El hallazgo de unas manos
FRAGMENTOS MENTALES
(Que son todas las manos a condición de no ser ninguna de ellas). En un lugar inverosímil, pero no del todo inexistente, más bien un poco presente en cada uno de los lugares que existen, un lugar que pudiera ser un poco parte de todos los lugares pero de ninguno a la vez, existe un personaje que no se sabe desde dónde viene y que todavía no tiene nombre, pero que se puede llamar de cualquier manera. El fantástico episodio que quiero contar al respecto aconteció un día que podría ser cualquier día, de todos los días a condición de no ser realmente nunca ninguno. A una hora proporcionalmente inverosímil al lugar, el personaje hace un hallazgo de fábula: una pequeña caja cuadrada cubierta de una piel cuyo lenguaje inexistente podía ser descifrado a partir de cualquiera de ellos. En su interior encontró dos manos humanas en perfectas condiciones, como si la muerte propia del desmembramiento nunca hubiera acontecido, y estas manos en realidad permanecieran vivas: a veces estaban frías si quedaban guardadas en la caja, pero cambiaban su temperatura en armonía con el ambiente exterior. El personaje se llevó la caja con las manos a su hogar, y decidió mantener el hallazgo en estricto secreto mientras pensaba qué hacer. Sentía miedo que al hacerse conocida la noticia de su hallazgo, por uno u otro motivo, como por el bien de las ciencias, la autoridad se las arrebatara. En principio comenzó por examinarlas: luego de cerciorarse de cerrar con traba la puerta de su cuarto, sacaba la caja de su visible escondite, la abría y cogía las manos, las abrazaba entre los dedos, las descubría con recelo. Las manos de la caja en principio frías y rígidas demoraban en despertar de su sueño, tal vez desde cuándo aquellas manos soñaban en la eternidad encajable de su soledad cósmica, tal vez a qué sociedad de manos perteneciera, como si el encuentro y el contacto entre sus cuatro manos pudiera significar una seña y una marca especial en el más íntimo de los caminos, todos ellos repeticiones únicas de un mismo arquetipo de comportamiento estelar. Frotarse las manos como mapas en las palmas como se tocan las líneas y los ríos de nuestras vidas, tan presentes como ocultos en la superficie de nuestras impostergables geografías. De esta manera las manos entraron en contacto con nuestro personaje, y lo llevaron como se conducen esos pájaros magallánicos que vuelan unidos, ambos, agitando una sola de sus alas, mientras con la otra se mantienen sujetos a la muerte.
Post data:
1. Una primera curiosidad respecto de este viaje es el hecho de ir aconteciendo de manera independiente al desplazamiento físico e irrefutable del cuerpo sobre el espacio. “Despertar es sin vuelta atrás” escribió nuestro personaje en la pared de su cuarto antes de ser visto por última vez en aquella localidad entrañablemente globalizada, donde antes de este hallazgo fantástico el personaje hubiera padecido el aura de cualquier paisaje, de todos los paisajes pero sobretodo de ninguno de ellos.
2. Todos los paisajes caben en la palma de una de las manos de nuestro personaje, todas las épocas se empuñan cuando las cierra y todos los destinos fluyen sobre los surcos que sobre ella dibujan el silencio en donde sueñan todas las historias contadas y las por contar.
Texto de Carlos Ceruti y fotografía de Carlos Peirano
Abril 7th, 2015 at 2:15 am
3. El abecedario se repliega en tu nombre desprovisto aún de personaje.
Una máscara nueva, demasiado cara como para anidar profundidad en su pertinencia
intenta dar a ese rostro que improvisan las nubes
el talante de un pobre diablo portador del oro y de la sangre.
Un mosquito muere aplastado bajo un papel.
Una nube reaparece
en el ojo de un pez
pescado eterno y rabioso que desde niño
en la pescadería me apuntaron como un pelotón de miradas sanguinolentas
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
En amarte
a miles de kilómetros de haberte perdido
y solo por no terminar de esta manera tan patética
terminaremos revelando la verdadera arte poética:
“el problema no es interior sino exterior”
en muchos casos contemporáneos las personas enfermas no son sino las sensibilidades que van inevitablemente para si mismas somatizando el nefasto diagnóstico que nos permite nuestra cultura.
A lo menos tenemos tanto que hacer y que no hacer en este más acá. El más allá siempre he creído que no nos compete. Cuando el hombre imaginó la eternidad anidó en ello mismo la más insólita de las envidias: la envidia del Dios de no poder nunca morir, la envidia insuperable que siente frente al mortal, que aunqué esclavo, humillado, desnudo, siempre el tesoro de la muerte en su interior, y a pesar de la orfandad esencial de ese pobre animal siempre tan confundido, en los mejores casos, resignadas investigaciones y tareas nos llaman más allá del vacío y de la monumental sordera, quisiera en el más acá
un rito nuevo
quitarle la muerte a los hospitales y las iglesias
quitarle la muerte a las lágrimas y regalársela a la risa, que es donde pertenece
a si mismo la vida a la luz de la muerte es tan simple y directa
Somos todos ricos pero no estamos a la altura de nuestras propias riquezas, en realidad
no me interesa la época
ni la humanidad creo que sea tal o cual
solo sé, por terminar
que tengo una rabia que anida en mi pecho
y que me ha estropeado la posibilidad del amor
tengo una rabia anterior a sus posibles causas
tengo una rabia anterior y posterior a mi propio entendimiento
tengo una rabia que a pesar de no sentir parte de lo que podría ser yo mismo
no he podido sino sacar un fatal brillo
Abril 7th, 2015 at 2:25 am
El abecedario se repliega en tu nombre desprovisto aún de personaje.
Una máscara nueva, demasiado cara como para anidar profundidad en su pertinencia
intenta dar a ese rostro que improvisan las nubes
el talante de un pobre diablo portador del oro y de la sangre.
Un mosquito muere aplastado bajo un papel.
Una nube reaparece
en el ojo de un pez
pescado eterno y rabioso que desde niño
en la pescadería me apuntaron como un pelotón de miradas sanguinolentas
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
En amarte
a miles de kilómetros de haberte perdido
y solo por no terminar de esta manera tan patética
terminaremos revelando la verdadera arte poética:
“el problema no es interior sino exterior”
en muchos casos contemporáneos las personas enfermas no son sino las sensibilidades que van inevitablemente para si mismas somatizando el nefasto diagnóstico que nos permite nuestra cultura.
A lo menos tenemos tanto que hacer y que no hacer en este más acá. El más allá siempre he creído que no nos compete. Cuando el hombre imaginó la eternidad anidó en ello mismo la más insólita de las envidias: la envidia del Dios de no poder nunca morir, la envidia insuperable que siente frente al mortal, que aunqué esclavo, humillado, desnudo, siempre el tesoro de la muerte en su interior, y a pesar de la orfandad esencial de ese pobre animal siempre tan confundido, en los mejores casos, resignadas investigaciones y tareas nos llaman más allá del vacío y de la monumental sordera, quisiera en el más acá
un rito nuevo
quitarle la muerte a los hospitales y las iglesias
quitarle la muerte a las lágrimas y regalársela a la risa, que es donde pertenece
a si mismo la vida a la luz de la muerte es tan simple y directa
Somos todos ricos pero no estamos a la altura de nuestras propias riquezas, en realidad
no me interesa la época
ni la humanidad creo que sea tal o cual
solo sé, por terminar
que tengo una rabia que anida en mi pecho
y que me ha estropeado la posibilidad del amor
tengo una rabia anterior a sus posibles causas
tengo una rabia anterior y posterior a mi propio entendimiento
tengo una rabia que a pesar de no sentir parte de lo que podría ser yo mismo
no he podido sino sacarle un puto e inverosímil brillo fatal
Abril 7th, 2015 at 3:47 am
El abecedario se repliega en tu nombre desprovisto aún de personaje.
Una máscara nueva, demasiado cara como para anidar profundidad en su pertinencia
intenta dar a ese rostro que improvisan las nubes
el talante de un pobre diablo portador del oro y de la sangre.
Un mosquito muere aplastado bajo un papel.
Una nube reaparece
en el ojo de un pez
Abril 7th, 2015 at 3:51 am
Aunqué esclavo, humillado, desnudo, siempre el tesoro de la muerte en su interior, y a pesar de la orfandad esencial de ese pobre animal siempre tan confundido pathetico, en los mejores casos, resignadas investigaciones y tareas nos llaman más allá del vacío y de la monumental sordera, quisiera en el más acá
un rito nuevo
quitarle la muerte a los hospitales y las iglesias
quitarle la muerte a las lágrimas y regalársela a la risa, que es donde pertenece
Abril 7th, 2015 at 3:52 am
aunqué esclavo, humillado, desnudo, siempre el tesoro de la muerte en su interior, y a pesar de la orfandad esencial de ese pobre animal siempre tan confundido, en los mejores casos, resignadas investigaciones y tareas nos llaman más allá del vacío y de la monumental sordera, quisiera en el más acá
un rito nuevo
Abril 7th, 2015 at 3:52 am
quitarle la muerte a los hospitales y las iglesias
quitarle la muerte a las lágrimas y regalársela a la risa, que es donde pertenece
Abril 7th, 2015 at 3:54 am
tengo una rabia anterior a sus posibles causas
tengo una rabia anterior y posterior a mi propio entendimiento
tengo una rabia que a pesar de no sentir parte de lo que podría ser yo mismo
no he podido sino sacarle un puto e inverosímil brillo fatal
Abril 7th, 2015 at 4:29 am
en muchos casos usuales las personas enfermas no son sino las sensibilidades que van penosamente para si mismas somatizando el nefasto diagnóstico que nos permite nuestra cultura, con educación de calidad
A lo menos tenemos tanto que hacer y que no hacer en este más acá. El más allá siempre he creído que no nos compete. Cuando el hombre imaginó la eternidad anidó en ello mismo la más insólita de las envidias: la envidia del Dios de no poder nunca morir, la envidia insuperable que siente frente al mortal, que aunque esclavo, humillado, desnudo, siempre el tesoro de la muerte en su interior, y a pesar de la orfandad esencial de ese pobre animal siempre tan confundido y minúsculo, en los mejores casos, resignadas investigaciones y tareas nos llaman más allá del vacío y de la monumental sordera rica de las ebriedades mas finas e inmerecidas, quisiera en el más acá un rito nuevo, aunque finalmente inconfesable guión
Abril 7th, 2015 at 4:34 am
en la pescadería me apuntaron como un pelotón de miradas sanguinolentas
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
Abril 7th, 2015 at 4:40 am
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra,
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
queriendo en la boca de piedra
despiertan los dientes inertes como vestidos
perdidos en contiendas extintas
ya sin saliva para escupir los cielos rodantes
a tiempo todavía de conseguirse una corbata
y sacarse los ojos, en el baño, sin molestar a nadie
Abril 7th, 2015 at 4:40 am
y estaba listo
solo me faltaba querer, por siempre en la sombra,
por afán equívoco
puedo decir que me hice un experto
después de todo
en algo
Abril 7th, 2015 at 4:42 am
queriendo en la boca de piedra
despiertan los dientes inertes
cuales vestidos inertes en contiendas extintas
ya sin saliva para escupir a los cielos rodantes
a tiempo todavía para conseguirse una corbata
y sacarse los ojos, en secreto, sin molestar a nadie
Abril 7th, 2015 at 4:42 am
queriendo en la boca de piedra
despiertan los dientes inertes
cuales vestidos inertes en contiendas extintas
Abril 7th, 2015 at 4:43 am
ya sin saliva para escupir a los cielos rodantes
a tiempo todavía para conseguirse una corbata
y sacarse los ojos, en secreto, sin molestar a nadie