.
De eso, y mucho más, conversamos largamente con Fabián Burgos, entrevista que compartimos a continuación.
Ibas a presentar tu libro en abril, pero llegó la pandemia. Hace unos años, en Valparaíso, el día del lanzamiento de otro libro tuyo, hubo un cuasi terremoto en la ciudad. ¿Cómo interpretas estas coincidencias?
No creo en ese tipo de coincidencias. A pesar de haber publicado pocos libros los he presentado muchas veces -la mayoría con el objetivo de generar un poco de plata extra que me ayude a cubrir el mes-, que aparte del cuasi terremoto y la pandemia me ha tocado tormenta eléctrica, lugares donde no ha llegado nadie o donde sí, pero no han escuchado, he presentado en la esquina del barrio de infancia vendiéndola de consciente pero con la única intención de que pueda ir mi papá, me han invitado a presentar en ferias donde finalmente olvidan ponerme en la programación, he vendido todo así como he regalado o hasta quemado todo. Al final esas anécdotas no son más que otro número encadenado a nada.
Lo que pasa es que a muchos les gusta pensar que cosas extrañas ocurren cuando nos reunimos en torno a la poesía, pero son sólo datos que intentan darle un toque medianamente místico, medianamente mágico a cuestiones que son tan cotidianas como cualquier otra, darle algo de sentido. Los que se reúnen en torno al fútbol cuentan cosas similares, así como los que se reúnen en torno a los juegos de rol o en torno al cine. Nos cuesta asumir que la mayoría de las cosas se hacen porque sí y listo, sin ninguna metafísica, sin ninguna relevancia más que darnos significado. A lo más esas coincidencias pueden funcionar como un bastión creativo interesante, pero vacío.
Recuerdo haber escrito mucho tiempo, haber estado muy adherido a la idea de que la mayoría de los lugares que había habitado durante la adolescencia e infancia desaparecieron. Las lógicas de la población, las reuniones en la esquina o en la costanera, el club deportivo, las fiestas en la casa del vecino, los pasajes llenos de niños jugando, todo había sido devastado por la manera neoliberal de entender las cosas. El colegio en el que fui la vida entera en Estación Central, fue demolido para construir guetos verticales, la universidad donde estudié quebró y también fue demolida, alguna relación debía existir entre todas estas desapariciones y lo que yo era, pero a la larga te vas dando cuenta que lo que ahí está implícito es sólo un ejercicio creativo, el intento de encontrarte y darle significado a lo que eres, a la enfermedad, al trauma, a lo ingenuo, iluso o mala persona que sin querer puedes llegar a ser. Cuando en el fondo lo que está pasando es que uno se está inventando, lo que quizás sea el único valor real de la escritura, otra ficción.
Entonces, cada vez desisto más de esa idea de intentar darle significado a las coincidencias, de intentar darle significado a todo, de intentar darle explicación a cualquier asunto que escapa de nuestro control, a nuestra sistematización. A veces es necesaria también, la posibilidad de poder concebir, de poder tolerar un mundo donde las cosas simplemente pasan.
¿Cómo se enfrenta una pandemia cuando se arrastra un cansancio de siglos en la espalda?
La pandemia se ha portado relativamente bien con las personas que hemos tenido la posibilidad de estar encerradas. Trabajo lo justo, la plata no sobra, pero se vive, pido que la mayor cantidad de cosas lleguen a la casa, cuestiones que no se diferencian mucho de la manera que he tenido de habitar los últimos años. Desde niño que he tambaleado entre el trastorno de ansiedad y el trastorno de angustia y siento que como nunca antes esto se ha controlado.
Aunque por otra parte la abulia también se me presenta de una manera que no se me había presentado, no he realizado ninguna de las actividades que se suponían entregaban un poco de sentido, ni leer, ni escribir. Con suerte contesto los mensajes y los correos, raramente le escribo a mis amigos, hace un tiempo un chico me contactó para que lo ayudara a editar unos poemas de manera remunerada y no fui capaz, grabo de vez en cuando algunas clases para mis estudiantes con la memoria de quien lleva diez años como profesor, nada de preparar o repasar los contenidos, asisto a las reuniones laborales de zoom con la mente en blanco y esto no tiene nada que ver con un colapso o con que ya no soporto lo que está pasando. Siento una pena leve, pero cuando digo leve no me refiero a poca, sino a que no me descontrola como lo ha hecho siempre.
Tengo un papá con una enfermedad pulmonar crónica y una abuela que en medio de la pandemia tuvo un accidente debido a una falla renal, ya hace un rato que comienzan a llegar las noticias de los contagiados, de fallecidos cada vez más cercanos, cada vez disminuye el grado de separación por parentesco, se empieza a notar el hambre, veo un sistema inoperante como todos los sistemas frente a la incertidumbre, se ven los paranoicos de siempre que acusan de conspiración a cualquier cosa que escape a su capacidad de darle orden, otro montón jurando que pasada la pandemia saldrán siendo mejores personas de lo que eran. Me miro, transito mi historia y todo me indica que debiese estar desesperado, pero no lo estoy. Me miro, transito mi historia y todo me indica que debiese sentir una rabia incontenible, pero no la siento.
Ahí debo respirar hondo para no confundirme, no es una suerte de paz interna ni nada de ese balbuceo que tanto le gusta presumir a los que están más trizados que nadie, tampoco el estado de contemplación de esos que se creen fuera del mundo sin siquiera haberse quitado de los pies el barro. Siento que nací viejo, sólo viejo, así a secas, sin nada de esa particular y falsa sabiduría que se le atribuye a los años. Mi papá tenía más de cincuenta cuando con mi mamá me tuvieron, un papá-abuelo, del cual siento que, de alguna manera, sus años se sumaron a los míos. Como de los siete ya le hacía a mi mamá comentarios incómodos respecto a lo mucho que me preocupaba la muerte, desde los nueve comencé a tener las primeras crisis de angustia, cuando la salud pública te mandaba para la casa sin ningún diagnóstico más que decir a los papás que el niño tenía miedo de alguna cosa que contaría llegado el momento.
Suena sumamente cliché, pero de alguna forma por eso un buen rato viví como si fuera a morir mañana, ahora estoy cansado. A eso le atribuyo un poco esta pasividad consciente, este aburrimiento sin causa, esta constancia agotadora de pensar en los muertos, pero no en la muerte. Un pequeño miedo a esa fragilidad y a lo abrumadoramente fácil que a veces se te presentan las cosas en medio de la catástrofe.
Al parecer tenemos pandemia para rato. ¿Cómo te imaginas el mundo, desde la poesía, con sus nuevas condiciones de: distanciamiento social, encierro, fin de las multitudes?
Se me hace difícil responder la pregunta, porque, por una parte, es cómo me imagino el mundo con sus nuevas condiciones, eso lo podría responder a partir de un par de ideas que tengo, el “desde la poesía” me provoca ruido. No es lo mismo a que si me preguntaras “desde la historia” o “desde la sociología”, pero quizás simplemente sea porque a pesar de los años no entiendo bien eso de referirme a las cosas “desde la poesía” si no es a partir de una concepción casi romántica del asunto. ¿Qué es pensar o imaginar cómo poeta? Escribo poemas, he publicado libros de poesía, asumo que por lo tanto soy poeta, es más, incluso lo digo cuando me lo preguntan ya ni siquiera sintiendo el pudor de antes. Por lo tanto: ¿Cualquier respuesta que imagine o piense es una respuesta “desde la poesía” o debería ir intercalando figuras literarias entre las aseveraciones, por ejemplo; El mundo no será muy distinto a lo que han sido mis cumpleaños de día domingo los primeros días de febrero?
Siempre que leo o escucho entrevistas a escritores y hacen este tipo de preguntas, intento rastrear en sus respuestas cuál vendría siendo la tónica y a decir verdad nunca he dado con la clave. Así que, para hacerle el quite a esta limitación comprensiva, creo que es mejor responder a dos cuestiones: por una parte, qué imagino que ocurrirá con el mundo con sus nuevas condiciones y por otra, intentar añadir mi visión respecto al mundo de la poesía en particular, desde estas nuevas condiciones.
La primera es sumamente compleja y aprovecho la oportunidad para referirme a otras cuestiones, compleja porque la comprensión de las cosas siempre llega tarde, llega después y es ahí cuando nos partimos la cabeza intentando explicar en qué fallamos ¿Qué ha sido la historia sino un constante error en las interpretaciones de la realidad, bajo la lógica de que sí existiría una correcta manera de interpretarla?
Ahora mismo, que vivimos en un Sistema, en un gobierno que evidentemente, que por ideología piensa que es más importante salvar la economía que salvar la vida de las personas o que salvando la economía salva también lo otro y con este objetivo de fondo ha dirigido gran parte de sus acciones, o sea, ha creído entender cómo hacerlo y no le ha resultado, por lo tanto ha tenido que ocultar cifras, ha tenido que reformular sus estrategias casi a diario, en busca de una fórmula apta que permita conseguir lo que se propone. A lo que evidentemente nosotros, los que estamos fuera, los que no creemos en sus lógicas de interpretar y enfrentarse a la realidad de la pandemia, hemos respondido cuestionando, criticando cada una de sus acciones, aludiendo a que nosotros por alguna mágica razón sí sabemos la estrategia correcta y está bien que lo hagamos.
Y quizás llegará un momento donde el gobierno de turno no salve ni la vida de las personas ni a la economía y habrá otros gobiernos que sí nos representan, que desde siempre se plantearon que era más importante salvar las vidas que la economía y tampoco salvarán plenamente ninguna y a los que sobrevivamos sólo nos quedará aquella satisfacción ética de decir “pero al menos ellos sí se preocuparon de sus ciudadanos”. Y quizás, posteriormente veremos países que tomaron las mismas medidas o aún más nefastas que nuestros gobernantes y, aun así, se masificará la idea de que gracias a estas medidas salieron victoriosos, mientras que de seguro buena parte de sus habitantes pensará que esa victoria no fue tal.
Luego pasaremos generaciones intentando dilucidar cuáles fueron las variables que no alcanzamos a ver en su momento y nos volveremos a lamentar por los límites de la inteligencia humana, por todo aquello que nuestra precariedad intelectual no pudo comprender cuando era necesario. Es triste, pero sin estas cuestiones todo sería absolutamente estático y justamente esa pasividad es la mayor derrota como especie.
Respecto a la pregunta de fondo, es irónico que se llegue de esta forma tan repentina a una cuestión a la que al parecer veníamos aspirando hace rato, pero que al mismo tiempo se venía tensionando fuertemente desde los movimientos sociales. La completa virtualidad de la vida, el completo dominio de las imágenes, la completa falsificación de la identidad, la confusión constante entre el egoísmo y la soledad, frente a lo bonito de ese “volver a querernos”, ese recuperar los espacios, ese ser honestos con lo que somos, con lo que sentimos y con lo que nos pasa, entender que necesitamos del otro para generar mejores condiciones de existencia para todos.
Personalmente, me gusta imaginar un mundo que más que encontrar una comodidad en esta virtualidad que antes era voluntaria y agradable, pero que ahora nos asfixia y es obligatoria, espero que este confinamiento haga mucho más evidentes, mucho más transparentes las existencias precarias, limitadas, enajenadas que van de la mano junto a estas aspiraciones y a la vuelta de la pandemia sea obvia la urgencia de habitar un mundo en donde nos necesitamos y complementamos entre todos, donde nadie es menos, ni nadie sobra. Pero eso es eso no más, lo que me gusta imaginar.
En relación al mundo de la poesía lo mismo, porque lo que hace un poeta confinado no dista mucho de lo que hace cualquier otra persona, que como uno, tiene la posibilidad de seguir vinculado a las cosas mediante la hiperconectividad, sólo que esa virtualidad, esa falsificación de la identidad, esa ansiedad de mostrarse va mediada por el poema, algo que se presume más puro y profundo que la desagradable superficialidad de la gente a pie a las cuales les removeremos las consciencias a punta de versos. Pero esa profundidad, esa pureza es también rápidamente absorbida por los mismos dispositivos, que finalmente, queriendo o no, nos sumergen a todos. Intento confiar en que los poetas, por ciertas características que no vienen al caso, tienen la capacidad de entender estas cuestiones un poquito antes.
¿Cómo enfrenta un poeta como tú, que publica libros en papel, el mundo virtual, las redes sociales?
Las redes sociales son un dispositivo, una herramienta, refiriéndome exclusivamente a Facebook que es la que uso, un contexto donde todo puede ser chistoso. No me las puedo tomar con seriedad, comparto cuando presento un libro, cuando me invitan a leer o cuando hago una venta en verde, pero hasta ahí. No me interesa construir una identidad en relación con lo que en verdad pienso, de hecho, me da un poco de pudor leer a los que sí lo hacen, independiente de lo interesantes que puedan ser sus discursos, pero esa cuestión debe tener que ver conmigo.
Al fin de cuentas las redes son una suerte de feudo medieval que llega hasta donde llegan tus propios intereses, la proyección de una imagen y entendiendo esa irrelevancia no me interesa, me da vergüenza aquella sobreexposición. Por lo tanto, tampoco puedo tomarme enserio a los que intentan hacer carrera en redes, scrollear en el Facebook es leer un chiste que no termina nunca, por eso el afiche de la Cata de libros de mi biblioteca de Warnken da la risa que quizás no daría si estuviera pegado en el diario mural de la UDP. Fíjate que para los quinceañeros y veinteañeros es obvio que Facebook es para compartir memes e Instagram para pelarse, se ingresa predispuesto a que todo es chiste, por eso un “me divierte” puede tener mayor peso que un argumento y los viejos caen rápidamente en estas ficciones.
Es rara la seriedad con la que se toman las redes, no la entiendo. De hecho, varios me han dicho que, si quisiera tener más lectores de mi trabajo literario, debería mi vida estar más acorde con lo que escribo, pero claro que lo está, con lo que no está acorde es con la imagen que proyecto y eso es otra cuestión. Creo que mis poemas más populares son estados de Facebook riéndome de alguien.
Recuerdo que cuando recién comencé a transitar el mundo de la poesía, éramos chicos y con varios amigos armamos un colectivo, era justo el tiempo de la transición a Facebook y mandarle una solicitud de amistad a un poeta que considerábamos importante era el medio sufrimiento interno, ese atreverse. Organizábamos eventos literarios, nos conseguíamos los correos electrónicos de los y las poetas, con hartos más años que nosotros, que de alguna forma alguien del colectivo admiraba y queríamos invitar. Era todo un tema ponernos de acuerdo para decidir quién sería el encargado de escribirle a cada uno, porque daba vergüenza, teníamos miedo de no ser lo suficiente formales o tener alguna falta de ortografía.
Luego todo esto se terminó, porque se normalizó que todos aceptaran las solicitudes de amistad de todos, un arma de doble filo, porque muchos buscando gente que les demostrara devoción, terminaban dejándonos acceder a darnos cuenta que eran igual de tontos que uno nomás, que opinaban puras leseras, creían idioteces, se desbordaban por cualquier cosa, por ejemplo las peleas entre escritores en redes de las cuales hay muchas notables, otros que hacían puros comentarios desatinados, otros que compartían las imágenes que compartiría la tía del sur que tiene un poster de Marco Antonio Solis pensando que es Jesús o reclamando contra los algoritmos, de que sus profundas e interesantes opiniones no llegan a toda la gente que deberían llegar o declarando que no permitirán que Facebook pueda acceder a su información personal, escritores connotados en teoría y eso terminó haciendo la cuestión mucho más horizontal sin que quisieran, eso de decir que está bien llegó después, ahora ya no sólo hablábamos de la poesía de estos próceres sino que además de las idioteces que decían.
Por lo mismo hoy en día son súper pocos y pocas a los que uno les tiene respeto. Ahora a los cabros más jóvenes les importa una raja, se invitan entre ellos y si es que llegan a invitar a otra persona le mandan un mensaje interno por Facebook, imperativo y lleno de X, K y era, si dice que no, da lo mismo y está tan bien. En ese sentido las redes democratizaron el acceso a saber que el otro es igual de estúpido que cualquiera. Imagínate estar revisando Facebook y encontrarte con un estado del tipo “no se deberían cerrar las librerías por la pandemia, porque los libros son artículos de primera necesidad”, es solo un ejemplo, pero está lleno y es gracioso porque es exagerado, evidencia la necesidad desesperada de ser considerado inteligente y que ojalá alguien te lo diga, no dista mucho de las mega contorsiones para sacarse fotos y te digan que eres bonito o bonita, funciona bajo la misma lógica.
¿No te pasa que cuando uno nota este esfuerzo desmedido por proyectar una imagen de escritor, intelectual, profundo y serio, es como si automáticamente se transformara en chiste? El punto es que al final en esta mutua alabanza de lo ridículo terminan armando tertulias, festivales, se invitan a lugares, viajan. Como cuando de chico te juntabas con la comunidad de un juego online ñoñísimo, mientras todos a tu alrededor reían, pero no importaba, porque ninguna risa podría opacar lo popular que podías ser en éstos círculos porque a tu personaje le compraste la mejor armadura que existía en el juego. Ese es el dominio de las imágenes y la falsificación de la identidad de la que te hablaba antes y hay muchos que son súper conscientes de esta cuestión, pero les resulta sumamente cómodo habitar estos espacios. Y no, la risa no abunda en la boca de los tontos.
Me cuesta creerles a esos, que, por ejemplo, dicen que el boom de las noticias falsas se debe casi a una gran conspiración de desinformación masiva a la ciudadanía, las fakenews nacen de la mera satisfacción de ver a alguien que ha construido una imagen en redes de profundo e inteligente, compartirla. Claro, la cuestión se ha descontrolado. Lo mismo pasa con los que comparten entrevistas que no leyeron o lamentan la muerte de artistas o intelectuales que murieron hace harto tiempo como si hubiera sido recién, sólo porque no fueron capaces de abrir el link para mirar la fecha. En la página web del diario “El País”, aún existe una noticia colgada desde el 5 de noviembre de 1995, anunciando la muerte de Gilles Deleuze, todos los 5 de noviembre espero ansioso a que alguien la comparta.
Ante estas apreciaciones, no creo que sea necesario profundizar más en torno a lo que pienso respecto a la difusión del trabajo literario por redes, tampoco escapa mucho de las mismas lógicas que te vengo contando. Si somos lo suficientemente hábiles no es muy complejo dar con las conexiones precisas que puedan transformar lo que haces en algo interesante para algunas personas, no es extraño encontrarte con links que te llevan a revisar los poemas de Escritores contemporáneos fundamentales o cualquier otro pomposo epíteto, existen por montón, y que al leerlos te das cuenta que es puro lobby, amiguismo y hasta joteo de las y los editores, esas cuestiones no me interesan. Prefiero hacerme un tecito y acostarme.
¿Crees que con esta pandemia se viene la transición definitiva del libro de papel al libro virtual?
Nunca, creo que se lo escuché a Bolaño en alguna entrevista. Los libros son como las láminas del álbum, uno los colecciona y cuando das con uno raro te desesperas, te emocionas, en mi caso, cuando era lector, eso era más de la mitad del placer de la lectura, encontrarte con el libro. En cambio, el libro virtual es la falsificación que encontrabas en el persa teniente Cruz y más encima te duelen los ojos. Pasada la pandemia existirán más relecturas que lecturas, con esto me refiero a que la gente tomará los libros que ya tiene, no comprará libros virtuales. De hecho, uno accede a los libros digitalizados porque no ha podido encontrarlo en papel por antiguos o por caros, también uno va al libro virtual cuando es el libro de algún amigo o amiga que te envió con cariño, esperando que le digas algo. Al menos en mi caso es hasta ahí su alcance. A lo más un mercado súper snob para quienes les gusta caminar con su Kindle por Lastarria.
¿Hay alguna anécdota que te haya pasado a ti, o que te hayan contado, o que hayas leído, que refleje en forma particular el actual momento?
No creo que “anécdota” sea la palabra, la mayoría de los relatos que he escuchado o leído han sido más bien trágicos. En mi caso, por ejemplo, hace ya dos años que vivo y trabajo en el centro de Santiago, anteriormente siempre viví con mi familia, con mi papá, mi mamá antes de que falleciera, mi abuela a media cuadra y mi hermana que ha vivido en distintas partes, pero hasta hace poco trabajó en el hospital de la esquina de la casa de mis papás. De hecho, creo que nunca había estado más de un mes sin verlos. Bueno, como ahora vivo y trabajo en Santiago centro la cuarentena total me llegó de los primeros y es probable que termine de los últimos. Como mi papá y mi abuela son de alto riesgo decidí quedarme acá y cumplir con el encierro de la mejor manera posible, en un obvio estado de angustia y semi paranoia. En esto y como te contaba antes, mi abuelita, estando sola en su casa, tuvo una falla renal y una fuerte caída como consecuencia, quedó en cama y con mi hermana tuvimos que organizarnos para cuidarla, en la urgencia tuve que ir sin salvoconducto a verla y a pocas cuadras de llegar me pararon los milicos, no sé qué cara habré tenido, pero libré.
Luego de un par de semanas cuidándola el gobierno anunció que se venía la etapa más complicada del virus, así que hablé con mi hermana para que se encargara ella junto a su pareja mientas esta cuestión pasaba. Hace poco, producto de lo débil que estaba tuvo otra caída, se rompió la cadera y quedó internada a la espera de una operación con el riesgo vital propio de sus años y de las enfermedades que arrastra, mucho. Una espera que se extiende entre ocho y diez días, sin poder recibir visitas, sin poder llamarla, sin poder pedir información, una desconexión absoluta. Las últimas veces que hablé con ella, por teléfono, antes de este segundo accidente, me decía que encontraba que estaba bien que no fuera a verla.
Imagínate todo lo que uno se cuestiona, cada una de las decisiones que tomaste, lo que también es una de las tónicas de lo complejo que ha sido controlar la pandemia. No sólo la poca credibilidad del gobierno, que desde octubre se esfuerza cada día en que la ciudadanía le vaya perdiendo cada vez más el respeto, no sólo lo difícil que es parar la olla día a día para tantas familias, no sólo la cultura del consumo que lleva a tantos, a que no les importe contagiarse ni contagiar con tal de obtener cada cuestión que se les ocurre, sino también, e imagino que es muy latinoamericano, los fuertes vínculos que tenemos con los viejos, en descenso, pero sigue allí, las familias se reúnen y constituyen en torno a estos ídolos y es una práctica sumamente complicada de erradicar en la emergencia.
Fíjate que algunos de los países que se presuponen de los más exitosos ante la pandemia, son países sumamente individualistas y con sólidos Estados de bienestar, el encierro es sólo para los de riesgo mientras el Estado se hace responsable de ellos, el resto sigue haciendo su vida con toda normalidad, trabaja, va a los bares, a los cafés, se reúnen y ni siquiera se les pasa por la cabeza la idea de ir a ver a los confinados, porque nunca se les ha pasado por la cabeza no más, son independientes desde chicos.
En cambio, nosotros vivimos en esa tensión, se nos hace sumamente difícil no verlos, nuestra salud emocional se destruye. Yo mismo en este momento, cuestionando si realmente encerrándome hice lo mejor, porque cuando te encierras también lo haces proyectando la culpa que llegarías a sentir si contagias a alguien que quieres, pero por otra parte se me presenta esta situación y también comienzo a vislumbrar una culpa que podría llevar de por vida. Luego sales a la calle pensando en que te encontrarás con el desierto, pero todo está lleno y al parecer el único cambio es que los restaurantes no tienen mesas y quizás toda esta respuesta no sea sino una forma de excusarme, y quizás toda esta entrevista no sea sino una forma de excusarme, como si cada vez que uno intenta obedecer, algo saliera mal. Me imagino que es una situación a la que se están enfrentando muchos.
¿Cuántos días llevas en cuarentena?
Todos los años que he podido.
Por último, ¿qué lecturas recomendarías a nuestros lectores para resistir la pandemia?
Como te decía anteriormente, no he leído nada durante la pandemia. Sería cínico de mi parte recomendar lecturas para resistir cuando ni siquiera he sido capaz de revisar los diarios. Lo que sí, tengo la promesa, aquellos libros sobre el escritorio que uno se propone a leer de forma ordenada y sistemática, pero termina haciéndolo nunca. Los reviso, claro, pero esporádica y aleatoriamente, casi como los Pan de Vida de los canutos, una frasecita, un par de párrafos y sería. Supongo que hay veces que la realidad es más densa que cualquier libro y te deja paralizado, ahí te quedaste mirando el techo por horas nomás.
Entonces, para decir algo, supongo que contaré cuáles son estos libros: “Historia y filosofía de la ciencia” de L.W.H. Hull, “Obras escogidas” de Marx y Engels, “La conexión cósmica” de Carl Sagan, “El paraíso perdido” de John Milton, “El libro rojo” de Carl Jung, “Tratados” de Hipócrates, “El sistema del mundo” de Isaac Newton y “El arte de ser feliz” de Arthur Schopenhauer.
]]>En medio de la pandemia que mantiene en confinamiento a parte de la población, los y las agentes de la cultura han debido posicionarse en un nuevo escenario creativo para conectarse a sus públicos. En este contexto, la asociatividad de mujeres creadoras, gestoras y cultoras de la danza local, Corredor de Danza Valparaíso, se prepara para volver a escena, adaptando su catálogo de obras de danza contemporánea al formato virtual.
La programación “Danza desde Casa” se inicia este sábado 11 de julio, a partir de las 18.00 hrs, con una clase gratuita abierta, dirigida por la directora de la compañía Limo, Marcela Rendic, a través de las plataformas virtuales de la Municipalidad de Valparaíso. Además, con el fin de conectar con la cultura y las prácticas del movimiento y atendiendo a las limitaciones de encuentro físico, las bailarinas han habilitado sus hogares para compartir una parrilla diversa en contenidos.
Esta programación virtual es parte de una colaboración entre Corredor de Danza Valparaíso y la Alcaldía Ciudadana, a través de su Dirección de Desarrollo Cultural en el marco de la nueva cartelera “Del Municipal a los cerros”, la que busca mantener la programación del Teatro Municipal y el importante trabajo de agrupaciones y artistas, a partir de la co-gestión de actividades junto a agrupaciones y sindicatos locales en los ámbitos de teatro, danza y música, las que debieron rediseñarse por la actual situación del país.
La iniciativa “Fortalecimiento Programático del Teatro Municipal de Valparaíso” es un proyecto financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de su programa Red Cultura en su línea de Fortalecimiento de la gestión cultural local, adjudicado por Cultura de la Alcaldía Ciudadana en su convocatoria 2019.
Programación Danza desde Casa
El evento online inicia este sábado 11 de julio, a las 18.00 hrs, con la emisión del taller, Danza en Línea, práctica que invita al movimiento, utilizando la conexión corporal como punto de partida para experimentar un estado de profundidad para el desarrollo de las capacidades de cada participante.
Desde las 19.00 hrs, los espectadores podrán disfrutar de una serie de obras adaptadas a las redes virtuales; comenzando con el extracto de la obra “Chango, la cultura de la Orilla”, a cargo del Colectivo Simbiosis e interpretado por Milca Galeo. Esta puesta en escena es una pieza de danza interdisciplinaria que integra proyección análoga, música y danza proponiendo un viaje que destaca la relación entre el cuerpo, el territorio y su historia originaria.
“Chango” invita a despertar la memoria y los sentidos del espectador provocando un ambiente psicodélico y musical que potencia la danza comunicando con fuerza, energía, sutileza y en estado sensorial el viaje a la semilla de su propia identidad.
A continuación, a las 19.30 hrs, se exhibirá la creación audiovisual experimental “No sé Quién Soy” de Keny Huerta, trabajo unipersonal desarrollado en contexto de confinamiento, configurado como una secuela de acontecimientos que manifiestan los posibles efectos de un encierro permanente en la psiquis de un individuo, divagando en las profundidades de sus deseos, imaginarios y realidades ficcionadas.
Por último, a partir de las 19.50 hrs, se transmitirá la obra “Ego Sum” [yo soy] ensayo sobre la personalidad de Daniela Álvarez. Esta creación está centrada en la cosificación de la mujer, develada en distintas capas, sociales e íntimas. A través de la performance escénica, la intérprete transcribe y denuncia imágenes de la performance social realizada por la mujer.
Toda la programación será transmitida por Facebook Live, a través de la página Dirección de Cultura Alcaldía Ciudadana y Muni Valparaíso en Facebook.
]]>En el marco de la actual pandemia, Valparaíso contará con un servicio de asistencia psicológica gratuita mediante la contención emocional vía telefónica, gracias al convenio firmado por la Alcaldía Ciudadana, representada por la dirección de Salud de la Corporación Municipal de Valparaíso, con el Proyecto Aplauso Chile.
El objetivo es entregar atención psicológica para la escucha, la contención, y entregar primeros auxilios psicológicos en tiempos de pandemia, además de herramientas y contenidos, con el fin de mejorar la salud mental de las personas y la de su entorno personal, familiar y profesional, a través de la habilitación de un contact center gratuito al que se puede recurrir las veces que se estime necesaria.
Luego de participar en el conversatorio “La importancia de la salud mental en tiempos de pandemia”, donde se hizo el lanzamiento del proyecto en la ciudad puerto, el director del área de Salud de la Corporación Municipal de Valparaíso, Alejandro Escobar, valoró el convenio.
«Hemos acogido las propuestas que nos hace Proyecto Aplauso Chile, que ya se implementó en España. No es un dispositivo de atención para patologías en materia de salud mental, para eso están nuestros centros de salud, nuestros CESFAM disponibles para ellos, está toda la red secundaria y terciaria disponible para aquello, pero consideramos que esto viene a complementar la labor que ya venimos desarrollando y el enorme trabajo que están desarrollando nuestros equipos de salud mental y en particular nuestros psicólogos de atención primaria en salud», explicó Escobar.
El director de la Salud municipal valoró como una «tremenda oportunidad contar con este tipo de herramientas complementarias a lo que ya estamos realizando y que va en ayuda de las personas que hoy día se están sintiendo muy afectadas para poder cumplir con el confinamiento».
Por su parte, Renata Cavalli, psicóloga experta en crisis y Directora Ejecutiva de Proyecto Aplauso Chile, que también fue parte del conversatorio, indicó que la iniciativa que se aplicará en Valparaíso nace «para dar respuesta y apoyo a la salud mental de las personas, en un ámbito preventivo, con el objetivo de poder restablecer el tejido emocional de un país que ha venido siendo golpeado por diferentes problemáticas, generando un espacio de escucha y contención, que es la mejor manera de entregarle herramientas a las personas, para que puedan ponerse de pie y construir un país nuevo».
«Creemos que debemos dar un salto, mirar la unión y la colaboración como valores centrales para restablecer el funcionamiento de nuestro país», añadió Cavalli.
¿Cómo funciona? Cuando las personas llamen a la plataforma de atención telefónica, los operadores podrán identificar la procedencia de la llamada y en el caso de ser de la comuna de Valparaíso, podrán entregar la información de la línea 800 Fono Valpo Salud de la Dirección de Salud municipal, para que los vecinos y vecinas puedan llamar y acceder a información más específica de la red local de salud.
La respuesta otorgada por el Proyecto Aplauso Chile en Valparaíso será de contención emocional y apoyo psicológico de emergencia en el contexto de la crisis sanitaria, por tanto, existirá como atención psicológica por el tiempo que dure la pandemia del Covid-19.
El equipo de psicólogos voluntarios atenderá a través del contact center al fono +56 2 2570 6020, de lunes a domingo, desde las 8:00 a las 21:00 hrs. También se encuentra disponible la cuenta en Instagram “Proyecto Aplauso Chile”, en el siguiente link:
]]>Si bien las puertas de las Bibliotecas Libroalegre, ubicadas en Cerro Alegre y Montedónico, están cerradas al público desde mediados de marzo por la cuarentena preventiva ante el COVID-19, sus actividades vinculadas a la promoción de la lectura en niños, jóvenes y adultos siguen activas de manera online. Luego de una exitosa convocatoria para dos talleres del ciclo “Casas Lecturas”, la ONG anunció una diversa programación cultural para toda la familia.
Las actividades comenzarán con un espectáculo de cuentos con muñecos realizado por Alumbra Creando, proyecto dedicado a los cuentacuentos y a las acciones escénicas para público familiar con novedosos soportes textiles. Vicky Silva, actriz y directora de la compañía, presentará el cuento En el Zoológico de la autora coreana, Suzy Lee. La obra se estrenará este domingo 12 de julio a las 11.00 hrs. a través de canal de YouTube de Libroalegre y estará disponible de manera gratuita durante 24 horas.
“En el Zoológico” es la narración de un relato en el que una niña va de paseo con sus padres al zoológico y lo que parecía una historia común en un día normal se transforma en dos relatos muy diferentes: el la de la niña por un lado, lleno de color y entusiasmo, y el de los adultos, en un angustioso blanco y negro. “La narración oral de Alumbra Creando se basa en el cuento de la interesante ilustradora coreana Suzy Lee, una autora que destaca por la gran inteligencia y sensibilidad en el trato visual de sus narraciones”, señaló María Antonia Carrasco, coordinadora de contenidos editoriales de Libroalegre.
Y porque la risa es algo que hoy más que nunca hay que compartir, el siguiente estreno estará a cargo de la Payasa Romera, quien presentará “Una clown con mucho cuento” el domingo 26 de julio a las 11.00 hrs. por el mismo canal de YouTube. En la ocasión, la actriz argentina, integrante de Takikardia Clown (compañía de payasos y payasas de Valparaíso), contará sobre sus dudas existenciales sobre el mundo de las princesas
La temporada de espectáculos culminará con una sesión de “Mago en Casa” junto al Mago Timón, el domingo 9 de agosto en el mismo horario y canal. El Mago Timón es un personaje que explora el clown, la globoflexia, la pantomima, magia y musicalidad, dando como resultado un espectáculo cargado de entretención para toda la familia. Asimismo, se está preparando “Pequeño Teatro”, obra de cortas escenas dramáticas que se dirigirán a los más pequeños de la casa, y de las que se informará pronto.
Talleres artísticos para niños y niñas
De manera paralela a su programación de espectáculos, Libroalegre anuncia la realización de dos talleres artísticos gratuitos especialmente dedicados para niñas y niños. Desde casa, los más pequeños podrán expresarse y explorar en las disciplinas de Fotografía y Magia junto a destacados profesionales.
El fotógrafo profesional, José Mogrol, será el encargado de dictar el taller de Fotografía “Mira y me cuentas”, dirigido a niñ@s de 9 a 13 años de edad. La actividad se desarrollará los días sábados 18 y 25 de julio a las 16.30 hrs. vía Zoom y busca potenciar la observación de l@s participantes sobre su entorno, experimentando con la luz y el encuadre desde casa, ya sea con una cámara o con un celular.
Quienes deseen participar en este taller deben inscribirse de manera online en www.libroalegre.cl, ya que los cupos son limitados. Pueden participar niñas y niños de todo Chile, con el acompañamiento de un/a adulto durante el proceso.
El segundo taller será impartido por el artista de clown, mago y músico, Roberto Gómez, más conocido como “El Mago Timón”. A través de una verdadera “Fábrica de magia”, las y los participantes podrán aprender algunos tips y rutinas de magia para sorprender a su familia y amigos. Esta actividad dirigida a niñ@s de 5 años de edad en adelante. Los días sábados 22 y 29 de agosto a las 11.00 horas se subirán las cápsulas del taller a través de canal de YouTube de Libroalegre y estarán disponibles de manera gratuita durante 24 horas.
Consultas al correo bibliotecaslibroalegre@gmail.com. ONG Libroalegre es un proyecto financiado a través del programa Instituciones Colaboradoras (OIC) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
]]>Corren tiempos complicados para la música, y aún más para la música de club. El sonido que se creó para congregar, de pronto ya no congrega, porque no se puede. Si bien fue la naturaleza quien nos encerró en nuestras casas para recordarnos nuestra posición en el planeta, es también natural responder al estímulo sonoro con la inclinación a movernos, a reunirse. Es neurobiología, sistema motor.
Hoy perdería la fe si en esta relación suspendida con la colectividad y estado de pausa donde vemos los días pasar desde una ventana, no genera el impacto para crear, incubar nuevas ideas y evolucionar en nuestra manera de vivir, de pensar, de generar cambios. Este es un momento particular: es una oportunidad.
En este contexto, la nueva entrega del productor chileno Francisco Pinto, “Distancia Social”, es oportuna y acorde al momento en que vivimos, donde es necesario explorar las posibilidades creativas en medio de una pandemia mundial, una marca en el antes y después de lo “normal”, y en el modo en que nos relacionamos.
Este es un disco que se enmarca en el House, este “meta” género que abarca sonidos de diferentes épocas que se plasman en un formato diferente: cinco canciones originales y seis remixes. Grabado íntegramente con hardware (módulos NordLead 2x, Waldorf MicroQ, Orbit 9090 V2, Roland System1m, una drum machine Jomox XBase 09, y un sampler sequencer Toraiz), “Crystal” es el track elegido para abrir este recorrido donde el beat es estable, y las melodías circulan con naturalidad. Momento de quiebre es “Oráculo”, con un tono más instrospectivo.
“Crystal” es también el track remezclado por F600, Fernanda Arrau, Marciano, Vigliensoni y Android, y que dan una nueva dimensión a este LP, nutriéndolo de nuevas visiones. Mención especial para la interpretación con beats quebrados de Gemelo Malvado.
“Distancia Social” quizás viene a recordarnos ese espacio que dimos por sentado, y que tiene el valor de proveernos de un sentido de seguridad, conexión y sincronía con nuestra comunidad. Nos vamos a demorar, pero lo recuperaremos porque nos pertenece.
Por Pía Sotomayor / DJ & Productora
]]>Me escabullí en la casa de mi padre unos días a pesar de librarme al azar de sus altibajos anímicos: a menudo insiste como el tic tac de un reloj de pared en plena madrugada, o como un bullicio de voces a mi hipoacusia o bien pasa desapercibido, muy silencioso, como las moléculas del aire. Apenas pude cerrar los ojos, entreabrirlos y volver a cerrarlos -había renunciado a mi trabajo e iba a comenzar otro-, y a las dos y media de la madrugada oí que, a un volumen bajísimo, apenas audible, dializó su emisora predilecta: el Sur del Salado. Su táctica es la disciplina que quiera o no, en contra de mi voluntad, me obliga a permanecer a su lado: horarios estrictos e inmodificables como operario de fábrica, desde la siesta, pasando por cerrar la ventana a las once de la noche para que los vecinos tengan un horario estándar del momento en que se acuesta, hasta la hora precisa de bañarse. Yo, muy por el contrario, soy tan caótico que en raras ocasiones me dan ganas de tender la cama -emprolijar mi lugar de descanso, masturbación o pesadillescos despertares- o de cambiar la yerba al mate cuando se lava. Como toda relación amorosa (no hace falta explicar que lo amoroso atesora dos vértices: lo tierno y lo sexual, lo endogámico y lo exogámico, lo infernal y lo salvador), mi vínculo es de amor y odio, más de odio, de encontronazos, tensiones que si no huyo o desaparezco pronto pueden acabar en violencia física, que de amor (solo una vez, sin preámbulos, le dije “pá” -ese día rebosaba de alegría- y nunca sentí deseo de abrazarlo o decirle “te quiero”).
Cada vez que lo frecuento, aprendo a disfrutar las treguas de sus silencios, a oír sus ronquidos de madrugada o las veces que se levanta a orinar, aunque siempre me atormente con su presencia, con su tortuosa presencia, más allá de que sea corpulento, y tarde o temprano termino agotándome y yéndome lejos. A las nueve se recuesta, cierra los ojos, queda en duermevela una o dos horas -su reloj biológico es inclaudicable- y deja encendida la radio hasta que después de las diez, después de escuchar el programa folklórico, comienzan a sonar tangos y entonces bajo el volumen a cero o lo apago. De modo que ya dormido o entredormido o a punto de dormirse aprovecho a desplazarme por la casa con libertad, me encamino descalzo y sigiloso a la heladera, me comunico por teléfono, preparo mates o si mi apetito es feroz, como la sobras de la cena o rebano un chorizo seco. Todos los niños -o si no todos, la mayoría- tuvimos una visión desesperanzadora de nuestros padres, muchas veces con sobradas razones, otras en apariencia engañosas: una vez, por ejemplo, me arrinconó en un extremo de la cocina -yo con siete años era menudo, tímido, más rubio que ahora, es decir, menos feo- y me propinó trompadas, una tras otra, con el puño cerrado semejantes a mazazos; así que a partir de allí la procesión del perdón fue infinita. Desde entonces, se metamorfoseó en un monstruo que aún hoy es imborrable al olvido, con características que afearon poco a poco mi percepción del mundo.
En mi espalda, antes de convertirme en adolescente, antes de aprender a caminar las calles con independencia, sin su mano, florecieron dos alas de mosquito o mosca de basural que acobardado por el despotismo paterno sobrevuela de un sitio a otro sin afincarse en ninguno o en todos. Vagué de acá para allá, sin rumbo fijo. El lugar menos encantador fue la casa de mi ex cuñada a punto de parir mi primer sobrino varón y el más encantador -aunque los vestigios son cada vez más borrosos- la casa de una ex novia. De una parte de mi infancia hasta ahora todo se reduce a “exs”, incluso yo mismo soy un ex de un ex, perdí desde amigos íntimos hasta ropas favoritas o libros que nunca leí. Como buen mosquito o buena mosca de basural, o buena alimaña enardecida por su infelicidad, y aprendiendo la pedagogía del sobrevuelo, tuve más trabajos que años de vida. Para mí los trabajos han sido el karma de mis días. El último fue aprendiz de plomería con un hombre apodado Tano. Así lo conocí -más tarde supe que se llamaba Leo- y así lo llamé el poco tiempo que duré como aprendiz de plomero.
PRIMER DÍA:
Entre un montículo de cal todavía fresca había mierda. Me di cuenta cuando apurado, salí a buscar una herramienta. Los paraguayos hacían sus necesidades en la obra sin miramientos y la mezclaban con cal arrojándola, sin un mínimo de pudor, en la entrada principal. Un brasilero, sin idea de construcción, regenteaba a los paraguayos. Despidió a Mario con justificada razón porque había hecho desastres como amurar puertas a desnivel, muy a desnivel, tan a desnivel que a ojo quedaban horribles, pegar paredes torcidas, sin los recaudos necesarios, plomada y regla, o ninteles de más de dos metros. Tano preparó el mate, me dio indicaciones mientras largaba bocanadas de humo, con mucha tranquilidad, malgastando el tiempo en habladurías y desapareció en su camioneta. Voy a hacer unas cosas y vuelvo, dijo. Hice todo lo que me indicó (picar paredes, juntar escombros, amurar caños) y al finalizar (eran indicaciones simples y rápidas, que bien podía hacerlas solo) busqué charla con los paraguayos. ¿Cuánto te pagan?, me dijo el peón que por su enorme contextura a todas luces había sido él en mezclar la mierda con cal. Tenía dos opciones: engrupirlo o enfrentarlo con la verdad. Opté por la segunda. No sé, le respondí vergonzoso -yo pensaba para mis adentros un monto módico e indispensable que me permitiera vivir, también módicamente, y darme pequeños lujos, como comprarme cerveza o cigarrillos- y sincero. “Es mí primer día”.
Mi repuesta fue franca: Tano no me habló, ni siquiera me lo insinuó, de cuánto me pagaría el día. Vos, ¿cuánto ganás?, le retruqué: en mi anterior trabajo como peón, me pagaban mil. Iba a decírselo. El paraguayo era macizo, grande como un tambor de doscientos litros, con manos y pies robustos, fofos, con dos o tres bigotes y un culo de anciana de calzones enormes, y esgrimía expresiones locales como “chabón”, “gil”, “capo”, “loco”, a veces soltaba “che” o “piola”. Yo gano ochocientos, dijo, sintiéndose desdichado -lo noté en su voz- y volcó una maquinada de pastón para revocar, líquida y arenosa. ¿Cómo podía vivir con esa suma? Pensé en el alquiler -no se me ocurrió pensar, sin embargo, en pensiones porque en mi pueblo no existen- o en la boca, si acaso tenía, de cada uno de los miembros de su familia. Me causaba incomodidad, demasiada bronca como para empatizarme con él -en la albañilería no puede hacerse gala de las debilidades- y a su vez lástima, una lástima distante que me permitía no inmiscuirme ni excederme en preguntas.
Cuando Tano volvió le mostré lo que había hecho y me preocupé -también se lo dije- que había tenido muchísimo tiempo, sobrado tiempo, sin realizar nada. Iba a decirle “no me gusta estar al pedo”. Hizo gestos con las manos, complacido por su nuevo empleado, o sea por mí, y pronunció “comodidad” y “tranquilidad”, dos adjetivos dudosos. Que así fuese mi ritmo de trabajo, cómodo y tranquilo. Mi mente calculaba el cobro, especulando un monto y lo que me alcanzaría con el monto. Quizás pueda comprarme los zócalos de mi casa, pensé. Antes del mediodía lo llamó la esposa. “Sí, amuró los caños, má”, “cortó los PVC, má”, “nada que ver al anterior, má”, le decía, enfatizando el “má” -el “pá” y el “má” es muy común en los matrimonios de pueblos- y al ver que yo oía, a centímetros de distancia, cortó diciendo que teníamos que seguir. El resto de la tarde fue fusionar caños de un cuarto y tres cuarto: yo sostenía la fusionadora con mucha cautela y él fusionaba. Avanzábamos a paso de tortuga pero, sin detenernos, fusionamos casi todos los caños. Fusionamos tres caños más y por hoy dejamos, dijo Tano al cabo de dos horas. Acabé la jornada laboral sintiéndome un inútil (como siempre me hizo sentir mi padre)): lo único que había hecho era sostener una máquina con trescientos grados de temperatura. Mi nuevo empleador no me permitía progresar. Cualquier trabajo -sea cavar tierra con las manos, sea sacar yuyos con los dientes- nos debe ofrecer el antojo indispensable de sentirnos útiles, además de tener una remuneración que no se limite solo a comer.
Guardamos las herramientas, Tano lo hacía obsesivamente, ataba con una soga elástica la escalera en la Volkswagen. Eran las cuatro de la tarde y decidió arrimarme hasta la rotonda que me lleva a mi casa. Íbamos taciturnos -yo esperando que hablase- hasta que por fin rompió el silencio. ¿Cuánto pretendés ganar?, lo miré de reojo, reprimí un suspiro, y vi que sus ojos estaban puestos adelante del camino. Barajé: hace poco que vivo solo, me fui de otro trabajo, estamos en cuarentena, necesito comer, fumar cigarrillos, tomar alcohol, coger. No sé, solté más para adentro que para afuera; yo quería ganar ochocientos, desde un principio ese fue mi pensamiento. Bueno, dijo, todavía sin mirarme, mirá, yo a Erik le pagaba quinientos. Erik era el empleado anterior. ¿Te parece?, me apuró. Inhalé y exhalé. No dije ni sí ni no, me inhibí. Bueno, dije. Sacó de la billetera quinientos pesos con mucha tacañería y me los dio. Hasta mañana, dije, impotente, a punto de sollozar como un niño que perdió su juguete más preciado.
SEGUNDO DÍA:
Yendo a buscar leña al monte, de contrabando, cerca de mi casa pinché la bicicleta. Me despabilé a las cinco de la mañana. A las seis, más ansioso que animado, salí caminando a la casa de Tano. Cuatro kilómetros bajo la gélida mañana de invierno (acá hablamos de kilómetros o cuadras, en las grandes ciudades quizás de líneas de colectivos o zonas). De mi boca bullía vapor. Me puse los auriculares y caminé. Llegué cerca de las siete y media. La Volkswagen tenía el motor en marcha y humeaba por el caño de escape. Buen día, ¿cómo estás?, me saludó Tano mientras salía de la casa. Me limité a decir que el frío calaba los huesos. Acoté un adjetivo que no suelo usar con frecuencia: “ojetudo”. Un frío ojetudo. Volvimos a la obra. Tano me dio indicaciones, más o menos similares a las anteriores, y desapareció. En un rato vuelvo, dijo, soslayándome con la mirada, tengo que llevar la camioneta a arreglar que hace ruido. Tenía que seguir amurando caños, picando paredes. Che, le dije al paraguayo, ¿dónde hay cemento? ¿Tenés que amurar? Sí. Ayudame a hacer el pastón, si no te vas a matar haciendo baldes de cemento. Me mandó, ni estúpido ni zonzo, a enchufar el alargue. Estaba roto -tanto que podía quedar electrocutado en milésimas de segundos- y enmendado precariamente con cinta hiladora. Traté de enchufarlo, sin que mi vida corriera peligro, y me pegó patadas. Está roto, le grité al paraguayo. ¿Cómo roto?, se hizo el imbécil: me había mandado a mí porque sabía que la rotura, a cualquiera de los dos, podía mandarnos a la otra vida. ¿Cómo roto?, insistió, creyéndome de pocas luces. Sí, dije malhumorado, y oculté mi bronca. Agarró una escalla, presionó y logró enchufarlo. Hay que usar la cabeza, lució su escaso avivamiento.
Tano reapareció cerca de las once. Habló con el dueño de la casa y encendió cigarrillos. Yo no voy a quedarme electrocutado, le escupí al paraguayo después. Pensaba: gordo idiota, perdé vos la vida por limosnas. La panza comenzaba a hacerme ruido, sinfónicamente me crujía. Tano enloqueció con que teníamos que terminar, de modo casi obligatorio, y fusionar: después iríamos a bajar un tanque de una casa y después a colocar un termotanque. A las cuatro estamos libres, me animó con caños tres cuarto en la mano, mucha seguridad y un cigarrillo en los labios. Una vez finalizado el trabajo, me dije que tal vez pararíamos a tomar mates. Con cada persona que se cruzaba, Tano iniciaba charla. Derrochábamos dos horas sin hacer nada, él hablando -pecando en habladurías- y yo esperando apoyado en la Volkswagen. A las una y media -mi estómago estaba vacío como un pueblo abandonado, en ruinas- fuimos a su casa. Me hizo esperar afuera (ya vengo, mintió, voy a buscar unas cosas) media hora. Cuando volvió vi que, sin que yo me diera cuenta, se limpiaba los dientes con la lengua. Apenas podía mantenerme en pie. Vamos a bajar el tanque, siguió. Fuimos. Lo bajamos con otro plomero amigo de Tano. Otra vez perdimos dos horas, exactas, mientras él hablaba y yo esperaba. Después cambiamos el flotador de un tanque. Una vez más la aletargada espera. Mis piernas estaban débiles, a duras penas podía sostenerme en pie. Hay días que son así, dijo Tano, manejando la Volkswagen, refiriéndose a que íbamos de un lugar a otro.
Me fastidiaba el hecho de que perdiéramos el tiempo hablando. Me fastidiaba que, desde las ocho de la mañana, no había probado bocado: ni siquiera galletitas Don Satur, que son económicas y llenadoras. Lo poco que podía hablar era pausado, como un anémico o un minusválido. Cinco y media. Mi cabeza no podía coordinar. Si Tano decía “dame la pico de loro”, yo buscaba la llave francesa o empezaba a dar vueltas, olvidándome de lo que me había pedido (cada vez que me tensiono, la mielina de mis neuronas se obstruyen). Esperamos a que el termotanque se desagotara. Una vez vacío, lo cargué con mis manos y lo saqué a la calle. El cliente decía “tiene fuerza este chico”, “tiene fuerza este chico”. Al rato, salí a tomar aire. El hambre era feroz, implacable. Monté la bicicleta y me fui. Tano me llamó. Más tarde le envié un mensaje: “Disculpame, no me siento útil. Creo que son cosas que podés hacer solo. Operate”. Como tenía líquido en los tendones de la mano derecha, me ocupó a mí para menguar la fuerza y el dolor. No quería operarse porque lo obligaba de tres a cuatro meses de reposo. Quería que yo fuera su mano derecha por más de ocho horas ganando lo que se gana en medio día.
Mi padre sabe que puedo succionar sangre como mosquito, de modo inofensivo, o aletear hasta el hartazgo e incansablemente como una mosca bajo un zumbido ensordecedor: o me deprimo con profundidad, incursionando en zonas desconocidas, o busco alcanzar lo imposible, aquello que nos impone el ímpetu. Nunca me cuestionó con las fastidiosas preguntas “¿qué pensás hacer con tu vida?” o “¿por qué no te buscás un trabajo?”. Nunca propició un destino, cualquiera que fuese, bueno o malo para mí. Siempre rigió mi educación con “arreglatelas como puedas” o “salí a mendigar”.
A veces, cuando mi vida se vuelve un purgatorio de mis propios miedos, voy a saciarme el hambre a su casa, cocinamos un guiso o milanesas de pollo o descorchamos un vino económico, de segunda categoría, y dejo que el alcohol, en cada trago, intensifique mi sangre al punto de adormecerme, amodorrarme. Nos sentamos frente a frente, en cada punta de la mesa, oyendo la radio, sus programas favoritos, o sin emitir ni siquiera un suspiro o señal de vida, y él a cada rato me observa minucioso, atento, con la mirada penetrante (por su visión deficiente, muy limitada), a la expectativa de que, como mosquito o mosca o ambos, alce vuelo -un vuelo sin restricciones- y me pierda, lejos, en un horizonte acogedor que no pudo ofrecerme, a pesar de haberlo querido. Si mi vuelo fuera natural y verdadero, como lo es a menudo, ya me habría ido a otra galaxia, a otra constelación, a otro sistema solar, a caminos imprecisos e insospechados. Sin embargo me retiene, acaso como muestra de amor, sosteniéndome de una pata o estrujándomela. Tantas fueron las veces que bregué sobrevolar el orden del mundo, su estado ordinario, ir más lejos que la lejanía misma, que me extirpó pedazos de alas, la plenitud de mi ánimo aéreo, royéndome, poquito a poquito, como la polilla a la pata de una silla. Vuelo bajo, entonces, a centímetros de la superficie, y acompaño muy gustosamente al monstruo de mi padre, aunque desde mí infancia me aceche, voraz, sediento como una hiena hambrienta o un león rugiente. “¿Compramos un vino?”, me dice cada anochecer, después de recaudar monedas en changas mal pagas. “No, hoy no tomo”, le respondo cada anochecer. Por una única razón: no tengo dinero y tampoco empleo.
Por Bernabé De Vinsenci
]]>Revisa PANDEMIA, la última edición de Revista CAVILA, desde Valparaíso al más allá!
]]>Miro a través de la ventana. Parece que la vida se ha detenido. ¿A dónde fueron las multitudes? El silencio horizontal que se extiende por la avenida me recuerda que esta es la primera huelga sanitaria: el sindicato humano paró, y la ciudad, de golpe, se volvió introvertida.
El Covid 19 no se puede ver. Sabemos que ronda en las calles vacías y que existe por los seres humanos que desesperan cuando les falta el aire. Si hay algo que podemos decir es que es el año de la asfixia: sanitaria, ecológica, económica, y de George Floyd, en Estados Unidos.
La vida sigue su pesada marcha, pero se mudó al interior de nuestras casas. ¿Puede tanto afuera caber en tan reducido adentro? Nos pidieron sostener una ciudad a escala en lo más privado de nuestra intimidad. El hábitat personal se nos desfondó: un cuarto y una sala no pueden ser a la vez refugio, oficina, salón de escuela, recinto de juntas, biblioteca, espacio lúdico y diván.
Estos días todo pasa por dentro, como el metro de la ciudad. Hay una vida agitada, serpenteante, imprevisible, que transcurre paralela a lo que se puede verse en la superficie. Aun así, cuando hablo con otros, descubro que nos cuesta pensar y que nos incomoda sentir. En un par de meses hemos aprendido algo de estadística, de epidemiología y de protocolos sanitarios, pero muy poco de nosotros mismos.
Disfruto hacerme sentir en la ciudad al caminar. Mis pasos resuenan y el corazón de la calle renace. La urbe ya es otra. Se ha vuelto silenciosa, misteriosa. Me siento habitante de un cuadro de Giorgio de Chirico: soy una sombra que da vuelta a la esquina en un paisaje donde lo latente desborda a lo patente.
***
El desbarajuste nos repliega. El planeta es una gran tortuga: ante el peligro, se refugia en su caparazón. Nosotros hacemos guardia junto a las ventanas; espiamos al siglo desde la rendija de las cortinas, sospechamos hasta del sol. Solo estar se ha vuelto pasmoso.
Cada día de encierro ha sido como acomodar un cuadro inclinado en la pared. Lo ajustamos todas las mañanas, pero persiste en ladearse. En el instante en que lo enderezamos, sabemos que ya está actuando el desplazamiento imperceptible que lo desnivela. A través de algo nimio notamos que el curso inexorable de todas las cosas conduce hacia otro lado del que marca nuestra voluntad.
Este año es el desastre de la voluntad humana. Ayer creímos escribir nuestro destino. Hoy nos sentimos analfabetos y, sobre todo, con la sensación de naufragar del curso de la Historia. Quizá una corriente nos llevó a la isla desierta del tiempo en que vivimos.
Nunca tuvimos más poder y al mismo tiempo nos sentimos tan impotentes. Toda la tecnología, los recursos y las energías combinadas no han podido crear una vacuna para curar una variación de la gripa. No sólo tenemos que aceptar lo lejos que estamos de ser grandiosos, además nos vemos obligados a decir: “somos la mitad de la migaja que creímos”.
Esto es la vulnerabilidad radical. Un estar desollado.Los Homo Sapiens esquivamos este duelo desde el origen. La búsqueda de fármacos nos posee con desesperación. Descubrimos lo único que embriaga tanto como para hacernos olvidar: la técnica, con su nube narcótica de acero y electricidad.
Cuando al fin salimos del sopor, nos condolemos frente al espejo. No queremos asumir el dolor; retornamos a lo conocido, a la misma desmesura, pero llevada más lejos. Convencidos de que esta vez sí lograremos ser los pastores de las estrellas y convertir a las galaxias en nuestro jardín. Por fin caminaremos sobre el mar y atraparemos el viento. Si no podemos vivir desde la fragilidad…¡elevaremos un mundo maravilloso que silencie la conciencia de nuestra precariedad!
Elegimos vivir con cadenas antes que libres y pendiendo de un hilo.
***
Escribo en un momento de poderosas manifestaciones políticas. Por eso no puedo obviar que desde que surgió el Covid-19 todas las metáforas han sido bélicas. Repetimos frases de guerra. Decimos que “hay que combatir el Covid”, “que necesitamos fortalecer nuestras defensas”, “que no hay que salir y que permanecer en confinamiento”, “que se debe mantener distancia”.
Declaramos que estamos en medio de una lucha. Y nos sorprende que las calles sean un campo de guerra…
El lenguaje importa. Determina cómo procesamos lo que vivimos.
¿Y si nos deslizamos hacia otras metáforas? ¿Qué tal un lenguaje distinto, más cercano a los cuidados? ¿Y si hablamos de protegernos, de sanar? ¿Si declaramos la devoción y el compromiso hacia el otro de forma individual y colectiva? ¿Sabremos vernos como quienes acompañan los procesos y las crisis sin pretender conducirlos? Mientras allá afuera todo es ruido y furia, ¿Estamos dispuestos a ser guardianes de una respiración?
Quizá podríamos ser fieles a la verdad del momento y vivir de otra manera el presente, porque lo más auténtico de esta pandemia es entender que necesitamos cuidarnos y asistir a quienes nos rodean.
Somos tan fuertes como la persona más débil entre nosotrxs.
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Las catástrofes lanzan preguntas como navajas. Solo algunxs intentan responderlas, quizá porque la mayoría nos ocupamos en sobrevivirlas. Pero son ineludibles. De entre todas las que he escuchado, hay una que se repite: ¿Seremos mejores cuando todo esto pase?
Es claro que las personas no siempre cambiamos por el hecho de vivir una situación límite. Vivimos una pandemia, no en un retiro espiritual. Es posible que no terminemos el confinamiento con un nimbo de luz en la cabeza o repartiendo amor como un Buda 2020. Sin embargo, existe un potencial de transformación enorme. Hemos visto o sufrido el dolor de los enfermos, del planeta, de los animales, de los débiles. Mucho pasará por el esfuerzo de hacernos cargo de experiencias, por dolorosas que sean, y de tratar de reflexionarlas para convertirlas en los cimientos de mejores realidades.
Cuando esto pase muchxs dirán: “fue terrible. Espero que no se repita”. Y a otra cosa mariposa. Está bien, después de una pandemia viene una afirmación de la vida de formas variadas: el amor, el reencuentro, la lujuria, la promesa, la fiesta, e incluso, el olvido. También nos vengamos de la muerte quitándole atención y planeando el futuro como si no existiera.
La afirmación de la vida que yo escojo es la risa. Entiendo que necesitamos tomar distancia de esta tragedia para poder reír. Pero al final la vida se impondrá, como siempre lo hace. Seguro celebraré la “nueva normalidad” con lo que más amo de las y de los seres humanos: su risa, mejor si se acompaña de la ironía y el ingenio. La risa desautomatiza, libera del miedo y permite convivir con aquello que nos desborda. Cultivaré la risa que viene desde el interior (todo pasa dentro en estos días) y lo haré porque es capaz de regar el exterior, volviéndolo habitable. Honraré la risa para que el adentro y el afuera vuelvan a vincularse de manera orgánica. Exaltaré la risa como una catarsis redentora y reconciliadora. La vida nunca será más vida que en la risa del mañana.
Por César Alan Ruiz Galicia
Publicado originalmente en https://terceravia.mx
]]>Según el Censo 2017, en Valparaíso existen 101.236 hogares, de los cuales cerca de 94 mil están inscritos en el Registro Social de Hogares. De ellos, 28.785 cuentan al menos con un integrante mayor de 65 años.
Tomando estas cifras, la Alcaldía Ciudadana optó por priorizar a las personas mayores en la repartición de las cajas de mercadería enviadas por el Gobierno.
De acuerdo a los datos epidemiológicos del Minsal, las personas de la tercera edad han resultado más vulnerables frente a esta pandemia, por su posibilidad de recuperación en caso de contagio y la precarización en la que viven producto de las bajas pensiones.
Frente a este escenario, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, indicó que «luego de un dialogó que hemos sostenido con diferentes instituciones sociales de Valparaíso, hemos tomado la decisión de priorizar las 23.500 cajas que el Gobierno ha puesto a disposición de la ciudad de Valparaíso, en las familias porteñas que cuenten con al menos un integrante mayor de 65 años y que estén inscritas en el Registro Social de Hogares».
Así, desde el jueves 4 de junio, las cajas de mercadería del Gobierno están siendo entregadas en el domicilio, con el servicio de transportistas escolares que la misma institución facilitó para su rápida distribución, pues la crisis sanitaria ha golpeado fuertemente a la comuna, por lo que se hace necesaria este tipo de ayuda.
Ayuda insuficiente
La pandemia ha causado un alto impacto social en la población de Valparaíso. Por ello, el municipio ha desarrollado un programa de apoyo a la alimentación para enfrentar las consecuencias que está teniendo esta crisis.
Al respecto, el alcalde Sharp explicó que «la necesidad alimenticia de nuestra ciudad es muy grande, los recursos, por tanto, son o siguen siendo insuficientes. Por eso hemos tomado la decisión de declarar el abastecimiento y el derecho a la alimentación como un asunto de interés comunal».
«Esto significará que los recursos que el Gobierno nos ha transferido, $1.375 millones, más recursos municipales, serán puestos a disposición, a partir de una nueva modificación presupuestaria que propondremos al concejo municipal, a garantizar el derecho a la alimentación a todos los porteños y porteñas», agregó Sharp.
El jefe comunal detalló que para paliar esta escasez, el municipio invertirá recursos propios y de los aportados por el gobierno para gestionar la entrega de más alimentación, a través de diferentes fórmulas, entre las que se encuentra la compra de más cajas de mercadería, y el apoyo de iniciativas comunitarias, como comedores populares y ollas comunes.
Pero, toda esta ayuda, pensando en las 40 mil personas mayores que viven en Valparaíso, no será suficiente, por lo que la Municipalidad pidió al Gobierno que en una segunda etapa se transfieran directamente a las familias los recursos, porque eso les permite priorizar, además de contribuir a la economía barrial.
Recordemos que, en Valparaíso, la entrega de las cajas a las familias beneficiadas se realiza de manera respetuosa, dejando a un lado toda exposición mediática, y utilizando todas las medidas de prevención.
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