La venida de los cerros
ARTE
Hasta el 18 de octubre estará abierta la muestra “La venida de los cerros”, en Vicente Vargas Estudio, ubicado en Rita Otaegui Nº3, Cerro Yungay, Valparaíso, en el marco del ciclo “Los nuevos sensibles”.
En este diálogo por chat con uno de los expositores, Carlos Ceruti, intentamos realizar una lectura de su instalación y la de sus compañeros Verena Urrutia y Juvenal Barría.
Peirano: Lo primero que quiero saber, en el marco de la exposición, es cómo se unen estas tres propuestas estéticas en un mismo espacio.
Ceruti: Creo que la reunión está dada por el lugar, y que el lugar está condicionado precisamente por su ubicación geográfica dentro de la ciudad. Las propuestas estéticas son más bien trayectos personales que nos condujeron hasta esta reunión. Y lo especial de este lugar es su ubicación no en el cerro en particular, en este caso el Yungay, sino en un recorrido a través de los cerros por situarse a los pies de la Avenida Alemania, que junto al Camino Cintura inauguran la que se conociera en el puerto como la avenida de los cerros y que de alguna manera titula esta exposición.
Peirano: Cuéntame sobre tu instalación.
Ceruti: Bueno, lo que yo hice y que todavía no tiene nombre es una pieza que atraviesa en sentido transversal el inmueble, así como incrustada, con una parte interior y otra exterior. La de adentro es de papel y la de afuera de madera y latas, y a ambas se puede ingresar desde un primer y un segundo nivel. Es como un mirador interior, de una intimidad, mientras que para afuera se asoma como las prótesis habitacionales en los cerros que
siempre buscan la mirada hacia el mar.
Peirano: … de hecho hablamos de esto, del espectador como voyeur y víctima de la mirada de los otros en este adentro y afuera.
Ceruti: Claro. En la inauguración había varios niños y me llamó la atención lo que se divirtieron con el juego de espacios. También las personas se sacaban fotos desde arriba para abajo como una especie de postal del espacio interior. Por eso me gusta que haya una interacción con el espacio, que estas estructuras tengan un uso y que funcionen de alguna manera. De hecho estar en esta habitación producía una sensación de vértigo, parece que no es la habitación la que está inclinada sino que es la ciudad la que se enchuecó, es una sensación bien loca. Además cuando estás acostado y ves que la gente te mira desde arriba da la sensación como si te estuvieran velando.
Peirano: La caverna como útero, pero violentado por la presencia del consumo reflejado en las clásicas zapatillas que cuelgan del tendido eléctrico en las poblaciones. Hay una cuestión muy territorial ahí, un diálogo con lo que realiza Verena Urrutia. Tú instalas una habitación dentro de otra perfectamente reconocible en la arquitectura de Valparaíso.
Ceruti: Claro, lo de Verena es también un límite de encuentro con el mundo salvaje y del mito pero con códigos urbanos como son las zapatillas colgadas y que funcionan como un signo de peligro y de lo ajeno frente a la apropiación de un lugar. Por otra parte Verena se sale del papel y dibuja sobre la pared misma en cuánto arquitectura, área en la que el tema de la caverna es quizás como un arquetipo, que remite incluso al tema del útero. En relación con esta ciudad de quebradas está la mítica cueva del chivato, fuente de múltiples historias asociadas al mito del puerto. Y
justamente la caverna como forma habitacional original en relación con la quebrada se corresponde con mi pieza elaborada como representación de un paisaje urbano de construcciones encaramadas y que corresponde al modo en que se ha cimentado la ciudad y que corresponde al fenómeno de la autoconstrucción. Es el habitante el arquitecto y constructor, ajeno al ritmo del mercado inmobiliario.
Peirano: La recolección en esta lámpara de “lágrimas” en clave porteña de Barría es otro de los polos de esta expo, no sé si quieras decirme algo al respecto, yo creo que la propuesta de los tres funciona perfectamente como unidad y como complemento, termina uno haciendo una especie de circuito.
Ceruti: Si, el Juvenal hace esta lámpara de colores con bidones reutilizados que iluminan, por ejemplo en el video del segundo piso, una ruina como es la fachada del espacio baldío que quedó de la explosión en calle Serrano en el puerto, vacío en que se identifica una situación de incertidumbre urbana en que por supuesto despierta el monstruo de la especulación del suelo y que se confronta en este caso a la relación problemática en otros frentes como el turismo y el patrimonio. Y creo que sí, que La venida de los cerros funciona como una articulación narrativa, que tiene un hilo que se puede seguir, y que funciona en general como una exposición de sitio específico y que al mismo tiempo comporta otras interpretaciones y procesos que vienen de otras partes.
Más información:
www.vicentevargasestudio.cl
Por Carlos Peirano
Fotografías de Scarlett Segura