Una historia de participación ciudadana
RELATOS PORTEÑOS
Inédita consulta vecinal en Valparaíso por el nombre de un consultorio nos revela que la fuerza de la costumbre es más poderosa de lo que creemos.
Ante el inminente traslado del consultorio Mena a su nueva ubicación, en avenida Alemania, a un costado de la Plaza Bismarck, la comunidad agrupada en el Consejo Local de Salud del sector, junto a la dirección del centro, llamaron a una inédita consulta ciudadana para cambiarle o no el nombre al establecimiento.
Esto, porque el tradicional y antiguo inmueble donde funciona actualmente el consultorio, corresponde a terrenos de la familia Mena, cuyo hijo Marcelo Mena, al morir, dejó – junto con toda la fortuna heredada de su padre – para la construcción de varias iniciativas sociales, como un hogar para ancianos y un hospital para niños.
Esta última iniciativa se concretó y es ahí donde hoy está el consultorio Mena, dependiente de la Corporación Municipal de Valparaíso, y sin ninguna relación con la Fundación Mena, propietaria de los terrenos.
La idea tuvo una alta participación de los vecinos. Al no existir ya el vínculo que alguna vez se tuvo con la Fundación Mena, varias personas propusieron un nombre más adecuado para el nuevo edificio, ubicado en otro cerro y en un nuevo y moderno inmueble. La mayoría de los dirigentes estaba convencido que el cambio de lugar, sumado al cero aporte de la Fundación al consultorio, y la oportunidad de bautizar el centro con otro nombre, que identifique más a la población, haría borrar de los registros el nombre de Marcelo Mena. Nada más erróneo.
LA HISTORIA
Los orígenes de la Fundación Mena se remontan al sábado 11 de agosto de 1888, cuando se derrumbó el “tranque Mena”, ubicado diez cuadras más arriba de la actual avenida Alemania. Su dueño era Nicolás Mena, propietario de un fundo que comprendía todo el cerro. Había construido un tranque que le servía para guardar agua para su consumo y para una fábrica de hielo y cerveza que tenía en el lugar.
La historia la cuenta el profesor Leopoldo Sáez, en su libro “Valparaíso, Nombres, Lugares y Personajes”: “La represa había sido construida sin permiso y era sólo de tierra. Mena aumentó su altura, sin ninguna autorización. Había llovido copiosamente en los días anteriores y el tranque estaba al máximo de su capacidad. Un muro cedió y se produjo una catástrofe. Por la quebrada de Yungay (hoy Yerbas Buenas) y por otras bajadas (calles Guillermo Rivera y General Mackenna) avanzó una avalancha con grandes rocas de toneladas de peso y una masa inmensa de agua, barro, peñascos, troncos de árboles y cadáveres, arrasó con todo a su paso hasta el plan, donde destrozó todo Condell, Pirámide y Bellavista”.
La crónica de la época relata episodios sórdidos: “el caso de Nicolás Torres. Tenía su sastrería en lo que es la actual calle Pirámide. Su familia fue atrapada por el torrente. Murieron su esposa, cuatro hijos menores, y dos sastres que trabajaban con él. Don Nicolás fue llevado por la corriente hasta el sector de la calle O’Higgins, y desde el segundo piso de una casa le lanzaron una cuerda y milagrosamente pudo salvarse”.
El saldo final fue trágico; 57 muertos y 300 heridos graves (mutilados). La familia Mena quedó marcada por la tragedia y de ahí se origina esta suerte de “compensación” de don Marcelo Mena. Cuenta el profesor Sáez en su libro: “este hijo heredó una fortuna considerable, y nunca se casó ni tuvo hijos. Durante su vida no tuvo ningún rasgo de filantropía, pero el 18 de mayo de 1925 firmó un testamento en el que dejaba toda su fortuna a cuatro fundaciones”.
PRIMERA VEZ QUE SE HACE EN VALPARAÍSO
Conociendo esta historia, a lo que se suma la hoy nula presencia de la Fundación Mena en el consultorio, los vecinos abrieron un plazo para entregar las propuestas para un nuevo posible nombre para el centro. Esto, porque siempre se consideró en este proceso la mantención del actual nombre, “Marcelo Mena”.
Según explicó el presidente del Consejo Local de Salud del sector, Serapio De la Cruz, “primero se recibieron las ideas de los usuarios del consultorio, y después se hizo una preselección entre todas las que llegaron, de donde salieron finalmente las que fueron votadas por la gente. Siempre se dijo que la mantención del nombre también podía ser votada, pero también estábamos convencidos que se votaría por una nueva propuesta”.
Por eso el resultado sorprendió. Cerrado el recuento, 152 personas votaron por mantener el nombre “Marcelo Mena”, mientras que 147 lo hicieron por la opción “Michelle Bachelet”. Otras opciones fueron “Pablo Neruda” (22 votos), “Bicentenario” (40 votos), y “Mena” a secas (54 votos). Al parecer la fuerza de las tradiciones (o la costumbre) es más poderosa de lo que creemos.
De todos modos, los vecinos están contentos. ”Es primera vez que esto se hace en Valparaíso”, resalta don Serapio De la Cruz, quien se muestra orgulloso del ejercicio democrático realizado por la comunidad que se atiende en el consultorio, proveniente en su mayoría de los cerros Florida, Mariposas, Monjas, Bellavista, Yungay y San Juan de Dios.
El dirigente señaló que en la parte de las propuestas, no faltaron los chistositos: “una propuesta era ponerle Michael Jackson al consultorio. Otra niña no halló nada mejor que proponer su propio nombre en la papeleta”, dijo entre risas don Serapio.
Ahora, a esperar la entrega, inauguración y puesta en marcha del nuevo consultorio Marcelo Mena, que seguirá recordando al personaje histórico que marcó el sector con su beneficencia, intentando borrar el desastre que dejó la ambición desmedida de sus antecesores, autores de una de las páginas más tristes en la larga historia de desastres de Valparaíso. ¿Sabrán esa historia los vecinos que votaron por mantener el nombre?
Mayo 18th, 2011 at 11:04 pm
necesito saber si marcelo mena tenia herederos