La leche de los objetos
NOCTÁMBULO
Se han de reunir sobre las calabazas abstractas del mediodía. Para fluir (huir) dentro de blancos caparazones. Primera objeción; haber tratado de pasar a través de las paredes sobre los versos lluviosos de nuestro territorio.
Cada vez que el cielo se abre, las nubes chocan con los puntos más altos de las montañas, un habitante cede la palabra al círculo de los peces que navegan en el rio Aconcagua.
Chile es un país incestuoso, los poderes se casan entre ellos. -Juan Radrigán
Una jauría de insectos devora el pabellón nacional. La familia reunida se sienta a colaborar, los índices respiran sobre algunas historias del renacimiento. Cada vez que nos delatan los sombreros escogidos tras la tormenta, alzo mi copa para celebrar la llegada del otro capturador, un ave de alas gigantes duerme en mi camarote.
Son cosas de los reyes que mueren en la valentía de las mañanas. Para socorrer unos versos, para calmar los incendios (pirómanos del ritmo) que suceden de vez en cuando. Los veranos son celdas cargadas de energía cuántica.
La leche de los objetos ensaya la jugada maestra de la pro-creación de los hijos del universo. Viajamos en esta gran estrella que se mueve como un globo transparente. Los aparatos decaen y sueñan con nuevas vacas para buscar más leche de ensueño.
Siento correr las venas del campo/Un jinete oscuro enmascarado/-Jorge Teillier
En la imagen del concreto asfalto,dentro de un espejo con doble orificio, la salida es por ambos lados, como un topo carnicero que vigila los faroles de la ciudad, una boca calle sabe algo sobre nosotros.
Y entonces al séptimo día del séptimo día, la apertura de los bajos que fueron letales como un rayo. Hay que crecer en el astro sumergido, en las Atlántidas silenciosas, en los murmullos del Ártico.
Por Felipe Ugalde
